CASAS DE VANGUARDIA – MALLORCA, SA POBLA

La casa de Mallorca que respeta
y actualiza la arquitectura tradicional de la isla

Natural, sincera y hecha con materiales de kilómetro cero. Así es esta vivienda de Sa Pobla que se inspira en los antiguos aljibes de la zona y que recupera materiales en desuso para multiplicar su eficiencia energética; pero que, a la vez, huye de las típicas construcciones para dar protagonismo a los espacios comunes y aprovechar los recursos naturales del planeta

        

        

Vivir de una forma diferente. Ese fue el primer requisito y punto de partida de esta casa de Mallorca que respeta la tradición local pero que, a la vez, huye de la arquitectura clásica. Ubicada en un pueblo del interior de la isla, en Sa Pobla, esta vivienda está diseñada para compartirla y aprovechar al máximo toda la energía natural que nos ofrece el planeta.

En la construcción se han eliminado todos los muros intermedios que, normalmente, tienen las casas tradicionales, para potenciar la entrada de luz y la ventilación y dar protagonismo a las zonas comunes, ya que este tipo de decisiones posibilitan espacios completamente diáfanos y flexibles.

CASAS DE
​VANGUARDIA


​Este reportaje pertenece a la serie 'Casas de vanguardia', un proyecto de Endesa que presenta las casas más eficientes de nuestro país para mostrar cómo la electrificación, los materiales de construcción y las fuentes de energía renovable pueden ir de la mano de un diseño cuidado e innovador. Modelos de arquitectura que definen las casas del futuro para impulsar la transformación energética de la vivienda y de la sociedad.

Building with metal covering against stormy sky

Otra forma de vivir

“Este proyecto nace de dos puntos de partida muy distintos. El primero de ellos es una forma de vivir muy diferente, donde las zonas comunes son los espacios clave; y el segundo, aunque más habitual, es la conciencia medioambiental”, detalla Pau del Campo, arquitecto encargado de la vivienda y cofundador de Nøra Studios. Precisamente, el edificio se denomina ‘En batería’ porque es uno de los pocos modelos arquitectónicos que te permite reunir ambos conceptos.

El proyecto consta de dos alturas que están conectadas no solo a nivel lumínico, sino también a nivel funcional y de ventilación. Gracias a la galería que hay situada junto al patio, se puede controlar la temperatura del interior de la casa porque, al funcionar como efecto invernadero y tener doble cristalera, puede almacenar o liberar el calor que se genera en los días soleados. “La geometría, la distribución y las decisiones arquitectónicas ayudan a que la casa sea mucho más eficiente y su consumo energético muchísimo menor”.

Doble cristalera para almacenar o liberar el efecto invernadero.
Doble cristalera para almacenar o liberar el efecto invernadero.
Ricard López

Además, Del Campo subraya que es “importantísimo” que la propia construcción de la vivienda impacte directamente en la mejora medioambiental del mundo. Aquí se potencia la ventilación cruzada, la luz natural, la circulación del aire y, en definitiva, los sistemas pasivos. “El proyecto cuenta con diferentes elementos que nos permiten coger la energía existente en el mundo (como el viento, el sol, el frío y el calor) y utilizarlos para la casa”, profundiza el arquitecto.

Materiales de kilómetro cero

Para maximizar este comportamiento de austeridad energética, también se optó por emplear un material característico de la zona: la termoarcilla. Se trata de una especie de pieza cerámica que tiene un comportamiento térmico “muy bueno” porque, al estar compuesta por pequeños agujeros, deja que tanto el frío como el frío entren de una forma mucho más pausada dentro de la casa.

El cliente activa las virtudes arquitectónicas de la vivienda.
El cliente activa las virtudes arquitectónicas de la vivienda.
Ricard López

“Asumimos la termoarcilla como el leitmotiv del proyecto”, explica el responsable de la obra y reconoce que este es un elemento que poca gente utiliza porque, aunque es muy interesante, también tiene un sistema constructivo muy difícil. No obstante, la termoarcilla es, a pesar de sus inconvenientes, el componente estructural de la vivienda y el acabado en la mayor parte de los espacios. Está prácticamente por toda la casa y, además, se ha incorporado sin alteración alguna en las paredes porque no responde bien a los cortes.

