Un estudio mundial sobre las patatas que hizo la ONU en 2008 describía las patatas bravas como un plato típicamente español. Han pasado quince años pero eso no ha cambiado. Las bravas siguen siendo uno de nuestros grandes clásicos de bar junto, por ejemplo, a la tortilla de patata y la ensaladilla rusa.
Hay cierta disputa sobre sus ingredientes. Por resumir, hay básicamente dos escuelas: la de los que aseguran que la salsa brava lleva tomate y la de quienes no lo usan. En este último caso el color rojo se lo dan las guindillas, la salsa tabasco y, especialmente, el pimentón.
¿Y una salsa brava sin pimentón? En ese caso el tomate tiene que estar presente porque habrá que darle su color rojo de alguna manera. Y para que el picante no dependa sólo de la guindilla... ¿unas gotas de tabasco?
Salsa brava sin pimentón
Ingredientes
Tomate frito (150 gr)
Guindilla (1)
Ajo (1)
Vinagre
Tabasco
Aceite de oliva
Elaboración
En una sartén ponemos un poco de aceite, el ajo (machacado pero entero) y la guindilla.
Cocinamos un poco y cuando el ajo coja color añadimos una cucharada de vinagre.
Removemos y cocinamos a fuego bajo unos 5 minutos.
Añadimos el tomate (ya frito) y lo dejamos otros 2 minutos más para mezclar sabores y hacer la salsa homogénea.
En este punto, retiramos o no el ajo, echamos unas gotas de tabasco y trituramos la salsa.
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