
Crucero Voyager
La mayoría de los pasajeros del Grand Voyager, el crucero que el lunes se quedó seis horas a la deriva en alta mar por el temporal, llegaron ayer a Barcelona y Madrid tras vivir una angustiosa experiencia que aseguran nunca olvidarán.
EFE
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El vaivén de las olas causó varios heridos. Seis de ellos se quedaron hospitalizados en Cerdeña. También sus acompañantes.
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Inmaculada Rumbo
Inmaculada Rumbo y su pareja son dos de los 418 pasajeros que se embarcaron en el crucero turístico 'Grand Voyager' para disfrutar de unas vacaciones en alta mar. El crucero comenzaba su ruta en Barcelona y debía visitar Livorno, Chivitavecchia, Messina, Dubrovnik, Malta y Túnez.
Inmaculada Rumbo, una pasajera
Dormitorio
El crucero "Gran Voyager" se averió el lunes cuando navegaba a unas 60 millas al este de las costas españolas. "Estaba en mi camarote con mi hijo y mi esposa cuando oímos la alarma y, antes de que se me echara encima la televisión y el resto de muebles, salimos al pasillo y nos dirigimos a una zona de seguridad del barco", cuenta Rafael López. La foto, que fue tomada por la pasajera Inmaculada Rumbo, muestra el estado de uno de los dormitorios.
Inmaculada Rumbo, una pasajera
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El buque Grand Voyager, una vez averiado, tuvo que enfrentarse a una tormenta con olas de más de diez metros. La cafetería del buque quedó reducida a un amasijo de banquetas rotas y cristales.
Inmaculada Rumbo, una pasajera
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Otro pasajero, que ha preferido quedar en el anonimato, nos ha enviado esta imagen de su camarote. Los dormitorios quedaron inservibles.
Un pasajero
Pasillos
Los viajeros tuvieron que dormir en el pasillo. Ángel Priego, vecino de Palma de Mallorca, confiesa que jamás olvidará el gran miedo que pasó cuando el barco se quedó escorado a babor durante unos segundos.
Un pasajero
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El "momento crítico" de la travesía se vivió en torno a las 9.30 horas, cuando durante un lapso de 40 o 50 minutos la embarcación se quedó sin propulsión y "sin gobierno", después de que una gran ola impactase en el puente de mando, rompiendo el aislamiento y dañando los sistemas electrónicos.
Inmaculada Rumbo, una pasajera
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El "Grand Voyager" es un crucero moderno, considerado por la empresa como "el más rápido del mundo", y tiene 180 metros de eslora y 26 de manga.
EFE
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A su llegada al puerto de Cerdeña, un equipo de 10 médicos y ATS reconocieron a los pasajeros. Seis pasajeros del crucero están hospitalizados como consecuencia de los heridas de diversa consideración, y al menos siete presentaban contusiones leves. Todos se encontraban en un estado de gran nerviosismo.
EFE
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La angustia se prolongó durante varias horas, hasta que el Grand Voyager arribó en el puerto de Cagliari. Las tres mujeres embarazadas que viajaban en el crucero no presentan ningún tipo de lesión. Tampoco los bebés y los niños.
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emocion
La pesadilla ha terminado. La mayoría de los pasajeros regresan a Barcelona y Madrid en avión. La llegada al aeropuerto del Prat está llena de emoción.
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Lágrimas
Además de los familiares de los pasajeros, decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras se agolpaban para recibirles y grabar sus testimonios de la dura experiencia.
Manuel Sánchez López
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Algunos no han podido contener las lágrimas. Muchos pensaron que nunca llegarían a puerto.
Manuel Sánchez López
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Los pasajeros iban saliendo, muchos en silencio, de la terminal del aeropuerto. La mayoría se mostraban reacios a hablar después de haber vivido algunas de las horas más angustiosas de su vida en un crucero de placer que terminó convirtiéndose, como si se trata de una película, en una auténtica pesadilla.
Manuel Sánchez López