Ya sabemos que lo de Dani García es un no parar de crear, y como si de un regalo de Reyes adelanto se tratase, este 4 de enero el chef malagueño abre en Madrid las puertas de Tragabuches, un restaurante muy especial que le devuelve a sus raíces.
Allá por el año 1998 Dani García arrancaba su carrera en Ronda, en un restaurante llamado 'Tragabuches' donde se ofrecía una cocina andaluza y de kilómetro cero. Venticinco años después, Dani García abría en su Marbella natal otro Tragabuches para homenajear al restaurante que le vio crecer. Ahora, el chef andaluz trae este concepto también a la capital, para acercar al barrio de Salamanca sus raíces.
Con un modelo de cocina non-stop, ofrecerá tanto desayunos andaluces como almuerzos y cenas. Además, su barra, que cuenta con carta propia, propone también disfrutar entre horas con sus aperitivos más emblemáticos.
Un restaurante de esencia andaluza
Se trata de un espacio de tres pisos con capacidad para 180 comensales donde podemos disfrutar de espacios muy diferenciados: la barra, el salón y cuatro reservados, disponibles en cualquier horario del local.
En el salón podemos disfrutar de la carta, que incluye una amplia variedad de opciones que constituyen una combinación de platos nuevos y otros que se recuperan, reinventados, del Tragabuches original. Entre ellos, se encuentran platos fríos como el salpicón de mariscos o la milhojas de foie y queso de cabra de Ronda con manzana verde caramelizada (1998) y otros calientes como el rabo de toro guisado y desmigado envuelto en ravioli (1998). Tampoco faltan bocados clásicos a base de huevos camperos, como la tortilla de patatas tradicional o la de zurrapa, y una selección de guisos andaluces como el arroz meloso de morcilla de Ronda y navajas (1999).
Otras secciones relevantes en la carta de Tragabuches son la boutique de pescados y carnes de Andalucía a la parrilla, con una selección de la mejor pesca del día traída desde el Mediterráneo y el Atlántico andaluz, y también de las mejores piezas de chivo malagueño asado y carne en su punto óptimo de maduración.
La propuesta culinaria de Tragabuches se complementa con una carta líquida de excepción y es que su bodega viene definida por muy buenos productores, excelentes añadas, una gran variedad geográfica y una importante selección de Champagne y Borgoña. Del mismo modo, no pasa desapercibido su particular guiño a los vinos andaluces, tanto Blancos Tranquilos como Jerez. Con aproximadamente unas 600 referencias, se trata de una bodega para disfrutar entre botellas únicas y buena compañía.
Una oferta del desayuno a la cena
El concepto non-stop de Tragabuches lo convierte en el lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía andaluza desde el desayuno hasta los cócteles de después de cenar.
Su carta de desayunos incluye una amplia variedad de pitufos y molletes como el de zurrapa de lomo blanca, distintos tipos de huevos, entre ellos, benedictinos con carne mechá, y especialidades como el sándwich mixto con mantequilla francesa. Tras el desayuno, la barra y su carta tomarán protagonismo hasta la apertura del salón, cerca del mediodía, y también permanecerá abierta durante la tarde hasta la reapertura del restaurante de cara al servicio de cena, de modo que hay opciones para cada momento del día.
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