La eterna adolescencia de los millennials: la nostalgia por las películas de los 2000 arrasa en Hollywood

'Crepúsculo', 'Harry Potter', 'Percy Jackson' o 'Chicas malas'. Hoy en día, cada éxito de principios de siglo parece contar con una nueva producción. 
'Percy Jackson', 'Chicas malas' y 'Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes'
'Percy Jackson', 'Chicas malas' y 'Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes'
Cinemanía
'Percy Jackson', 'Chicas malas' y 'Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes'

No resultaría ilógico suponer que, si has reconocido la camiseta naranja de campamento, el disfraz de Papá Noel sexy y a la tributo del distrito 12, seguramente seas de los nacidos en los 90, de los que soñaban con ir a la escuela de magia y hechicería más famosa del mundo y de los que deseaban encontrar un bosque oculto en el fondo del armario. O eso, o eres de la generación Z.

A los primeros, decirles que nos hemos hecho adultos, lo que, traducido al lenguaje cinematográfico, significa que ha llegado ese momento en el que las películas que marcaron nuestras infancias y adolescencias han empezado a adoptar el apellido de película "original". Ya sea a través de remakes, spin-offs, precuelas o secuelas, ningún largometraje ni saga de éxito parece librarse del paso del tiempo.

Entre la guerra de los que opinan que es demasiado pronto para volver a los títulos de los 2000 y los que esperan con ganas estas (no tan) nuevas historias, el éxito de producciones como la precuela de Los juegos del hambre o la serie de Percy Jackson introduce una nueva pregunta: ¿vivimos los millennials en una eterna adolescencia? Y, de ser así, ¿es eso algo malo?

El éxito de los remakes

Aquellos que no entren en esta franja de edad se preguntarán por qué algunas actualizaciones son celebradas mientras que el anuncio de otras no ha sido bien recibo. La respuesta es la misma que se podría dar a cualquier pregunta: depende, en este caso, de la película a la que se quiera volver y del tipo de actualización que se decida hacer.

Cojamos, por ejemplo, la nueva adaptación en formato serie de la saga literaria Percy Jackson (el hecho de cambiar las películas por producciones por capítulos sería otro tema de estudio aparte). Comprender su éxito no es complicado: tras una adaptación desastrosa en 2010 que nada tenía que ver con los libros originales, el propio autor Rick Riordan anunciaba el año pasado una nueva producción supervisada por él.

A pesar de tratarse de una historia pensada para un público infantil (de ahí que los centennials más pequeños reconozcan a ese chico de pelo rizado y camiseta naranja), la nostalgia de una generación que no disfrutó como debía de la llegada de las aventuras de este semidiós al cine no solo hizo que una nueva versión fuese celebrada, sino que ha convertido a esta serie en un éxito, pues sorprendería saber cuántos espectadores se encuentran entre los 20 y 30 años.

Imágenes de las adaptaciones de 'Percy Jackson'
Imágenes de las adaptaciones de 'Percy Jackson'
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Otro caso diferente es el de Chicas malasLa comedia sobre lo difícil que es ser mujer en el instituto fue un éxito absoluto entre los jóvenes de 2004 y, a pesar de que, con el paso del tiempo, no ha perdido su gracia, algunas bromas como las relaciones amorosas entre profesores y alumnos o la exagerada sexualización de la película original empezaban a quedarse atrás.

Aún así, en este caso, la justificación de la nueva versión la encontramos en el recorrido que ha tenido la historia en Broadway, donde fue adaptada a musical por su propia creadora, Tina Fey, quien vuelve a estar detrás de estas nuevas mean girls y que es la razón de que el remake haya sido alabado por la crítica. A ello, por supuesto, se le suma el conseguir un reparto a la altura del original, algo de lo que Reneé Rapp, Angourie Rice y el resto pueden estar orgullosos.

Imágenes de las 'Chicas malas' de 2004 y 2024
Imágenes de las 'Chicas malas' de 2004 y 2024
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Así, sin tener la receta perfecta para que la noticia de un remake tan temprano sea bien recibida, puede confirmarse que el nombre encargado de volver a darle vida se convierte en un pilar fundamentalPensemos, si no, en el fracaso de esa nueva Gossip Girl o en la nueva versión de Narnia que nos espera con Greta Gerwig tras las cámaras y que sí que ha ilusionado a los millennials que todavía recuerdan con cariño a aquel león, aquella bruja y el armario.

