Cuentan los datos que en 2022 el consumo per cápita de cerveza en España fue de 58 litros. Es decir, de media, cada español consumió casi 60 litros de cerveza. Ahí es nada.
Tostadas, negras, rubias, sin alcohol, de diferentes marcas... pocas cosas nos gustan más que disfrutar de una buena cervecita en compañía, ya sea después del trabajar, en una tarde de playa o para el aperitivo del fin de semana. Una cerveza bien fresca siempre es bien recibida.
Todos conocemos a alguien que bebe más cerveza que agua y que es un auténtico apasionado de esta bebida, así que ¿qué te parece, además de sumergirte en el mundo cervecero con el paladar, hacerlo con los cinco sentidos? Planazo.
MEGA, museo y fábrica de una de las cerveceras más populares
Aunque nació como La Estrella de Galicia, a día de hoy Estrella Galicia es una de las cervezas más populares a lo largo y ancho de nuestro país y es que esta empresa cervecera creada en 1906 conquista cada día más territorios.
Ubicado en A Coruña, se trata de un espacio donde, además de la única fábrica de cerveza de Estrella Galicia del mundo, encontramos el museo donde sumergirnos en la auténtica cultura cervecera desde los inicios de su historia.
"La cerveza se inventa mucho antes que el vino, en el Paleolítico", asegura Óscar López, responsable comercial y eventos en MEGA. "Hay excavaciones arqueológicas donde se encontraron restos de vasos con bebidas fermentadas que eran mucho más simples, lógicamente era una mezcla de agua y cereales, pero se bebía mucho en las civilizaciones antiguas. En Egipto, por ejemplo, se pagaba a los trabajadores en cerveza porque se consideraba un alimento. Se les daba entre 3 y 4 litros de cerveza diaria a los trabajadores; quizá esa sea la razón por la que nadie sabe cómo se construyeron las pirámides", bromea uno de los responsables de realizar el tour por el museo.
López hace un recorrido por la historia de esta bebida tan popular, asegurando que "en la Edad Media nos tenemos que centrar en los monjes, donde las cervezas típicas eran las cervezas de abadía, porque los monjes sabían leer y escribir y monopolizaban la producción. Aquí a partir del siglo XII comenzamos a utilizar el lúpulo para elaborar cerveza, antes era solo agua y cereales".
Si hablamos de tradición cervecera irremediablemente tenemos que hablar de la escuela alemana, la escuela de cerveza más antigua del mundo. "Las cervezas las puedes clasificar por color, por sabor, por amargor… si las clasificas por temperatura a la que se fermentan encontramos dos grandes grupos: si fermentas en frío, tu cerveza es una lager (a 8 o 10 grados de temperatura); si fermentas a temperatura más alta es una ale, como las IPAs… en función de la temperatura se clasifica de una manera u otra", explica el experto.
La estrella de seis puntas, una seña de identidad
A menudo encontramos diferentes marcas de cerveza que llevan en su nombre y en su logo una estrella. Estrella Galicia, Estrella Damm, Estrella Levante, Estrella del Sur, Stella Artois en Portugal... ¿a qué se debe esta fijación con estos astros?
Tal y como explica López, "los gremios de maestros cerveceros se crearon en la edad media y se identificaban con ese símbolo".
"Son tres puntas que se combinan con otras tres: el agua de la cocción de los cereales, fuego con el malteado de los cereales, y el aire con la fermentación", confirma López sobe esta tradición cervecera.
Los cuatro ingredientes que hacen posible el milagro
Una vez recorrida la historia de esta bebida y la historia de la empresa, Corporación Hijos de Rivera, toca entrar de lleno en la producción de la cerveza y los ingredientes que entran en el juego: el agua, el lúpulo, la malta y la levadura.
"El agua es la clave, el ingrediente en cuanto a cantidades más importante porque es más del 90% de una cerveza", explica el experto sobre este ingrediente que, aunque nos parezca el más simple, es fundamental a la hora de elaborar cerveza.
Tal y como señala López, "las aguas en función de la zona del mundo, los maestros cerveceros la clasifican por la dureza: si tu agua es blanda significa que tiene poco calcio y poco magnesio y es perfecta para hacer ciertos estilos de cerveza, pero el agua dura, muy cálcica, es perfecta para combinar con maltas oscuras y hacer cervezas negras; es el ejemplo de Reino Unido".
