Efecto mirón en la conducción: ¿cómo lo podemos evitar? La DGT alerta de sus peligros

Desde la Dirección General de Tráfico se llevan a cabo numerosas campañas para concienciar a los conductores en España para que estén concentrados al volante, ya que las consecuencias de una distracción, por ejemplo, por mirar el móvil un momento, pueden ser fatales. 

Por ello, muestra situaciones de los conocidos como efectos en la conducción, que se producen en la mayoría de las ocasiones por pequeños despistes, así como por no llevar bien puestos los sistemas de seguridad, uno de ellos es el conocido como efecto mirón.

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¿Qué es el efecto mirón?

Esta circunstancia hace referencia a la situación típica en la que hay un coche en el arcén o en el carril contrario que ha sufrido un accidente, y cuando vas conduciendo diriges la vista unos segundos a observar el vehículo siniestrado, por lo que no prestas atenciones en ese tiempo a la vía. 

Esta conducta, que es muy habitual debido a que nuestra propia curiosidad nos pide fijar la visión en el vehículo accidentado, puede tener consecuencias fatales, ya que muchas veces se generan retenciones por un siniestro y si no se presta atención a la carretera es complicado frenar la marcha para evitar chocar con el vehículo que nos precede.

¿Cómo evitar el efecto mirón?

La Dirección General de Tráfico público hace dos años un vídeo explicativo muy impactante acerca de este efecto, por lo que desde la DGT se quiere concienciar a los conductores de los peligros que puede acarrear el desviar la visión unos segundos de la carretera. 

En definitiva, si visualizamos sirenas que presagian un accidente a lo lejos, es preferible reducir la velocidad, situarse en el carril izquierdo y aumentar la distancia de seguridad. Por último, aunque es muy difícil, debemos intentar no prestar mucha atención en el vehículo siniestrado, ya que es posible sufrir una distracción, que es la causa de 1 de cada 3 accidentes en nuestro país, según la DGT.

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¿Qué otros efectos pueden aparecer en la conducción?

Uno de ellos es el conocido como efecto submarino, que hace referencia al movimiento que realiza el cuerpo del ocupante de un vehículo cuando no se encuentra bien sujeto por el cinturón de seguridad, por lo que se desplaza hacia abajo y se desliza por debajo de la banda abdominal del sistema de sujeción.

Por tanto, se generan varios peligros como son el riesgo de choque contra el volante, el salpicadero o la parte baja del habitáculo del vehículo, además de que se presione en exceso la parte abdominal de nuestro cuerpo en caso de un frenazo brusco. En conclusión, es posible que se produzcan lesiones en la espalda, pelvis o en el fémur, así como hemorragias internas en la zona de la tripa.