Melilla, un mágico viaje en el tiempo a través de la historia de España

Marina y puerto de Melilla con vistas de la antigua ciudad fortaleza.
Marina y puerto de Melilla con vistas de la antigua ciudad fortaleza.
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Marina y puerto de Melilla con vistas de la antigua ciudad fortaleza.

Una ciudad sorprendente y amable, la muy Hospitalaria y Adelantada, llamada también la Valerosa, Humanitaria y muy Caritativa ciudad. Pequeña por fuera, grande por dentro. Viajar a Melilla es viajar en el tiempo a través de nuestra historia, desde el siglo XVI hasta el Modernismo de principios del siglo XX.

Aquella “Terra Nullius” (tierra de nadie) según las leyes romanas, abandonada durante siglos, resultó enclave estratégico para Don Pedro de Estopiñán, quien la tomara para la familia Ducal de Medina Sidonia en 1497, pasando después a la corona de Castilla. Sus recintos amurallados comenzaron a levantarse a principios del siglo XVI, ampliándose poco a poco hasta completar una ciudadela que hoy en día es una de las más grandes y mejor conservadas del Mediterráneo, y sus playas amuralladas de las pocas del Mare Nostrum.

La Ciudadela de Melilla es una de las más grandes y mejor conservadas del Mediterráneo
Cala de Trápana y cuevas del Conventico.
Cala de Trápana y cuevas del Conventico.
Carla Royo-Villanova

Asedios y cuevas

Fortificada e infranqueable, Melilla La Vieja sufrió los asedios de los sultanes, y los melillenses tuvieron que refugiarse en las cuevas que han tallado el subsuelo de la ciudad. De las muchas que aún quedan, destacan las Cuevas del Conventico, donde estoicamente resistieron durante meses, mientras esperaban refuerzos para derrotar a las tropas del sultán en el último de los asedios, que duró desde diciembre de 1774 hasta marzo de 1775.

En la Ciudadela el recorrido transcurre atravesando fosos y puertas de acceso, como la de Santiago, Santa Ana o la Puerta de la Marina. Bajo la Puerta de Santiago se encuentra la única capilla gótica de África dedicada al Apóstol. Una vez dentro del recinto amurallado, hasta los aljibes están en perfecto estado de conservación. El paseo entre plazas, callejuelas, edificios medievales, recovecos cargados de historia y la gran muralla que se eleva al mar, resulta sorprendente. El Faro de Melilla y su paseo encañonado culmina el recorrido que bien merece la pena hacerlo con un guía oficial de la Oficina de Turismo que hay en la Plaza de las Culturas.

Faro de Melilla.
Faro de Melilla.
Carla Royo-Villanova

Vestigios de civilizaciones

Los siglos de historia que acumula Melilla esconden también restos de sus primeros habitantes, los fenicios; luego llegarían los romanos, los vándalos y los bizantinos, de los que también quedan vestigios, y finalmente pequeñas poblaciones árabes hasta el desembarco de Estopiñán. Cada pueblo dejó un sello cultural que ha convertido a la Ciudad Autónoma en un auténtico museo diverso y racial.

Fenicios, romanos, vándalos y bizantinos dejaron su sello en la Ciudad Autónoma, un auténtico museo diverso y racial

Varios museos completan la visita a la Ciudadela, como el Etnográfico, el Museo Ibáñez y su colección de Arte Moderno y Contemporáneo, el Centro de Interpretación de Melilla la Vieja, la Colección de Arte Sacro, el Hospital del Rey, que guarda el Archivo Central de la ciudad, el Fuerte de Victoria Grande o el Museo Histórico Militar.

Casa de la Reconquista y la iglesia del Sagrado Corazón.
Casa de la Reconquista y la iglesia del Sagrado Corazón.
Carla Royo-Villanova

Joya del Modernismo

Melilla es viajar en el tiempo y recorrer por sus calles la historia de España, desde tiempos de los Reyes Católicos hasta el siglo XX, cuando Enrique Nieto convierte la ciudad en joya del Modernismo, con más de 900 edificios de este peculiar estilo creado por Gaudí, su maestro. Se trata de la segunda ruta Modernista y Art Decó después de Barcelona.