"El agua es la clave"
Entre otros motivos, Estrella Galicia solo fabrica en su planta de A Coruña para asegurarse de utilizar el agua del mismo manantial, y que es uno de los ingredientes que nunca pueden variar a la hora de elaborar una cerveza.
Una vez recorrida y disfrutada la sala dedicada al agua, pasamos a la que se centra en el lúpulo, la planta que aporta el amargor y el aroma. "Si coges la planta del lúpulo con la mano te vas a manchar las manos de resina, que es la que aporta el amargor a la cerveza, y los aceites esenciales de la flor que aporta los aromas. Además, ayuda a conservar la cerveza y a formar la espuma", asegura López sobre este ingrediente.
"Somos pioneros en apostar por el lúpulo gallego; estos seis lúpulos se plantan muy cerca del embalse que nos abastece", asegura el responsable de realizar la ruta por el museo.
Tras el lúpulo, la visita se centra en la malta. "La cebada cruda son los granos que encontramos en el campo, pero nunca se usan para elaborar cerveza, así que los transformamos con el famoso malteado", comienza a explicar Óscar.
"Por eso decimos que utilizamos malta de cebada. También podemos utilizar malta de trigo o malta de maíz. Siempre se maltea el cereal. Yo lo explico como las lentejas en el cole. Aquí lo que hacemos es recoger el cereal crudo y se empieza a germinar. Aplicamos calor para tostarlo y al final queda la malta. En función de la intensidad del malteado varía el color de la cerveza; pueden ser rubias, tostadas o negras, y desde 2009 estamos apostando por el cultivo de cebada gallega".
El último ingrediente fundamental para tener una cerveza es la levadura, un hongo que transforma azúcares en alcohol. "Nosotros hacemos el mosto, lo enfriamos y añadimos la levadura. Cada cervecera tiene su cepa de levadura, y casi todas las masas madres de las cerveceras del mundo se conservan en ciudad alemana. Siempre se usa la misma agua y la misma levadura. Con lo que juega el maestro cervecero es con los lúpulos y los cereales para hacer las diferentes versiones, pero siempre misma agua y misma levadura, porque si no la cerveza cambia", explica el experto.
De la sala de producción a la de catas
Una vez tenemos claros lo ingredientes pasamos a la sala de producción, donde se tienen que dar cuatro procesos para terminar obteniendo cerveza.
El primero es el cocimiento, donde se elabora el mosto. "Es como hacer una sopa, calientas agua y añades la malta de cebada, se añadía el lúpulo al fondo y se remueve toda la mezcla".
"Cogemos el mosto de cerveza y se le baja la temperatura desde unos cincuenta y pico grados, se baja a unos 10 grados y viene la fermentación. Seis u ocho horas de cocimiento y de ahí se lleva a los tanques donde se deja una semana con la levadura y se transforma el mosto cerveza, aunque es una cerveza joven o verde", explica López mientras sirve a los presentes mosto de cerveza para probar esta primera versión de lo que terminará siendo una Estrella Galicia.
Esa cerveza no sale así a la venta porque "le falta reposar, la maduración, que tarda dos o tres semanas más. Después de este proceso pasa por 12 horas de filtrado para quitar esa turbidez, y ya estaría lista para envasar".
El experto asegura que, si sumamos tiempos, se tarda aproximadamente un mes en elaborar cerveza: "Es comparable a la cocina de la abuela, que se cocina a fuego lento".
Una vez entendido el proceso de elaboración podemos descubrir la fábrica y meternos dentro de ella con unas gafas de realidad virtual que nos harán convertirnos en un operario más para después echar la vista atrás haciendo un repaso por todas las botellas, botellines y etiquetas con los que se ha comercializado Estrella Galicia y por todos sus patrocinios, donde también encontramos el famoso collar que Berlín le robó en las pasadas campanadas de Nochevieja a Cristina Pedroche.
Cata con tres opciones de maridaje
Siempre nos apetece una buena cerveza, aunque después de un recorrido entero por el museo nos apetece con especial ansia, por lo que nada como terminar la experiencia con una cata de las diferentes cervezas de Estrella Galicia.
Eso sí, ante mejor realizar el curso de tiraje para que, en uno de los muchos grifos que existen en la sala, un maestro cervecero te enseñe cuál es el método para conseguir la caña deseada con impresionante tapón de espuma.
En cuanto al maridaje, podemos optar por la opción de embutidos, quesos gallegos o conservas por 35 euros. La mejor forma de terminar este peregrinaje por el mundo de la cerveza.
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