Esta es la ciudad española con más semáforos de toda Europa

El primer semáforo de Valencia se instaló en 1930 en la Plaza de la Reina. Su mecanismo era manual, por lo que era necesario que un guardia accionara las clavijas.
El primer semáforo de Valencia se instaló en 1930 en la Plaza de la Reina. Su mecanismo era manual, por lo que era necesario que un guardia accionara las clavijas.
"La mascletà, Valencia", por Keith Ellwood. CC BY-SA 2.0
El primer semáforo de Valencia se instaló en 1930 en la Plaza de la Reina. Su mecanismo era manual, por lo que era necesario que un guardia accionara las clavijas.

El primer semáforo del mundo se instaló en la Plaza del Parlamento de Londres el 9 de diciembre del año 1868 y, desde entonces, estos dispositivos de señalización vial que reducen la necesidad de tener agentes de policía controlando el tráfico a pie de calle, han invadido cada ciudad del mundo.

En España, el primer semáforo llegó el 17 de marzo de 1926, en la intersección entre la actual Gran Vía, antes Conde de Peñalver, y la calle Alcalá, en Madrid. Su construcción e instalación costó a las arcas municipales 143,34 euros (23.850 pesetas de la época).

Es obligatorio cumplir con las indicaciones que proporcionan, y que pueden llegar a indicar hasta dieciocho señales distintas.

Valencia, la segunda ciudad del mundo con más semáforos: uno por cada 720 habitantes

La primera ciudad del mundo con más semáforos del mundo es Nueva York, que tiene un semáforo por cada 617 habitantes de la ciudad más poblada de Estados Unidos, pero justo detrás, situándola en la segunda ciudad del mundo con más semáforos y la primera de toda Europa, se encuentra nada menos que Valencia que, con 1.100 semáforos instalados y una población de 792.492 habitantes, implica que hay un semáforo por cada 720 habitantes.

En contraste, en Madrid hay un semáforo por cada 2.700 personas, y en Barcelona uno por cada 2.000. Este asombroso dato se encuentra recogido en el libro “¿Cuánto sabes de la Comunidad Valenciana? Logros, méritos y récords extraordinarios”, escrito por la periodista Marta Landete.

Curiosamente, y pese a ostentar el título de “La ciudad española de los semáforos”, Valencia es también la ciudad donde dichos semáforos tardan menos en cambiar, por lo que los peatones tienen, de media, un tiempo más corto para cruzar los pasos de cebra y los conductores, a su vez, pierden menos tiempo esperando el cambio de color de los dispositivos.

Un dato que no es baladí, habida cuenta de que cada español pierde una media de 30 horas al año atrapados en un atasco. Por otro lado, y para continuar con los méritos en la Comunidad Valenciana, allí también se encuentra la primera población que retiró todos los semáforos de sus calles. Se trata de Xirivella, con una población superior a 30.000 habitantes, que en 2014 retiró el último semáforo y con ello redujo la siniestralidad en un 60% en los últimos cinco años.

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