El cine ante la guerra de Ucrania y el boicot a las películas rusas: "La cultura tiende puentes"

Imagen de 'Solaris' (1972), de Andrei Tarkovsky
Imagen de 'Solaris' (1972), de Andrei Tarkovsky
(IMDB)
Imagen de 'Solaris' (1972), de Andrei Tarkovsky

Cuando el horror bélico sacude la realidad, el impacto se expande de manera global y se siente con especial incidencia, más allá de la geopolítica, en terrenos como el humanitario, el social y el económico. Las resonancias de la invasión rusa de Ucrania han llegado por supuesto al mundo del cine, posicionado contra las aterradoras acciones del Kremlin y en general también contra la defenestración y el señalamiento aplicados por defecto a las películas rusas, que abrirían una peligrosa deriva. El boicot se ejecuta ante todo sobre las ramificaciones oficiales. CINEMANÍA repasa el contexto y muestra las posturas en España.

A la cancelación de los estrenos en Rusia por parte de las majors se sumaron los comunicados de los festivales, definidos por la condena y la repulsa, la solidaridad con el pueblo ucraniano y lo mencionado de no criminalizar el cine ruso. Hace una semana, Berlín tomó “una posición clara contra un boicot general de obras culturales sobre la base de su origen, ya que esto también suprimiría muchas voces críticas. Y el mundo necesita esas voces críticas. Otra cosa es excluir a las instituciones estatales oficiales y, en este caso, a las instituciones o delegaciones rusas”.

Antes, Cannes subrayó que no recibirá delegaciones rusas ni aceptará la presencia de nadie vinculado al Gobierno de Putin a la vez que recordó que en Rusia hay artistas y profesionales del cine que “nunca han dejado de luchar contra el régimen y no pueden ser asociados con estas acciones insoportables y con los que están bombardeando Ucrania”. Y desde Venecia señalaron que la Bienal “no cerrará la puerta a quienes defienden la libertad de expresión y se manifiestan contra la innoble e inaceptable decisión de atentar contra un estado soberano y su población indefensa”.

Las posturas en España

En España desconcertó la anulación de un pase de Solaris, uno de los clásicos de Andrei Tarkovski, en un ciclo de la Filmoteca de Andalucía. Una medida que resultaba algo más comprensible al saberse que se debía a la intención de ajustarse a lo indicado por la Academia del Cine Europeo (EFA), institución que apostó por boicotear y excluir las películas rusas, no sin matizar que reconoce y aprecia a los cineastas rusos que se oponen a esta guerra.

No obstante, las posturas en nuestro país se simbolizan en lo expuesto por el Festival de San Sebastián. “Nuestros procesos de selección evalúan las obras cinematográficas de manera individual, nunca en función de la nacionalidad a la que estas pertenezcan, incluso cuando provengan de países con gobiernos que conculcan derechos fundamentales y así seguiremos haciéndolo en estos tiempos convulsos”, afirmaba su comunicado. En el mensaje, la organización resaltaba que las voces rusas que se opongan a la agresión cometida por su país siempre tendrán su espacio.

Javier Angulo, director de la Seminci, comenta a CINEMANÍA que suscriben “palabra por palabra” la declaración donostiarra. “Como ellos, no acostumbramos a elegir las películas por la nacionalidad si no por el tema y la valía del director o directora que las firman y, por tanto, estamos en contra de rechazar cualquier película que venga de Rusia solo por el hecho de haber sido producida en Rusia. Sobre todo porque una parte importante del cine independiente que llega desde aquel país tiende a ser crítico con el régimen y está realizado por realizadores y realizadoras que vienen sufriendo la censura y las medidas impuestas por la dictadura de Putin”. En este sentido, el responsable de Valladolid avanza que han seleccionado una obra rusa “que se refiere a las injusticias sociales que vive aquel país y que no deja precisamente en buen lugar a la Policía”.

Ángel Sala, al frente de Sitges, apunta que su festival no ha tomado todavía una postura oficial, si bien la suya es muy similar a la de San Sebastián. “Estoy en contra de cualquier tipo de cancelación cultural y este caso no es una excepción. La agresión de Putin es condenable en todos los sentidos pero no hay que responder a ella con estas medidas. La cultura no es un arma, tiende puentes y ofrece diálogo entre los pueblos, y el cine especialmente y de manera privilegiada. Evidentemente no vamos a dar cobertura a trabajos de propaganda, pero en Rusia hay directores con una voz propia y disidente hoy y también en el pasado, empezando por Tarkovski, cuya inmensa Solaris cumple 50 años. Otro tema es contratar con empresas rusas u organismos, algo afectado por el tema de las sanciones y que hay que estudiar. Por eso no tenemos aun un plan al respecto”, destaca el director.

Lo ocurrido con Sergei Loznitsa

Cartel de 'Donbass', de Sergei Loznitsa
Cartel de 'Donbass', de Sergei Loznitsa
(Alfa Pictures)

A José Luis Cienfuegos, principal rostro del Festival de Sevilla, le remueve con especial intensidad lo que ha sucedido con el autor Sergei Loznitsa, presencia recurrente en la cita andaluza dedicada al cine europeo, expulsado de la Academia de Cine de Ucrania por criticar el boicot a los directores rusos. “Me preocupan la caza de brujas y también los manifiestos que se pasan de frenada o que se quedan cortos”, explica.

Además de lamentar la “ceguera total” en cuanto a lo de Loznitsa, pone el énfasis en que hay que defender “a los cineastas rusos en peligro”. Afirma que, por el perfil de los títulos seleccionados, el debate relacionado con el momento actual está presente desde hace años en Sevilla. A este respecto, recuerda las proyecciones de obras como Leviatán y Sin amor, de Andrei Zvyagintsev, que constituyen “denuncias explícitas” a lo que ocurre en Rusia.

Avanza que cuando finalice Málaga habrá una reunión de Profestivales 21 e incide en que es momento de “no debatir tanto, sino ejecutar”, en referencia a tomar partido y medidas. Y añade que “los festivales sirven para quitar la venda a los espectadores y ser conscientes de todo lo que está pasando, más cercano de lo que pensamos”.

CINEMANÍA también se puso en contacto con Cineteca Madrid. “En contra de lo que con tanta frecuencia ocurrió en el pasado, gran parte del cine ha conseguido liberarse de las trabas políticas y propagandísticas y crear discursos libres. Por eso, en Cineteca siempre nos fijamos en las películas y no en los países que las han producido”, señala su director artístico, Luis E. Parés

Indica asimismo que en su programación aparecen títulos como This Rain Will Never Stop y En la oscuridad (In the Dusk), filmes que conducen a la reflexión sobre la presencia de la guerra en nuestra sociedad, apunte que realiza para resaltar que “si llegasen películas rusas que nos hagan reflexionar sobre el mundo en que vivimos, serán igualmente proyectadas”.

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