Si eres de cocinar (pero de cocinar de verdad), uno de los ingredientes que no puede faltar nunca en tu despensa es la cebolla. O las cebollas, porque si ya eres un nivel pro es probable que tengas diferentes tipos de cebollas para los diferentes tipos de elaboraciones, ya sean platos típicos de España o platos internacionales. Lo que a día de hoy se conocería como un must.
Probablemente, cuando vas a hacer la compra cojas aleatoriamente las cebollas que más te llaman la atención, aunque dependiendo de la receta que quieras preparar deberías elegir entre unas y otras. Te contamos cuáles son sus diferencias y sus utilidades.
Cebolla blanca: para ensaladas
Se trata de un tipo de cebolla muy fácil de reconocer por su impecable color, ya que, tanto por fuera como por dentro, el este tipo de cebolla se caracteriza por su color blanco brillante.
En cuanto a su sabor, se trata de una cebolla dulce que por su textura crujiente se suele utilizar para ensaladas o sándwiches, ya que es ideal para comer cruda.
Cebolla amarilla: para caramelizar
Se trata de otra de las variedades más comunes tanto en los mercados como en las despensas de nuestras casas. A simple vista las reconocerás porque su piel se asemeja a un papel y el color de su carne es amarillento.
En cuanto al sabor, se trata de una cebolla dulce pero más suave, ideal para caramelizar o para guisar.
Cebolla Vidalia: cruda o en sofrito
Se trata de un tipo de cebolla que toma su nombre de su lugar de origen, ya que se cultivan en la ciudad de Vidalia, en Georgia. Aunque se trata de una de las cebollas más comunes, también es una de las más incómodas, ya que tiene un alto contenido en ácido pirúvico, el que provoca que lloremos cortando cebolla.
Su piel también tiene aspecto de papel y su carne es amarilla, aunque se diferencia porque más ancha en el tallo. Además, en cuanto a usos, se puede utilizar tanto cruda como para guisos, como en un sofrito.
Cebolla roja: para comer en crudo
Son probablemente de las más fáciles de reconocer por su color rosado, ya que su carne es blanca, brillante y con matices morados. En cuanto a su sabor es más picante.
Se trata de una de las mejores variedades de cebolla para utilizar en crudo, aunque también la podemos cocinar, donde perdería parte de su picor característico.
Chalota: el toque que necesitas en tus platos orientales
Se trata de una de las cebollas más populares, y aunque es de origen francés, es indispensable en algunas gastronomías como la asiática.
En cuanto a su aspecto es fácil de reconocer ya es más pequeña y alargada y su carne es blanca con todos púrpura. Se suele utilizar cocinada en rodajas o en juliana para darle un toque crujiente a platos como tallarines, sopas de arroz o fideos orientales.
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