La coliflor actual ya no huele como antes. ¡Qué miedo daba cuando tenías que comerla por el perfume que dejaba en toda la casa!. Hoy traigo una salsa tipo Alfredo de coliflor que es toda una delicia y muy beneficiosa para nuestra salud; ideal para acompañar pasta.
Son tan hermosas las coliflores... Tienen amantes entregados y detractores. ¿Será acaso por ese olor ambiental cuando las cocinamos de una manera no muy adecuada?. Quizás fue mi caso, además del de muchos otros. Tras aprender a cocinarlas se volvieron mis grandes aliadas; pero eso sí, las consumo fermentadas, encurtidas o en innumerables recetas al horno, pero en pocas ocasiones al vapor.
El olor característico de la coliflor es debido principalmente a su contenido en azufre, del que nos beneficiamos en muchos procesos de nuestro organismo, y su contenido en este mineral dependerá de si es de cultivo orgánico o no, como también su procedencia. En los últimos años, los informes han señalado deficiencias de azufre, especialmente en zonas tropicales y subtropicales. Esto es debido a la disminución de uso de abonos orgánicos.
La coliflor pertenece a la especie Brassica oleracea L. -crucíferas-. Tanto el brócoli como la coliflor comparten una genética común. Dentro del género de las crucíferas puedes encontrar también la col rizada o kale, col, lombarda, col de Bruselas, repollo chino o pai choi, mostaza, nabo, rúcula o rábano.
En cuanto a su origen, parece ser que su forma primitiva fue de brócoli y fue “domesticada” en el Mediterráneo oriental. Estos cultivos iniciales se trasladaron al sur de China y volvieron al Mediterráneo, hibridándose en sus tipos silvestres. Aproximadamente hace unos 500 años - principalmente en Italia- se dividió en dos cultivos: brócoli y coliflor.
La coliflor se puede encontrar en diferentes colores. La coliflor naranja se desarrolló en Canadá en la década de los 70, tiene un sabor más dulce y contiene un 25% más de vitamina A. También hay coliflor morada, cuyos orígenes no están claros pero se dice que se desarrolló de forma natural. Su color proviene de la antocianina, que se considera un antioxidante muy beneficioso. La coliflor verde y el romanesco son probablemente un cruce entre la coliflor y el brócoli, el rey de las coles, nuestro preferido.
Los mayores beneficios de la coliflor
Las verduras crucíferas se han cultivado desde la antigüedad como plantas medicinales. Una vez ingeridas, a través de sus componentes fitoquímicos, polifenoles y compuestos sulfurados, son capaces de modificar la actividad de las enzimas que ayudan al metabolismo hormonal, favorecer los procesos hepáticos y eliminar toxinas desintoxicando el organismo y equilibrando hormonas.
Estas reinas de la salud nos protegen de agresiones externas como los rayos ultravioleta, las infecciones bacterianas o las inclemencias del tiempo desde el otoño hasta los primeros calores de primavera. Su mejor momento es de noviembre a abril.
La coliflor aporta una gran cantidad de nutrientes por caloría. Respecto a su composición nutricional, 100 gramos de coliflor aportan una buena fuente de vitaminas K, un 38% de la ingesta diaria recomendada. También el 38% de vitamina C, así como el 24% de ácido fólico y el 11% de potasio. El chucrut, que está compuesto por col fermentada, nos aporta el doble de vitamina C.
Una de las características fundamentales de la mayoría de las crucíferas es su contenido en vitamina K2. Esta vitamina está involucrada en muchos procesos como la coagulación sanguínea -nos ayuda a evitar las hemorragias internas y externas-, el metabolismo óseo, previene el celiaquía, el buen funcionamiento hepático y otros procesos dependientes de calcio. También nos ayuda a absorber mejor el calcio. La deficiencia de vitamina K aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas óseas.
También es rica en fibra, que promueve el paso de los desechos a través del sistema digestivo, previene el estreñimiento y contiene fitoquímicos que combaten el cáncer. El sulforafano, un fitoquímico que se encuentra en la coliflor, ayuda a prevenir mutaciones celulares y bloquea las enzimas que estimulan la progresión de las células cancerosas.
Ejercen un efecto alcalinizante de nuestro organismo, al contrario de la carne y el pescado, que son acidificantes. Encontramos en las crucíferas propiedades anti-ulcerosas antihipertensión, anticolesterol y antitiroideas.
Resulta crucial para nuestra salud la ingesta de estas verduras ricas en azufre que son fundamentales para que el hígado reciba suficiente glutatión; este antioxidante es generado por nuestro organismo y cuenta con una larga lista de beneficios, entre los que se incluye el de proteger nuestras células de los radicales libres oxidativos. Además estas verduras contienen fibra soluble que nos proporciona la ayuda adicional que necesitamos para seguir eliminando de nuestro cuerpo el estrógeno que tenemos de más.
Receta de pasta con salsa Alfredo de coliflor
INGREDIENTES:
- Una taza y media de coliflor picada, preferentemente orgánica.
- Una taza de anacardos remojados u otros frutos secos más grasos. Puedes reemplazarlo por nata de coco o nata de vacas de pasto.
- Una taza de caldo de verduras o agua.
- De una a dos cucharadas de parmesano o levadura nutricional.
- Dos cucharaditas de jugo de limón, puedes reemplazarlo por una cucharadita de mostaza de Dijon.
- Una cucharadita de sal integral.
- Una cucharadita de aceite de oliva.
- Tres dientes de ajo triturados.
- Perejil picado para decorar.
INGREDIENTES OPCIONALES
- Media cucharadita de aminoácidos de coco, salsa de soja, o más parmesano.
- Una cucharada de mantequilla, vegana o normal. Ambas funcionan, use lo que tenga a mano.
- Una cucharadita de pimienta.
ELABORACIÓN
- Remoja los anacardos durante la noche o al menos dos horas.
- Calienta el aceite en una olla mediana a fuego medio-alto. Agrega el ajo y cocina por 30 segundos. Agrega la coliflor y el caldo de verduras o agua a la olla, tapa con una tapa y deja que la coliflor se cocine al vapor durante 5 minutos, o hasta que esté blanda.
- Transfiere todo lo que esté en la olla más los anacardos escurridos a una licuadora.
- Agrega los ingredientes restantes (comenzando con el parmesano o levadura nutricional y la sal) y mezcla nuevamente.
- Prueba y agrega más levadura nutricional y sal, si lo deseas. Si estás usando la mantequilla, agrégala ahora y mezcla una vez más.
- Usa la salsa de coliflor Alfredo de inmediato o viértela en una sartén para mantenerla caliente hasta usarla.
La levadura nutricional se puede comprar en algunas de las principales tiendas de productos saludables. Si la salsa es demasiado espesa (esto puede suceder si se evapora demasiado agua mientras se cocina al vapor la coliflor) simplemente agrega un poco de agua o caldo extra.
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