La extraña relación de Johnny Depp con el príncipe saudí que financió su última película y ordenó el asesinato de un periodista

Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, hizo una inversión millonaria en 'Jeanne du Barry' y a raíz de eso estableció una íntima (y muy turbia) amistad con el actor protagonista.
El actor Johnny Depp, en Festival de Cannes de 2023.
El actor Johnny Depp, en Festival de Cannes de 2023.
Rocco Spaziani/Mondadori Portfolio via Getty
El actor Johnny Depp, en Festival de Cannes de 2023.
Johnny Depp interpreta en 'Jeanne du Barry' al rey Luis XV durante sus últimos años de vida y su relación con su última amante, la Condesa du Barry que da título al filme y a quien interpreta la actriz y cineasta francesa Maïwenn.
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La última edición del Festival de Cannes fue inaugurada por Jeanne du Barry. Se trataba de un drama histórico dirigido y protagonizado por Maïwenn en torno a un famoso episodio de la vida de Luis XV, que logró especial notoriedad por tener a Johnny Depp interpretando al monarca. 

Los últimos años de Depp han sido bastante agitados, pues ha sostenido un mediático proceso judicial con su expareja Amber Heard acusándole de difamación. Un caso que finalmente ganó, pero una vez su reputación en Hollywood se había visto severamente manchada al punto de ser retirado de la saga de Animales fantásticos y sustituido por Mads Mikkelsen en su última entrega, Los secretos de Dumbledore.

Jeanne du Barry suponía, pues, su regreso al cine en primera plana, y tampoco exento de polémica: semanas antes de la proyección del film Maïwenn había agredido a un periodista. Por si fuera poco, y según un amplio reportaje que acaba de publicar Vanity Fair, Jeanne du Barry también ha estado en el centro de una operación internacional para lavar la imagen de Arabia Saudí, uno de los países más poderosos de Oriente Próximo. 

A raíz de esa operación Depp se habría convertido en un amigo cercano del príncipe heredero Mohammed bin Salman (más conocido como MBS). Y, partiendo de esa amistad, Depp se habría convertido hoy por hoy en un ilustre embajador cultural de Arabia Saudí.

Vayamos por partes. El gobierno de Arabia Saudí está embarcado de un tiempo a esta parte en un plan masivo, llamado Vision 2030, que quiere impulsar la economía del país a través de un abanico de iniciativas diversas que disminuyan su dependencia del petróleo. Vision 2030 se proyecta a la minería, las empresas inmobiliarias, el deporte y el turismo, pero también a políticas culturales. 

Mohammed bin Salman, como Primer Ministro y príncipe heredero, ha desarrollado interés por la cultura en varias facetas: le encantan los videojuegos, va a invertir 38.000 millones de dólares en desarrolladoras y e-sports. El país ya acoge además el mayor festival de música de la región, Soundstorm.

También le gusta la pintura (en 2017 adquirió el cuadro más caro del mundo, el Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci, por 450 millones) y por supuesto, el cine. Arabia Saudí invierte millones en el Fondo Cinematográfico del Mar Rojo y tiene su propio festival de cine. 

El año pasado el Festival del Mar Rojo invitó a Martin Scorsese, que rechazó acudir. Ha habido otras figuras que no han tenido problema, estilo Sharon Stone o la estrella de Bollywood Shah Rukh Khan. O el propio Depp, claro. Jeanne du Barry se ha proyectado aquí. Era lo suyo, pues Arabia Saudí había hecho una gran inversión en la película de Maïwenn.

Arabia Saudí abre sus brazos a la cultura

Parte del plan Vision 2030 pasa por financiar películas internacionales, que demuestren el interés de Arabia Saudí por la cultura. El país asiático ofrece grandes ventajas fiscales para rodar en su seno, y así es como llegamos a la conexión Depp-MBS. MBS, a través de su primo Badr bin Farhan Al Saud (Ministro de Cultura saudí, para más señas), buscaba películas donde invertir. 

Badr, solicitando asesoría, se cruzó en el camino del empresario francés Sina Taleb, que el año pasado le ofreció dos alternativas: Megalópolis (que entonces Francis Ford Coppola estaba intentando levantar) y Jeanne du Barry. Badr tanteó ambas posibilidades. Coppola dijo por su parte que no necesitaba inversores (o que no los quería), pero los socios de Maïwenn y Depp no tuvieron inconveniente.

Así es como, durante el rodaje de Jeanne du Barry, Depp conoció a MBS. Arabia Saudí aportó varios millones al presupuesto de este drama histórico (que ascendió finalmente a 22.4 millones de dólares), y durante la gestión el príncipe Badr concertó un encuentro entre Depp y su ilustre primo. 

Tiempo después, a ambos les une una estrecha amistad, y Depp es un entusiasta del potencial cultural de Arabia Saudí. En sus propias palabras: “Al principio era algo ingenuo respecto a lo que pasaba en la región, pero desde entonces he experimentado de primera mano la revolución cultural que se está produciendo”.

Mohammed Bin Salman
Mohammed Bin Salman

“Desde jóvenes narradores emergentes que irradian ideas y obras de arte frescas hasta una floreciente infraestructura cinematográfica y la curiosidad por la innovación recién descubierta. He tenido la oportunidad de conocer a personas de diversas partes de la región que han sido muy abiertas a compartir conmigo su cultura, sus tradiciones y sus historias”. Actualmente Depp tiene sobre la mesa un contrato de siete cifras para ejercer de embajador cultural de Arabia Saudí, y es orgulloso patrocinador del Festival de Cine del Mar Rojo.

El actor de Piratas del Caribe ya ha pasado siete semanas en Arabia Saudí. Se ha alojado en palacios, ha recorrido el país en yate y helicóptero, y la única interrupción durante tan placentera experiencia ha sido un viaje relámpago a Londres para un concierto en homenaje de Jeff Beck

“Han establecido una conexión verdadera. Es un shock para mucha gente que le conoce, pero ha pasado”, dicen sus allegados. “Estos viajes son muy saludables para él”. Depp y MBS habrían tenido una afinidad especial porque ambos se sienten unos “marginados”, y todo pese a las reticencias que Depp tuvo al principio con el dignatario saudí.

¿Cuáles eran estas reticencias? Bien, aquí es cuando la cosa se pone fea.

El siniestro pasado del amigo MBS

En su día Depp tuvo lazos con otro popular aristócrata saudí: el príncipe Abdulaziz bin Fahd. Este es el hijo del antiguo rey Fahd y el tío de MBS, y sus excesos han sido muy conocidos a lo largo del mundo. Abdulaziz bin Fahd acabó metido en tramas de corrupción junto a muchas de sus personas cercanas, y tiempo después de que Depp se alejara de él MBS tuvo que convencerle de que no volvería a haber problemas similares. Pero claro: la imagen de MBS, y del gobierno de Arabia Saudí en general, brega con problemas más serios que esos.

El plan Vision 2030 busca lavar la imagen de Arabia Saudí. No hace mucho, en 2015, la actividad cultural del régimen estaba muy restringida. Apenas había asistencia a cines, la población era muy segregada por género, e incluso estaba prohibido tocar música en público. 

Al mismo tiempo la población LGTBIQ+ sufre persecución y la libertad de expresión está muy restringida: estos son elementos que en realidad tampoco pretende paliar Vision 2030. Pero, si algo ha hecho mella en la imagen pública de Arabia Saudí de un tiempo a esta parte, sin duda ha sido el asesinato de Jamal Khashogi en 2018.

Un suceso que afectó directamente a MBS, y por el cual Joe Biden prometió durante la campaña presidencial de 2020 que EE.UU. convertiría a Arabia Saudí en un “paria” en la escena geopolítica. Hoy por hoy, gracias a los intereses económicos y en particular al conflicto de Israel y Palestina, no es algo que inquiete especialmente al gobierno de Biden, pero el recuerdo de Khassogi sigue siendo peliagudo. Hasta el punto de que el mismo Depp, durante una de sus veladas con MBS en Arabia Saudí, tuviera que preguntarle por ello.

Khassogi fue un periodista con vínculos con la Inteligencia Saudí y la organización islamista de los Hermanos Musulmanes (responsable de la creación de Hamás en Palestina y aparentemente también de Al-Qaeda en su día). Khashoghi tenía una gran influencia política y era extremadamente crítico con MBS. Hasta que un día, durante una estancia en el consulado de Estambul, fue drogado y descuartizado. Algo de lo que se registraron imágenes, y de lo que se responsabilizó al gobierno de Arabia Saudí. En particular MBS fue señalado como directamente responsable, impulsando un boicot generalizado contra el país.

Por las razones antes expuestas, ha sido un boicot que no ha durado mucho, pero que sí llegó a incomodar ligeramente a Depp. Según Vanity Fair, cuando le preguntó por Khassogi MBS respondió admitiendo que sí fue responsable del crimen, pero que no ordenó el asesinato (todo apunta a que sí lo hizo) y que en cualquier caso Khassogi era un traidor

Al parecer fue suficiente para Depp, pues su relación va desde entonces viento en popa. No es solo que ahora mismo la estrella estadounidense tenga una lucrativa relación como embajador cultural con Arabia Saudí: es que además MBS ha vuelto a financiarle alguna película.

Hablamos de Modi, una película que dirigirá el mismo Depp. El Fondo del Mar Rojo ha coproducido este biopic del pintor italiano Amadeo Modigliani, interpretado para la gran pantalla por Al Pacino. Como parte del acuerdo, además, hay becarios saudís en todos los departamentos de la película, y todo apunta a que la asociación de Depp con el país asiático (profesional pero también amistosa) va a seguir prosperando

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