Este es el secreto para preparar el café espresso perfecto, según la ciencia

Si eres un loco de este tipo de café pero no te sale tan bien como desearías, toma nota de este truco que han revelado unos científicos a través de un estudio.
Café expresso.
Café expresso.
limpido / iStock
Café expresso.

El mundo del café es un auténtico universo en el que sumergirse si eres amante de esta bebida, y aunque en España es raro encontrarse a algún adulto que no arranque el día con una buena taza de café favorito, en otros países como Italia o Colombia la tradición cafetera va mucho más allá.

Desde las distintas variedades de café hasta la manera de prepararlo o las diferentes cafeteras que podemos encontrarnos en el mercado, tipos de café existen infinitos a lo largo y ancho del mundo, aunque el café espresso es uno de los más populares. ¿Cuál es la manera correcta de prepararlo?

Qué es un café espresso

Tal y como explican desde Nescafe, "el espresso es una forma concentrada de café, se sirve en pequeñas medidas y suele ser la base de muchos otros tipos de bebidas de café, como el cappuccino, latte, americano y macchiato".

"El espresso no es un tipo de grano de café ni un estilo de tueste, un error muy común. Es un proceso de preparación del café que se hace forzando el paso de agua caliente a alta presión a través de granos de café muy finamente molidos. A continuación, se cubre con una crema, una espuma marrón, que añade el intenso y sabroso retrogusto. Un espresso es intenso y atrevido, pero no por ello menos delicioso, y suele servirse en tacitas muy pequeñas". 

¿Cómo preparar el espresso perfecto?

Tal y como recoge The Guardian, a través de un estudio de la Universidad de Oregon publicado en la revista Matter, "los investigadores han descubierto que una pizca de agua agregada a los granos de café antes del proceso de molienda crea un espresso más consistente y sabroso, lo que, según dicen, ayudará a los baristas y fabricantes de café industriales a superar un obstáculo importante". 

Cuando se muele el café, la fricción entre los granos genera electricidad, lo que hace que las partículas se agrupen en el molinillo. La investigación encontró que agregar agua a este proceso reduce la electricidad producida, lo que resulta en menos desperdicio de café y sabores más fuertes.

"El agua no sólo reduce la electricidad estática y, por lo tanto, reduce el desorden al moler, sino que también puede tener un impacto importante en la intensidad de la bebida y, potencialmente, la capacidad de acceder a mayores concentraciones de sabores favorables", asegura Christopher Hendon, profesor asociado de química en la Universidad de Oregón.

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