Como tantas otras del recetario tradicional, el pisto manchego es cocina de aprovechamiento. Era la comida de los trabajadores del campo y se aprovechaban las verduras de la huerta.
El pisto (del latín pistus, que significa machacado) se hacía con verduras sobrantes, claro que cambió mucho en el siglo XVI, cuando de América llegaron el tomate y el pimiento. Tanto que en realidad, el auténtico pisto manchego sólo lleva pimientos verdes y tomates. Con el tiempo fue admitiendo todo tipo de verduras (berenjena, calabacín, cebolla, etc), pero la base es pimiento verde y tomate.
Aunque el pisto se puede disfrutar caliente o frío, es más frecuente encontrar este plato en verano, más que nada por la estacionalidad de sus ingredientes. A la hora de presentarlo, va muy bien con huevos fritos, con longaniza o con magro de cerdo en trozos.
Pisto manchego
Ingredientes
Pimiento verde (1,5 kg)
Tomate (medio kilo)
Sal
Aceite de oliva virgen extra
OPCIONAL
Pimiento rojo (mezclado con el verde hasta hacer la cantidad dicha), calabacín (1), cebolla (1), ajo (2 dientes)
Elaboración
Cortamos los pimientos y los tomates en trozos más bien pequeños.
Ponemos el aceite a calentar en una sartén y echamos el pimiento troceado.
Dejamos hacerse a fuego lento durante unos 20 minutos.
Añadimos los tomates. Removemos y dejamos otros 10 minutos (siempre a fuego bajo).
Cuando el pimiento esté blando retiramos y echamos sal al gusto.
OPCIONAL: si usamos cebolla y ajo, los echamos en la sartén antes que el pimiento y en el caso del calabacín, antes que el tomate.
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