Es hora de confesar, tenemos pinceles en nuestro neceser que nos sabemos cuál es su uso. Aunque maquillarnos forme parte de nuestra rutina diaria, así evitamos que sea muy visible el rostro cansando o simplemente porque nos encanta, hay herramientas que todavía no sabemos utilizar. Sabemos cómo dar volumen a nuestras pestañas con rimmel, perfilar los labios o cepillar nuestras cejas para que queden definidas. Pero, ¿sabes de qué hablamos si mencionamos mofetas y biselados?
Como cabe pensar, cada brocha tiene un uso específico: ni todas se adaptan igual a las distintas zonas del rosto ni, mucho menos, se desenvuelven igual según el tipo de cosmético. No es lo mismo aplicar una base en crema que una en polvo, ¿no? Por eso, ha llegado la hora de aprender algo nuevo y diferenciar el uso de cada pincel, pues es una de las claves para conseguir los trazos exactos que deseamos, ya sea definidos o difuminados. ¿Listas?
Para qué sirve cada brocha
Aunque a muchas les sorprenda, los ojos son la primera parte del rostro que deberíamos maquillar, pues de este modo evitaremos que el polvo residual de las sombras estropee la base. Como comentábamos, conseguir un buen resultado es además de cuestión de práctica y de cosméticos de calidad, de utilizar los pinceles adecuados: el de contorno (planos pero compactos), como el de Sephora Collection; el biselado para la profundidad con las sombras (plano y de corte recto), como el de Make Up Forever; la lengua de gato para difuminar (de punta redonda), tipo el de Rare Beauty; y el delineador para lograr un eyeliner perfecto. No hay que dejar de lado las brochas específicas para las cejas: el goupillon (tiene el mismo aspecto que el cepillo del rímel) y el de relleno (igual que el biselado, pero más pequeño y finito).
Y ahora que tenemos listos los ojos, es el momento de centrarse en la base para conseguir un resultado natural, cubriente y jugoso. Para ello, hay que echar mano de la lengua de gato (para productos fluidos o en crema), como la de Sephora Collection; después usar la de contouring y, por último, la brocha para el colorete, de tipo mofeta, pero con el pelo más largo y de estructura abierta para resaltar la zona de los pómulos. El iluminador, o con el dedito para controlar la cantidad o con un pincel exclusivo que, bajo ningún concepto, usaremos para nada más. Y, para acabar, solo quedaría usar el abanico para eliminar los excedentes.
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