Vehículos pesados, inexperiencia y alcohol: los riesgos a los que cada día se enfrentan los patinetes eléctricos

Una persona en un patinete eléctrico.
Una persona en un patinete eléctrico.
Denniz Futalan de Pexels.
Una persona en un patinete eléctrico.

Los patinetes han sido la gran revolución de la movilidad urbana. En diferentes versiones y con distintas autonomías, estos vehículos de movilidad personal han cambiado las reglas del transporte individual en las ciudades, tanto que han necesitado una rápida reacción de las administraciones para regular su uso y mantener la seguridad vial dentro de unos estándares que protegieran tanto a sus usuarios como al resto de conductores y peatones. 

Como colectivo, los usuarios de patinetes acumulan una gran siniestralidad con graves lesiones como resultado de choques y colisiones con otros vehículos, siendo los traumatismos craneoencefálicos los más registrados y preocupantes. La compañía sueca de patinetes compartidos Voi ha elaborado un informe de seguridad en este sector de vehículos en el que se demuestra que el 16% de los accidentes ocurren durante el primer trayecto del conductor, debido a la falta de práctica y conocimiento del vehículos. 

La nocturnidad también es un factor que pone en peligro a los conductores (un 38% de los accidentes se producen por la noche) y conducir estos VMP tras el consumo de alcohol es tan peligroso o más como en el caso de los vehículos a motor. Igualmente, el desconocimiento de las normas de seguridad vial contribuye al aumento de la siniestralidad. 

Los 7 factores de riesgo

Cada día, los usuarios de patinetes eléctricos se enfrentan a una serie de circunstancias y factores en ciudad que les ponen en peligro. Desde Voi, identifican estos siete como los más peligrosos:

  • Los vehículos pesados. Circulan a más velocidad que estos VMP y su envergadura puede provocar, tras un choque, graves lesiones. 
  • ​La falta de carriles específicos. Tener que convivir en el asfalto con estos vehículos más grandes y rápidos supone un riesgo. 
  • ​La inexperiencia. Coger un patinete eléctrico por primera vez, sin plantearse cómo se usa el vehículo, es un riesgo añadido. 
  • ​Desconocimiento de las normas de tráfico. Señales, semáforos, cruces... desconocer cómo moverse entre el tráfico rodado de la ciudad pone en peligro a los conductores. 
  • ​El alcohol y las drogas. Les afecta igual (o más, al ser vehículos menos estables) que en el caso de los coches y las motos. 
  • ​No usar el casco. El uso de protección evita graves lesiones en caso de caída
  • ​Aparcar y conducir por la acera. Además de que pueden chocar con cualquier elemento o persona y caer, también representan un riesgo para los transeúntes. 
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