Probamos Alcolock, el alcoholímetro antiarranque que será obligatorio a partir del año que viene

La conducción bajo la influencia del alcohol sigue siendo una asignatura pendiente en lo que a seguridad vial se refiere. Los controles y las campañas especiales de vigilancia, además de las sanciones e incluso penas de cárcel para no ser una medida del todo efectiva a la hora de disuadir a algunos conductores para que opten por bebidas sin alcohol si han de coger el coche.

Por ello, el próximo año a partir de verano, para todos los conductores profesionales y en los vehículos de transporte de personas será obligatorio el uso de Alcolock, un alcoholímetro que conectado al sistema de arranque del coche impide el encendido del motor si, al soplar, detecta una tasa de alcohol en aire espirado mayor al límite legal establecido. En el vídeo hemos podido comprobar en primera persona cómo funciona este dispositivo y si realmente funciona.

El funcionamiento de Alcolock es muy sencillo: tras soplar cinco segundos de manera seguida, si el resultado es correcto, nos permitirá arrancar el vehículo. Sin embargo, si detecta el más mínimo trazo de alcohol, como el de haber consumido una cerveza, el dispositivo nos impedirá arrancar el coche durante un minuto para repetir la prueba. Tras ese periodo de margen, si al repetir el test la tasa de alcohol en sangre está por encima del límite permitido (que son 0,25 miligramos por litro), el coche quedará bloqueado durante media hora.

Por el momento, este sistema será obligatorio solo para los conductores profesionales, aunque según las líneas adoptadas por el Parlamento Europeo, a partir del año que viene los coches de nueva fabricación deberían llevar la preinstalación necesaria para que los conductores de turismos particulares también puedan, si así lo desean, instalar Alcolock. En países como Francia o Alemania ya se está utilizando como mecanismo para reducir la siniestralidad por alcohol en carretera.