Si alguna vez te ha tocado ser el encargado de celebrar una fiesta en casa, seguro que el picoteo ha sido una de tus mayores preocupaciones. Montar una tabla de quesos en casa puede solucionarnos el aperitivo o la cena, una forma perfecta de darnos todo un festín con el que podemos probar los productos españoles de la mejor calidad.
Pero, si se te ha ocurrido hacer una de estas tablas con queso y embutido para deleitar a tus invitados, puede que te hayan surgido algunas dudas. Hay miles de quesos para todos los gustos, con una variedad de formas, texturas, aromas y sabores casi inabarcable. ¿Cuáles debería incluir en una tabla? ¿Qué acompañamientos son los más adecuados? ¿Cuánta comida debo calcular por persona?
Para conseguir la tabla de quesos y embutidos perfecta y dejar a todos boquiabiertos, aquí te dejamos unos cuantos tips para un triunfo asegurado. Solo queda abrir una buena botella de vino para acompañar y disfrutar.
¿Cuánta cantidad habrá que colocar?
El primer paso para construir una buena tabla de quesos y fiambres será hacernos con la materia prima. Pero, ¿cuánta comida comprar para que nadie se quede con hambre? La tiktoker estadounidense ConVino Board, experta en hacer tablas de queso, habla de este tema en sus vídeos y aconseja hacer un cálculo aproximado.
Dependiendo del número de comensales, calcularemos más o menos unos 80 gramos de queso y embutido por persona, siempre que esté servido con algún tipo de acompañamiento. Si la tabla de queso va a tener todo el protagonismo de la velada, se puede aumentar a 200 gramos por persona.
Acertar con el tipo de corte
Ya tenemos nuestros quesos comprados y listos para formar una tabla. El primer paso para un resultado de sobresaliente es acertar con el tipo de corte. Los quesos franceses redondos y cremosos y aquellos cuyo interior se unta, como la torta del casar, se sirven enteros. Los redondos y largos, como el rulo de cabra, se parten en rodajas.
Por otro lado, los quesos redondos grandes, como el manchego, se cortan en cuñas y luego en lonchas triangulares. Los quesos azules se suelen cortar en dados, los que son muy grandes, como el Emmental, mejor en bastones y los quesos más duros, como el Parmesano, pueden servirse en lascas o trozos irregulares
Es importante tener en cuenta que los quesos deben servirse a temperatura ambiente, de forma que debemos sacarlos de la nevera un rato antes de servir nuestra tabla, para que vayan atemperando.
Escoger las variedades
Una tabla de quesos debería tener entre cinco y siete tipos de queso, siempre contando con que haya algunos de cabra y al menos uno de pasta blanda, otro de pasta semiblanda y otro de pasta dura.
A la hora de colocar el queso cortado en la tabla, lo ideal será colocarlos en una progresión de blandos a duros, de suaves a más intensos, ya que es el orden en que deben comerse. Esto se debe a que, si se degustan los más intensos al principio, el sabor más suave de los siguientes no se percibirá igual. En la parte exterior de la tabla de quesos debes situar los más blandos y cremosos, dejando los más curados en el centro.
Incluye fruta en tu tabla
La fruta y el queso por separado están de vicio, pero, si las juntamos, tenemos como resultado una explosión de sabores verdaderamente deliciosa. Y no solo las uvas combinan con el queso; hay otras combinaciones triunfadoras que nos dejarán sacarle el máximo partido a nuestra tabla.
Las mermeladas y frutas dulces deshidratadas, como dátiles o pasas, combinan a la perfección con quesos blandos o de corteza enmohecida. Para estos mismos tipos, es ideal añadir unos frutos secos, pues aportan un toque crujiente que contrasta con la textura melosa.
Las frutas frescas como las uvas o los higos quedan mejor con los quesos semicurados, mientras que para los quesos duros se recomiendan sabores más intensos, como el rábano picante o la remolacha.
Añadir fruta es una idea maravillosa no solo porque nos aporta variedad, color y sabor, sino también porque nos ayuda a sacar el máximo partido a nuestros quesos. Esto se debe a que los trozos de manzana, consumidos entre bocado y bocado, nos ayudan a limpiar el sabor y disfrutar mejor del siguiente sabor.
También pan y embutidos
En una tabla de quesos, la presencia del pan y el embutido es imprescindible. Lo ideal es servir varios tipos de panes, un pan blanco tierno para los quesos duros y un pan crujiente para los quesos con una textura cremosa. Por supuesto, también se pueden servir las galletitas tipo crackers, los picos, las regañás...
En cuanto a los embutidos, lo habitual es añadir entre dos y cuatro tipos, los que más nos gusten. Por supuesto, el candidato estrella es el jamón serrano, aunque también cabe el chorizo, fuet, salami u otros tipos de fiambres.
Cuida la presentación
Nos encanta comer por los ojos, y una parte muy importante de las tablas de quesos es su estética. Una tabla de madera rústica, una pizarra, una bandeja decorada... Elegir una buena base sobre la que colocar nuestros alimentos en esencial, pero también tienes que tener en cuenta que sea resistente al corte y que no absorba olores.
Ten cuidado de colocar tus ingredientes de forma equilibrada, que el color y la forma de los quesos se distribuya por igual en toda la tabla. Las redes nos han enseñado, además, algunos trucos para colocar los embutidos y quesos de formas originales, que le den un toque especial a nuestra tabla. Un ejemplo son estas flores hechas con embutido, un truco rápido y fácil, pero que le dará a nuestra tabla un toque sobresaliente.
@ferrussian Boca cerrada? 🤣 Ustedes me entienden. Y sino en mi Insta les dejo algunos tíos e ideas de tablitas #cheeseboard #charcuterieboard #tablasdequesos ♬ Wildest Dreams - Duomo
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