Los Carnavales son una de las fiestas más alegres y animadas y, a pesar de que el motivo de tanto jolgorio es el mismo, en cada punto de nuestra geografía tiene un algo diferente que lo hace único. Este año la fiesta comienza el jueves 8 de febrero (conocido en muchos lugares como Jueves Lardero) y termina el día 14 (Miércoles de Ceniza). Pero, ¿por qué varían las fechas año tras año? Porque, al igual que la Semana Santa, el Carnaval se rige por el calendario lunar. Así, sabiendo que el Domingo de Pascua siempre es el primer domingo de Luna Llena de la primavera (en el hemisferio norte), solo hay que contar cuarenta días, los que dura la Cuaresma, para llegar hasta el Miércoles de Ceniza, el último día de Carnaval.
Este año la fiesta comienza el jueves 8 de febrero (conocido en muchos lugares como Jueves Lardero) y termina el día 14 (Miércoles de Ceniza)
La Cuaresma era una época en la que los cristianos se preparaban para todo lo que significa la Semana Santa. El ayuno y el recogimiento marcaban esos días y por eso, antes de enfrentarse a días un tanto tristes y duros, se celebraba una gran fiesta en la que todo valía. Y para guardar el anonimato y que luego no se les echase nada en cara, la gente empezó a cubrir sus rostros. De ese gesto a un desfile de disfraces solo hay un paso…
Siglos después el alma de los Carnavales sigue siendo la misma, aunque cada región ha ido introduciendo nuevas tradiciones y elementos que enriquecen todavía más esta fiesta única. Cada pueblo tiene las suyas, pero estas son las más destacadas y las que tienes que apuntar para ir tachando año tras año.
1. Tenerife, la fiesta a lo grande
Si hay que empezar por una, mejor hacerlo a lo grande. Fue el primer carnaval en ser declarado Fiesta de Interés Turístico allá por el año 1980 junto al de Cádiz. Por supuesto, es fácil compararlo con el de Río de Janeiro, con la que está hermanada. El carnaval chicharrero es el sumun de la fantasía y el “brillibrilli”. La elección de su reina es uno de los momentos más esperados del año y su agenda está repleta de conciertos y actividades al aire libre.
2. Cádiz, el humor de las chirigotas
Aquí las grandes protagonistas son las chirigotas, así que antes de perderse entre la fiesta hay que escuchar con atención estas canciones llenas de humor y también de actualidad en las que nada ni nadie está a salvo y la risa está más que asegurada. Por supuesto, también hay disfraces y toda la juerga que quieras o que el cuerpo aguante.
3. Orense y su “triángulo máxico”
Los pueblos de la única provincia gallega que no tiene mar disputan cada año una auténtica batalla para ver quién tiene los mejores carnavales. Xinzo de Limia, Verín y Laza se sitúan a la cabeza y por eso los incluimos en esta lista de imprescindibles. En Galicia se les conoce como “el triángulo máxico", algo que ya te debe hacer sospechar que son muy especiales.
El de Xinzo de Limia es conocido por ser el más largo del mundo y el disfraz típico es La Pantalla, formado por calzones y camisa blanca, capa de color negro o rojo y tiras de colores y un cinturón de cascabeles para no pasar desapercibido. Eso sí, no son peligrosos y su única misión es animar a que todos se disfracen y se lo pasen tan bien como ellos.
Los carnavales de Verín, Xinzo de Limia y Laza forman en Galicia lo que llaman "el triángulo máxico" de esta celebración
El de Verín es el más antiguo y aquí mandan los Cigarrones, cargo que se transmite de padres a hijos. En este disfraz el rasgo más característico es la máscara de madera adornada con una amplia sonrisa. Y antes de abandonar Orense hay que visitar Laza, el carnaval más loco, y el mejor consejo que se puede dar es “estudiar” antes las costumbres para enterarse de qué va el juego y saber que en la "farrapada" todos empiezan a lanzarse el "bulleiro" y que después llegará "A xitanada dos burros". Por la tarde esa misma plaza se llenará de harina y hormigas y todos seguirán a una vaca de madera…
4. Águilas y su gran batalla
En esta localidad murciana también reina el color, la fantasía, el derroche de imaginación y el exceso en cada disfraz y cada celebración. Pero si hay algo que lo hace único es la tradición de la batalla de Cascarones. En Águilas ya llevan días dejando secar las cáscaras de los huevos para poder llenarlas de confeti. Esta será su munición en la gran batalla que representa a Don Carnal y Doña Cuaresma.
5. Lantz, a por el bandido
Cerca de Pamplona el carnaval tiene un protagonista al que nadie quiere, el bandido Miel-Otxin, quien, cuenta la leyenda, tenía atemorizado a todo el pueblo. Así, el momento más esperado de esta fiesta es el Ajusticiamiento y Quema de Miel-Otxin en el frontón del pueblo. Se trata de una fiesta que se recuperó gracias a un documental de Pío Caro Baroja y que cada año tiene una mayor repercusión.
6. Alhama de Granada, la moda al revés
Entre las fiestas del mundo rural andaluz, esta es la más arraigada. Cada año, hombres y mujeres cambian sus ropas siendo el único requisito que sean lo más antiguas y pasadas de moda que guarden en sus armarios. Por supuesto, se cubren la cara y recitan canciones tradicionales que allí todos conocen y que te tocará aprender.
7. Badajoz, el desfile de la alegría
El carnaval de la capital pacense es Fiesta de Interés Internacional y la ciudad cuenta desde 2007 con su propio Museo del Carnaval. La fiesta refleja el arduo trabajo que los locales realizan para dotar de colorido y espectacularidad a su celebración más emblemática del año. Los desfiles son un derroche de alegría, color y música que se apoderan de las calles y las gentes de Badajoz. Tules, fieltros, rasos y un sinfín de materiales dan vida a los trajes que las comparsas lucen cada año en un desfile espectacular que no hay que perderse.
8. Madeira, con desfile de bofetadas
Si quieres aprovechar estos días para hacer una escapada fuera de nuestras fronteras, pero no quieres renunciar a la magia del carnaval ni irte muy lejos, este archipiélago portugués es ideal. A pesar de ser conocido por su exuberante naturaleza y la tranquilidad que esta transmite, en estas fechas todo cambia y la música, la fantasía de sus disfraces y las tradiciones más locas toman las calles para que tanto locales como visitantes se diviertan al máximo. Uno de los actos más divertidos es el desfile "Trapalhão" (desfile de bofetadas), donde los participantes destacan por la creatividad de sus disfraces y donde entra desde la sátira social y política hasta temas tradicionales o disfraces de personajes.
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