Freír los alimentos al estilo tradicional es un proceso que agrega una elevada cantidad de calorías y grasas, y reduce su calidad nutricional. Por eso la freidora de aire es un gran invento: porque no utiliza aceite (o muy poco). Eso nos permite conseguir o acercarnos a la textura y el sabor de los fritos, pero de modo más saludable.
Casi todo puede hacerse en una freidora sin aceite, porque tiene algo de freidora y algo de horno. Por eso sería más acertado llamar a este electrodoméstico horno de aire, porque actúa como un horno, pero con aire: caliente por la resistencia que lleva y rápido por su ventilador.
Con nuestra airfryer podemos cocinar, por supuesto, pero podemos hacer más cosas, por ejemplo, descongelar alimentos.
Cómo descongelar alimentos en la freidora de aire
Todo son ventajas. Con nuestra freidora sin aceite los alimentos se descongelan de manera homogénea y lo más importante, no se cocinan (que es lo que suele pasar con el microondas). Además, no habrá exceso de agua y el resultado es estupendo: crujiente por fuera y suave (y descongelado) por dentro.
Se trata de ajustar tiempo y potencia en función del grosor de la pieza a descongelar. Pero lo recomendable es poner una temperatura baja, sobre los 180ºC y jugar con el tiempo (abriendo y verificando).
También podemos descongelar y cocinar. O sea, el aire caliente de la freidora envuelve los alimentos congelados y los descongela al mismo tiempo que ya los está cocinando. De este modo, cocinamos más rápidamente y de forma más uniforme, ya que podemos elegir no esperar a que se descongele el alimento antes de comenzar a cocinarlo.
Cómo descongelar pan en la freidora de aire
La freidora de aire también sirve para descongelar el pan. Acabará siendo uno de los usos más habituales que hagas de este electrodoméstico. Es fácil, pero mejor sigue unas pautas:
- Precalentamos la freidora a 180ºC.
- Colocamos el pan dentro de la canasta (no hay que llenarla mucho para que el aire pueda circular).
- TRUCO: si envolvemos el pan en un trozo de papel de horno o aluminio conseguiremos mantener su humedad, de modo que no se secará.
- Ajustamos el tiempo. Que sea poco: entre 5 y 10 minutos, dependiendo del grosor de la pieza de pan. Vamos abriendo y viendo cómo va el proceso -apenas habrá pérdida de calor- por si toca reducir o añadir tiempo.
- Si acabados esos 5-10 minutos el pan aún está ligeramente congelado añadimos un par de minutos más.
- TRUCO: si queremos que el pan quede tostado y crujiente, en los 2 últimos minutos retiramos el papel de horno o aluminio con el que lo hemos envuelto.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios