De un tiempo a esta parte, los aguacates se han convertido en una fruta imprescindible que podemos encontrar en cualquier supermercado. Para desayunar en una buena tostada, un imprescindible si lo que queremos es preparar un brunch, en ensaladas, en bowls...
Seguro que has escuchado eso de que los aguacates tienen un alto contenido en grasa, pero también que son un super alimento. La grasa del aguacate es una grasa saludable compuesta principalmente por ácido oleico, que supone el 70 % de los lípidos.
Si eres consumidor asiduo de esta fruta, seguro que habrás escuchado por ahí que existen "aguacates lights", es decir, variedades que tienen menos grasa que los aguacates al uso que estamos acostumbrados a comprar y a consumir. ¿En qué se diferencian realmente?
Aguacates mexicanos, antillanos o guatemaltecos
Si hablamos de aguacates, lo primero sería diferenciar entre las tres variedades que existen dependiendo de su lugar de procedencia: Guatemala, México o Antillas.
El aguacate que compramos habitualmente y consumimos en España es de la variedad Hass, que se trata de aguacates guatemaltecos. Contienen entre un 15% y un 20% de grasa.
Los denominados como aguacates "lights" son los de variedad antillana y son los más reducidos en grasas, conteniendo entre un 5% y un 10% del total.
Al tratarse de un alimento que nos aporta grasa saludable, las variedades más bajas en grasa también tienen menor valor nutricional, por lo que se podría decir que son "lights" en todos los sentidos, incluyendo en el aporte nutricional.
Beneficios para la salud
El aguacate es una fruta rica en Vitamina K, ácido fólico, vitamina C, potasio, vitamina B6, vitamina E, sodio y fibra, por lo que tiene innumerables beneficios para la salud.
Gracias al magnesio y potasio que nos aporta, ayuda a mejorar el funcionamiento del sistema nervioso y muscular, mientras que las vitaminas y los minerales ayudan al sistema inmunológico.
Además, tiene efecto antioxidante, ya que las vitaminas A, C, D, K y B ayudan a la regeneración celular. Las vitaminas C y E, además, ayudan a la salud cardiovascular, mientras que la vitamina D favorece a nuestros huesos.
Con el ácido oleico ayuda a reducir el colesterol, y se trata de una aliento saciante y rico en fibra, por lo que ayuda a controlar el apetito, controlar la glucosa en sangre, y evitar el estreñimiento.
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