¿Están todos los remakes justificados?

Pero, ¿que algunos remakes consigan sobreponerse a las reticencias de los jóvenes de los 2000 significa que la actualización de títulos de aquellos años esté justificada? Incluso con resultados de éxito, ¿no es demasiado pronto para recuperar las historias de principios de siglo? ¿Sobre todo historias que todavía están muy presentes, no solamente entre los millennials, sino también entre la nueva generación? ¿Está Hollywood evitando que abandonemos nuestra adolescencia?

Entre los recibimientos negativos a una nueva versión encontramos el anuncio del remake en formato serie de Harry Potter que, a pesar de prometer seguir los libros al pie de la letra y profundizar en las historias de los personajes, no ha sentado bien a los fans de las películas originales. Y es que, sin temáticas que puedan beneficiarse de una actualización como era el caso de Chicas malas, la justificación de esta nueva producción es más difícil de encontrar (no olvidemos los live actions de Disney).

Imagen de 'Harry Potter'
Imagen de 'Harry Potter'
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Ello deriva en la pregunta: ¿está Hollywood aprovechándose de la recién adquirida nostalgia de los millennials por su infancia y adolescencia? Seguramente sí. ¿Quiere ello decir que las aventuras de unos nuevos Harry, Ron y Hermione serán un fracaso? Probablemente no. 

Incluso si las adaptaciones no están a la altura de las películas, en lo que a número de espectadores respecta, la serie puede contar con un éxito casi asegurado pues, por mucho que las reacciones en redes fuesen negativas, ningún millennial fan del mundo mágico perderá la ocasión de comprobar si el remake es tan malo como se auguraba. 

Sumémosle a eso a los nuevos fans de la generación Z y ya tenemos un potencial número 1. Y es que, aunque la intención de Hollywood sea rascar de la nostalgia millennial (algo que, sin duda, está consiguiendo), no podemos olvidar el cometido original de los remakes: conectar con una nueva generación. 

Imagen de la saga 'Crepúsculo'
Imagen de la saga 'Crepúsculo'
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Así, el éxito de las producciones de Hollywood se convierte en doble: por un lado, con aquellos que vivieron las películas originales y que todavía están predispuestos a disfrutar con (o, en todo caso, a criticar) los remakes de sus películas de la adolescencia y, por otro, los nuevos fans que o bien descubrirán estas historias por primera vez o bien agradecerán tener su propia versión actualizada de la película.

De ahí ideas como la de renovar Crepúsculo, otro ejemplo de remake que, aunque no haya sido bien acogido (al menos, por ahora) entre la generación de los 90, augura ser un éxito, no solo entre los millennials que, por mucho que la critiquen, no dejarán de verla, sino entre los centennials, quienes no sienten ese cariño especial por la saga original y que, por lo tanto, podrán disfrutar plenamente del triángulo amoroso entre vampiros y hombres lobo con unos nuevos Edward, Bella y Jacob.

Las sagas infinitas

Queda por destacar la otra forma en la que la industria cinematográfica explota triunfos pasados aunque, para ser justos, eso es algo que lleva existiendo desde que se decidió que Star Wars no acabaría nunca. Si bien los más afectados por esas "sagas infinitas" son los éxitos de los 70, 80 y 90, esta es una fórmula que nunca pasará de moda, de ahí que se siga apostando por precuelas como Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes.

Rachel Zegler y Jennifer Lawrence como Lucy Gray y Katniss Everdeen en 'Los juegos del hambre'
Rachel Zegler y Jennifer Lawrence como Lucy Gray y Katniss Everdeen en 'Los juegos del hambre'
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Tanto los remakes como la continuación de sagas es algo que, con el paso del tiempo, cualquier cinéfilo debe aprender a aceptar y sobrellevar. Sin embargo, seguramente sea más fácil cuando verlos no se considere alargar una eterna adolescencia (ahí está la West Side Story de Spielberg) y cuando no haya pasado tan poco tiempo desde que se dejó de vivir la época en la que se estrenaron las películas originales.

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