Las reglas de la huelga de actores: ni rodajes ni promoción fuera del set

El SAG-AFTRA ha publicado las condiciones oficiales a las que tendrán que ajustarse todos sus miembros.
La huelga de guionistas lleva sacudiendo Hollywood 73 días, sin final a la vista. 11.000 miembros se han movilizado, obligando a que las producciones suspendan su rodaje, a retrasar estrenos, y en el mejor de los casos a seguir adelante sin contar con un guionista en el set.
La huelga de guionistas lleva sacudiendo Hollywood 73 días, sin final a la vista. 11.000 miembros se han movilizado, obligando a que las producciones suspendan su rodaje, a retrasar estrenos, y en el mejor de los casos a seguir adelante sin contar con un guionista en el set.
La huelga de guionistas lleva sacudiendo Hollywood 73 días, sin final a la vista. 11.000 miembros se han movilizado, obligando a que las producciones suspendan su rodaje, a retrasar estrenos, y en el mejor de los casos a seguir adelante sin contar con un guionista en el set.

Ayer el Sindicato de Actores de Hollywood, SAG-AFTRA, rompió negociaciones con los productores (agrupados en la AMPTP), y ha resuelto unirse a la huelga que sus compañeros guionistas llevan sosteniendo desde hace tres meses. Es la primera vez desde los años 60 en que se unen ambos gremios para poner en jaque el sistema de estudios, y el resultado de ello es que Hollywood ha quedado casi totalmente parado.

Las producciones que siguen adelante es porque son independientes, son telenovelas, o tienen en su reparto suficientes miembros no estadounidenses como para aguantar el chaparrón. De cara a convocar los piquetes Fran Drescher, líder de SAG-AFTRA, ha dado un discurso que se ha movido mucho en redes sociales, acusando a los productores de “estar en el lado equivocado de la historia”. “En algún momento hay que decir ‘no podemos aguantar más esto’”, afirmó, en referencia a los abusos contra el gremio que ha hecho la AMPTP.

Los actores demandan mejoras salariales, un reparto más justo de las regalías (ingresos derivados de la exhibición de su trabajo en otros medios) y la regulación del uso de la IA. “Si no estamos a la altura de este momento estaremos en problemas, en peligro de ser sustituidos por máquinas”, continuaba Drescher entre vítores. Una vez ha comenzado la huelga y las producciones empiezan a pararse a lo largo del mundo hemos tenido una escena pintoresca: el reparto de Oppenheimer abandonando la premiere en Londres para unirse al movimiento.

Porque esa es la cuestión: la huelga no solo implica que los actores sindicados dejen de trabajar en el set: se extiende a cualquier compromiso promocional. Es un campo amplio, y para aclararlo Variety se hace eco de las reglas oficiales del sindicato con respecto a la huelga, donde comprobamos que no es solo que la industria apenas pueda seguir rodando: es que ni siquiera puede planificar nuevos proyectos.

La paralización, así las cosas, afecta por un lado al trabajo principal frente a cámara; esto incluye actuación, canto, baile, acrobacias, manejo de aviones y títeres (¿?) y captura de movimiento. También al trabajo fuera de cámara: grabaciones de voz, tráilers para cine y televisión, canto, narración en off, coordinación de acrobacias. Y al trabajo de fondo que puedan ejercer dobles o dobles fotográficos para el rodaje, las pruebas de cámara o la digitalización de su trabajo.

Esto en lo que se refiere a las películas y series como tales. El apartado de promoción es muy severo: los actores no pueden asistir a giras, entrevistas, convenciones, festivales, paneles, premieres (como la de Oppenheimer), junkets o podcasts, y ni siquiera publicitar algo por redes sociales. Como tampoco pueden grabar tráilers ni negociar nuevos trabajos para rodar o producir merchandising. Así están las cosas.

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