Qué son los radares cascada y cómo te multan estos dispositivos de la DGT

Los radares cascada o antifrenazo no son un nuevo dispositivo que pone en marcha la DGT, sino que son el fruto de la combinación de un radar fijo y otro móvil en el mismo tramo de carretera.
Zona controlada por radar.
Zona controlada por radar.
Jose Antonio Bernat Bacete/GettyImages
Zona controlada por radar.

La DGT dispone de varios sistemas para controlar los excesos de velocidad en carretera y multar a los infractores. Los radares, bien sean fijos o de tramo, móviles, montados a lomos de un helicóptero Pegasus o en forma de dron son la principal arma de Tráfico para sancionar a aquellos conductores que deciden no respetar los límites de velocidad. 

Los helicópteros Pegasus son capaces de detectar estas infracciones, entre otras, a muchísima distancia. Los drones son casi imperceptibles y tienen capacidad sancionadora en el momento. Y entre la gama de radares móviles, los veloláser son los más letales y efectivos. 

Los radares fijos, móviles y de tramo son los sistemas, quizás, más tradicionales de la DGT en cuanto a detectar excesos de velocidad se refiere. Los fijos y los de tramo están debidamente señalizados y es posible conocer sus ubicaciones en la página web de Tráfico, mientras que los móviles van rotando de posición según varíen las necesidades de vigilancia en carretera. 

Además, ambos tipos de radar se pueden combinar. Es lo que se conoce como los llamados radares cascada o antifrenazo, que parecen estar ideados para un tipo de conductor muy concreto. Algunos conductores tienden a circular por encima de los límites de velocidad y, para evitar multas de tráfico, frenan cuando se acercan a un radar, volviendo a acelerar después. 

Cómo multan los radares cascada

Pues bien, desde hace ya bastante tiempo la DGT coloca varios metros antes del radar fijo un radar móvil, detectando así la velocidad real de circulación del vehículo que intenta saltarse el radar fijo. De esta manera no hay frenazo que valga, ya que el radar móvil nos pillará antes de que frenemos.

Cabe precisar que dependiendo de cómo frenemos, podríamos llevarnos a casa dos multas de tráfico: una por el correspondiente exceso de velocidad y otra por el frenazo brusco en sí. Según el Reglamento de Circulación, frenar el vehículo de manera brusca e injustificada está sancionado con una multa de 200 euros y, por lo que se puede intuir, frenar de golpe para evadir un radar no está contemplado como una causa justificada.

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