Anna recibe a su abuela con un gran ramo de flores en el andén de la estación de Jérson sonriendo, llorando y abrazándola.
Olha KosovaLas familias y los niños salen corriendo de sus casas para saludar a los pasajeros desde lejos. Los ferroviarios sonríen dentro de los vagones y se secan las lágrimas.
Olha KosovaLa Ukrzaliznytsia, la compañía ferroviaria pública, lanzó una campaña de la venta de billetes a esa ciudad y otras cuatro aún ocupadas. Una campaña que deja un mensaje claro: algún día la guerra se acabará y los ucranianos regresarán a su casa.
Olha KosovaLas escenas de gente cargando sus móviles en la estación ya se han convertido en un símbolo de fraternidad.
Olha KosovaEste matrimonio de 60 años regresa a casa tras apresurarse en comprar los billetes para reunirse con el padre de él.
Olha KosovaLa familia y amigos de Igor, un pasajero del vagón once, tampoco les gustó la idea de que regresara a Jérson. Lo consideran peligroso. Pero está muy feliz y sonríe todo el rato porque se encuentra con su familia.
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