“Este fue uno de los grandes retos pero también es el valor de la casa”, destaca Del Campo. Igualmente, admite que trabajar con todo visto ha sido otro de los “desafíos” que encierra esta construcción. “Entender que todo iba a ser definitivo y que nadie podía romper ni pintar ni estropear lo que ya se había montado ha sido muy, muy, muy difícil y, a la vez, muy bonito”, declara. Para conseguirlo, explica que todos los partícipes han tenido que trabajar con una delicadeza exquisita: “No nos permitimos tapar o esconde algo que no nos había gustado o que se había estropeado durante el proceso”.

La vivienda recupera materiales de kilómetro cero para multiplicar su eficiencia energética

La sinceridad de los materiales llega hasta el patio, que está inspirado en los antiguos aljibes de Mallorca. “Nos imaginamos la zona exterior como una parte de cultivo, como un campo de siembra a una escala más pequeña donde la piscina no fuese al uso”, apunta. ¿El resultado? Una piscina elevada hecha de material de marés, la piedra tradicional de la región, y a pocos metros una huerta que ya empieza a dar sus primeros frutos. “El patio es muy representativo del sistema constructivo antiguo de la isla y era importantísimo mantenerlo, conservarlo, restaurarlo e imitarlo dentro de las posibilidades que teníamos”, apunta.

La vivienda responde a una voluntad estética y constructiva que apuesta por materiales de kilómetro cero, pues esta proximidad también alivia el gasto energético que se lleva a cabo en el propio proceso de construcción. Todo está diseñado para que funcione con electricidad, que se alimenta de las placas solares que hay instaladas en la cubierta.

El patio exterior está inspirado en los aljibes de Mallorca.
El patio exterior está inspirado en los aljibes de Mallorca.
Ricard López

Este sistema alimenta las bombas que recuperan el agua de lluvia, las bombas de riego que recuperan las aguas grises y, sobre todo, la aerotermia. “Al final, esta casa funciona 100% con electricidad. No tenemos otro aporte energético. Por tanto, era clave desarrollarla con este concepto”, insiste.

Construcciones del futuro

“Esta casa es un ejemplo o un intento de aunar esta vanguardia con esta eficiencia energética, ya que se ha proyectado la casa pensando en que la eficiencia energética se multiplique”, resume. “Para mí, la arquitectura que está viniendo o que tiene que venir o que sí sería obligatorio que viniera es la que aúna estos dos conceptos”, defiende Del Campo.

En el caso concreto de esta vivienda, el arquitecto considera fundamental la interacción entre casa-cliente. “Es el cliente quien ventila cada mañana, quien pone alguna protección cuando incide mucho el sol… Para mí, es muy interesante que el cliente sea consciente de las virtudes arquitectónicas de la casa y sea él quien las active”, indica. “No es una casa donde está todo automatizado, es el cliente quien tiene que ser consciente de las cosas”, añade.

El cliente activa las virtudes arquitectónicas de la vivienda.
El cliente activa las virtudes arquitectónicas de la vivienda.
Ricard López

“La eficiencia energética no viene solo de apagar luces o poner placas solares, lo que construimos también tiene que tener una mejora energética en el mundo”, justifica. “A día de hoy, creo que quien no tenga marcado a fuego que las casas se tienen que hacer con una consciencia energética, comete un error. En estos momentos, es importantísimo que las casas ayuden a consumir menos y a vivir mejor”, concluye Pau del Campo, quien se muestra satisfecho con el resultado del proyecto, pues la casa está evolucionando con la familia que la habita.

ALAYANS STUDIO para ENDESA | Dirección creativa: Fedra Valderrey | Producción y texto: Sara Cabrero | Audiovisual: Martín Merino | Fotografía: Ricard López | Diseño: Beatriz Areste y Pablo Calahorra Subías