El solomillo es una de las piezas más conocidas de la ternera y por una buena razón. Se trata de una carne relativamente más magra que otras como el entrecot o el chuletón, tierna y sabrosa.
Como ocurre con tantos otros grandes productos, la clave para disfrutarlo no está en elaboraciones complejas, sino en respetar sus características y en aprovecharlas al máximo. Vamos a ver cómo prepararlo a la plancha para sacar todo su sabor a relucir.
Solomillo a la plancha
Ingredientes
Una ración de solomillo (entre 100 y 125g). Preferentemente, cortes bistec o 'chateubriand'.
Pimienta.
Aceite de oliva.
Sal.
Elaboración
1. Saca la carne de la nevera con algo de antelación, de forma que esté más o menos a temperatura ambiente al empezar a cocinar. Prepara los ingredientes.
2. Comienza a calentar la plancha con un chorro de aceite. Añade pimienta a los lados del solomillo. También puedes añadir ya la sal, o bien esperar a hacerlo cuando la carne esté en la plancha o incluso una vez que el solomillo esté acabado. Los defensores de añadir la sal en este paso argumentan que se absorbe mejor, mientras que quienes prefieren hacerlo al final opinan que la carne queda más jugosa.
3. Cuando la plancha humee, coloca la pieza. Según cómo te guste de hecha y según el ancho del corte, te llevará más o menos tiempo, pero no debe exceder los 3 minutos por lado (si te gusta muy poco hecha, serán sólo unos segundos, hasta que empiece a dorarse). Trata de voltearla una única vez; es decir, que el primer lado quede hecho antes de pasar al siguiente.
4. Deja que el solomillo repose uno o dos minutos.
5. Opcionalmente, puedes servirlo acompañado de patatas fritas, pimientos rojos, espárragos verdes y adornado con romero o tomillo.
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