En mundo se divide entre dos tipos de personas: los que miran asiduamente las fechas de caducidad de todo aquello que consumen y descartan automáticamente aquellos alimentos que han sobrepasado el dato límite, y los que solo se guían por el estado del producto: si está bueno, me lo como.
Lo primero que tenemos que tener claro es que no es lo mismo fecha de caducidad que fecha de consumo preferente. Según explican desde la Comunidad de Madrid, "la fecha de consumo preferente indica el momento hasta el cual el alimento conserva la calidad prevista", mientras que "la fecha de caducidad indica el momento hasta el cual el alimento puede consumirse de forma segura. La fecha de caducidad aparece en productos muy perecederos, como el pescado fresco o la carne picada".
Aunque siempre deberíamos tener en cuenta cuál es el consumo preferente o la caducidad que nos marca el fabricante, es cierto que hay alimentos que podemos seguir consumiendo sin ningún tipo de riesgo pasadas estas fechas e incluso alimentos que no tienen fecha de caducidad.
De los yogures a los frutos secos
Sin duda la fecha de caducidad de los yogures es una de las más polémicas, ya que desde 2014 se trata de 'fecha de consumo preferente'. Aunque, como todos los alimentos que sobrepasan esta fecha pueden ir perdiendo propiedades, no resultaría nocivo para la salud si los hemos mantenido bien conservados.
Los huevos son otro de los alimentos que tienen un importante margen desde la fecha de consumo preferente. Siempre y cuando tiene un aspecto, olor y color normal, pueden ser consumidos. Si, por el contrario, el color de la yema comienza a ser verdoso, mejor tirarlos.
Otro ejemplo es el caso del pan de molde, las galletas o la bollería, que con la fecha de consumo preferente el fabricante se asegura de que el producto llegue al consumidor con todas sus propiedades como aroma, textura y sabor, pero que, a no ser que, a no ser que esté comenzando a estropearse, podemos consumir sin riesgo para la salud.
Las conservas, como su propio nombre indica, son de los alimentos que mejor se conservan. Si las mantenemos en las condiciones que indica en el packaging, podemos consumirlas después de la fecha aunque puede ser que hayan perdido parte de sus vitaminas o minerales.
Los snacks como patatas fritas o frutos secos tampoco supondrían ningún riesgo para la salud, aunque puede ser que, dependiendo del tiempo que haya pasado al abrir la bolsa descubramos un olor rancio.
Con algunas bebidas ocurre lo mismo, como es el caso de los refrescos o las bebidas alcohólicas. Aunque el sabor, color y olor se puede alterar con el paso del tiempo, no ocurriría nada si los consumimos después de la fecha preferente.
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