La paradisiaca playa de Almería con aguas cristalinas en la que se escondías las sirenas

Enclavada en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, la parte más oriental del sur de España, el Arrecife de las Sirenas se encuentra al pie del imponente faro homónimo. 

Este enclave se localiza en el Parque Natural de Cabo de Gata. Su nombre se debe a la presencia de focas monje, las cuales eran confundidas con sirenas por los antiguos navegantes. Además, las formaciones corresponden a antiguas chimeneas volcánicas, que junto con el color turquesa del agua crean un lugar espectacular.
Este enclave se localiza en el Parque Natural de Cabo de Gata.
Getty Images/iStockphoto
Este enclave se localiza en el Parque Natural de Cabo de Gata. Su nombre se debe a la presencia de focas monje, las cuales eran confundidas con sirenas por los antiguos navegantes. Además, las formaciones corresponden a antiguas chimeneas volcánicas, que junto con el color turquesa del agua crean un lugar espectacular.

Cuenta la leyenda que cuando los marineros regresaban a Almería tras meses de singladura por el Mediterráneo, lo primero que divisaban era el perfil de unas sirenas sobre las rocas. Sin embargo, estas eran en realidad focas monjes que hasta mediados del siglo XX se refugiaban en este lugar, las cuales a menudo eran confundidas por los navegantes debido a su cansancio. Esta es solo una de las historias de una de las playas más singulares, enclavada en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, la parte más oriental del sur de España.

Lo cierto es que a día de hoy en el Arrecife de las Sirenas ya no queda rastro de estos mamíferos, pero sí las majestuosas formaciones que se elevan por encima del nivel del mar despertando la imaginación de cuantos las contemplan. En realidad, se trata de antiguas chimeneas volcánicas que, emergiendo de manera mágica desde las aguas, deben su color oscuro al material expulsado hace millones de años. 

Estas compiten en belleza con el mar polícromo almeriense, donde se pueden distinguir diversas tonalidades de azul rodeando el arrecife y dando cobijo a la posidonia, la planta endémica que produce las llamadas olivas del mar. El agua que rodea el arrecife es como un cristal cuya infinita claridad permite observar el mosaico del fondo marino coloreando el mar de turquesas, verdes y todas las tonalidades de azul.

El Arrecife de las Sirenas, una formación de origen volcánico

Almería está repleta de paraísos pese al imparable avance de los invernaderos y de la presión urbanística sobre la zona. Su paisaje subdesértico se fusiona con las calas, acantilados y playas de incalculable belleza, que forman la fascinante orografía del Parque Natural de Cabo de Gata. Rodeado por un entorno natural y salvaje, habitual en las listas de las playas más bonitas del litoral español, la alta insolación que hay a lo largo del año y la escasez de lluvias caracterizan su clima subdesértico.

Arrecife de las Sirenas.
Arrecife de las Sirenas
Eusebio Torres / iStock

Este rincón de la geografía almeriense, con una característica arena negra, se encuentra a unos 37 kilómetros de la capital o, lo que viene siendo lo mismo, unos 23 minutos en coche. Tiene una longitud de en torno 600 metros y una anchura media de 30 metros. Si bien es cierto que hasta hace unos años su ocupación era baja, sobre todo al ser una playa aislada y virgen, fue con la llegada del turismo cuando la soledad de su literal volcánico y oleaje moderado experimentó una gran transformación.

Una vez allí, resulta sencillo encontrar el mirador donde contemplar y fotografiar el conjunto, pero otra posibilidad es descender hasta las mismas aguas, en cuyo caso habrá que recorrer un sendero que rodea unas viviendas y que conduce directamente al embarcadero, lo que llevará solo unos pocos minutos. 

Desde allí, se recomienda continuar por la izquierda, lo que permitirá descubrir unas pequeñas calas con vistas espléndidas, como es el caso de cala Rajá. Se trata de una playa virgen de apenas 120 metros de longitud situada entre la barriada de Cabo de Gata y la población de San José. Desde el arenal es posible observar el arrecife del Dedo, llamado por algunos el Dedo de Dios, cuya formación más alta alcanza los cuatro metros

Faro del Cabo de Gata, en Almería.
Faro del Cabo de Gata, en Almería.
Toño Balaguer

El imponente faro en medio de la naturaleza salvaje

El punto más especial del Parque Natural no puede ser otro que su imponente faro. Este se construyó sobre las ruinas del castillo de San Francisco de Paula, que formaba parte de la batería de defensa marítima de la costa de Almería, y que fue destruido durante la Guerra de la Independencia. La atalaya se levantó en 1863 al borde de un acantilado de 50 metros y desde entonces ha sido el vigía de los barcos que se han acercado hasta el litoral.

Arrecife de las Sirenas.
Arrecife de las Sirenas.
DGALAN / WIKIMEDIA COMMONS

Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento