Ojo con los charcos cuando llueve: pasar por encima de uno puede dejarte sin rueda

Un motorista trata de avanzar sobre un gran charco en la carretera del concello coruñés de Oleiros. El temporal de viento y lluvia que azota a Galicia estas Navidades ha provocado esta madrugada balsas de agua en las carreteras, caída de árboles, cortes de luz en varias zonas.
Un motorista trata de avanzar sobre un gran charco en la carretera del concello coruñés de Oleiros. 
Cabalar / EFE
Un motorista trata de avanzar sobre un gran charco en la carretera del concello coruñés de Oleiros. El temporal de viento y lluvia que azota a Galicia estas Navidades ha provocado esta madrugada balsas de agua en las carreteras, caída de árboles, cortes de luz en varias zonas.

Continuamos con la amenaza de que cualquier día de esta semana acabe pasado por agua. Las previsiones de lluvia llenan las jornadas y hay que saber adaptarlas para que este tipo de precipitaciones no sean un problema y se quede, simplemente, en molestia. Tanto cogiendo el paraguas antes de salir de casa como agudizando los sentidos si nos ponemos al volante, hay que saber cómo actuar en caso de tormenta o llovizna. 

La lluvia afecta a la seguridad vial mermando la visibilidad de los conductores y reduciendo la capacidad de adherencia de los neumáticos a la calzada, ya que el asfalto se torna mucho más resbaladizo. Esta situación empeora con las primeras gotas que levantan el polvo y la suciedad de la carretera y también es mucho más peligrosa para algunos usuarios, como las motos o las bicis

Las consecuencias de un día lluvioso van más allá de un parabrisas mojado y unas ruedas resbaladizas. Un elemento que acompaña a cualquier tormenta y que esconde más peligros de los que parece son los charcos y no todos los conductores saben que consecuencias negativas acarrea pasar a toda velocidad encima de ellos, según los resultados del últimos test sobre cómo conducir con lluvia.

Ruedas pinchadas y motor mojado

Los charcos pueden esconder irregularidades de la calzada, baches y socavones, por lo que cruzarlos a toda velocidad puede tener como resultado una rueda pinchada o desllantada. Al no saber qué profundidad esconde el agua acumulada, el coche puede incluso quedar encallado o atascado y necesitar a la grúa para salir de ahí. 

Otra consecuencias de pasar un charco a demasiada velocidad es que se estropee la suspensión en uno de estos golpes o que el agua salpique el motor y se dañe el sistema eléctrico, cuya reparación no es especialmente barata. 

Lo mejor cuando nos encontramos con un charco de frente es frenar y entrar en él a velocidad reducida. Observar los vehículos que nos preceden para ver cómo actúan ellos ante la acumulación de agua nos dará las claves para saber si podemos o no cruzarlos. También es conveniente evitar autobuses y vehículos mucho más voluminosos (ya que pueden salpicar y mover la masa de agua) e intentar circular por el centro de la calzada, donde el agua tiende a acumularse mucho menos.

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