A finales de los años 90, la venta en las farmacias del OxyContin revolucionó el mercado. No solo porque la familia Sackler, los fabricantes detrás de esta marca con la que se comercializaba la oxicodina, facturara hasta 3.000 millones de dólares al año, sino porque la población estadounidense sufrió los verdaderos estragos de un medicamento que se transformó en una inesperada droga.
En los últimos meses son muchas las producciones que han abordado esta tragedia que se cobró la vida de más de 500.000 personas en Estados Unidos y dio el salto a todo el mundo, entre ellas Medicina letal. La nueva serie de Netflix conquistaba al público en su aterrizaje en la plataforma, donde mostraba el drama que supuso la comercialización de este medicamento, en un entorno ajeno a cualquier tipo de escrúpulos. Una ficción que ha atrapado al mismísimo Stephen King, quien se ha sentido "identificado".
"Medicina letal (Netflix): Después de que nos destrozaran en 1999, los médicos dijeron: 'Tenemos este maravilloso medicamento nuevo para el dolor llamado OxyContin. Te gustará'. ¿Gustarme? Me encantó. Casi hasta la muerte. Podría identificarme con todo lo que hay en esa serie", señalaba el autor sobre su experiencia con los medicamentos adictivos.
PAINKILLER (Netflix): After getting smashed up in 1999, the docs said, "We have this wonderful new drug for pain called OxyContin. You'll like it." Like it? I loved it. Almost to death. I could relate to everything in that series.
— Stephen King (@StephenKing) September 10, 2023
La miniserie Medicina letal, dirigida por Peter Berg (Very Bad Things, Hancock) y protagonizada por Matthew Broderick (Juegos de guerra), Uzo Aduba (Orange is the New Black) y Taylor Kitsch (John Carter), aborda la investigación que lleva a una mujer a que descubra las malas praxis de la farmacéutica Purdue, comandada por un implacable Richard Sackler, uno de sus ejecutivos más importantes.
Los problemas de Stephen King con las drogas
En el pasado, Stephen King ya había hablado de sus problemas con el alcohol y las drogas, por las que había llegado a ingerir hasta 25 latas de cerveza en un día, mientras consumía de manera habitual cocaína, Valium o Xanax, entre otras sustancias. Esta situación tuvo su punto álgido en los años 70 y 80, afectando a la vida y obra del autor de El resplandor.
De hecho, el propio King ha señalado cómo algunas de sus mejores obras fueron escritas durante esos años, pero también su dificultad para recordar que él mismo hubiera sido el que las había escrito. Algo que también le afectó en su vida familiar. King llegaría a lamentar perderse la infancia de sus tres hijos, Naomi, Joe y Owen, fruto de su matrimonio en 1971 con Tabitha King, su esposa en la actualidad.
Una lucha contra las drogas que quedaba especialmente plasmada en su obra Misery, donde postraba la angustia que le provocaban las adicciones a través del encierro del novelista Paul Sheldon y su enfrentamiento a la enfermera Annie Wilkes.
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