En Melilla se puede recorrer la segunda ruta Modernista y Art Decó de España en importancia después de Barcelona

A Enrique Nieto lo contrataron para proyectar el ensanche, ya que la ciudad vieja se quedaba pequeña. Su flechazo con Melilla fue tal, que allí pasó el resto de su vida, dejando un impresionante legado modernista. Levantó magníficos edificios civiles, como la Casa de David Melul, icono del modernismo de Melilla y hoy dedicada a Nieto con una magnífica estatua del arquitecto que frente a ella la contempla, o la Casa de la Reconquista, cuyas cúpulas escamadas quizá las hiciera en recuerdo a su maestro. Ambos edificios están en la Avenida Juan Carlos I, columna vertebral del ensanche Reina Victoria, Triángulo de Oro del Modernismo.

Otros edificios emblemáticos son la Casa de los Cristales, que fue el primer edificio con ascensor, otra revolución en la época; la Cámara de Comercio o la Casa Tortosa. Implicado en la vida y la cultura melillenses, Enrique Nieto construyó también la Mezquita Central y la Sinagoga Yamín Benarroch.

Estatua de Enrique Nieto frente a la Casa de David Melul.
Estatua de Enrique Nieto frente a la Casa de David Melul.
Carla Royo-Villanova

La Ruta de los Templos

La ruta de los Templos organizada por la Oficina de Turismo incluye estas visitas más la del Templo Hindú y la Real y Pontificia Iglesia de la Purísima Concepción, que guarda, entre otras joyas, El Santo Cristo de la Vera Cruz que llegó a Melilla con las tropas de Estopiñán en 1497. Desde el último asedio le llaman el Cristo del Socorro ya que cuando las tropas volvían a la Península creyendo que ya no quedaba nadie vivo, un marinero avistó el Cristo que los melillenses, desesperados, agitaban pidiendo socorro desde la playa Trápana, bajo las cuevas del Conventico.

Melilla es fundamental en dos rutas que traspasan nuestras fronteras: la Ruta Fenicia y la Ruta de Carlos V

Es la Iglesia más antigua de Melilla y aquí se venera a la Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla, La Virgen de la Victoria del siglo XVI. También aquí se conserva el Cristo Nazareno atribuido a Mena y la Capilla de la Virgen del Carmen donada por el rey Felipe IV. Como epicentro de culturas, Melilla tiene la singularidad de una ciudad única, ejemplo de integridad y convivencia.

Para el turismo internacional, Melilla es fundamental en dos rutas que traspasan nuestras fronteras; la Ruta Fenicia y la Ruta de Carlos V. En ambas nuestra Ciudad Autónoma es parada obligada por su interés cultural e histórico.

Plaza de toros de Melilla.
Plaza de Toros de Melilla.
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La "Mezquita del Toreo"

Otro reclamo arquitectónico es “La Mezquita del Toreo”. La Plaza de Toros de Melilla se construye en un peculiar estilo neobarroco andaluz en 1947. Imponente resulta el Parque Hernández en pleno corazón modernista, uno de los parques más bonitos de España, con un arbolado histórico de incalculable valor, y como tal catalogado por la Unesco. El Cementerio de la Purísima Concepción, declarado Bien de Interés Cultural, es otro paseo por los acontecimientos, leyendas y personajes más importantes de la ciudad y se trata de uno de los cementerios más espectaculares de nuestro país.

Tajine tradicional marroquí de pollo con frutas secas y especias.
Tajine tradicional marroquí de pollo con frutas secas y especias.
Getty Images/iStockphoto

Tapas y oferta gastronómica

Tanta mezcla cultural catapulta a Melilla como exótico rincón gastronómico. Si bien con el asedio comercial al que está siendo sometida desde 2019 la variedad de pescado, moluscos y marisco se ha visto reducida, los productos del mar son la estrella de bares y restaurantes. A ellos se suman los platos árabes, como tajines, cuscúes y los famosos pinchitos melillenses. El tapeo está muy arraigado y sorprende que cada bar ofrezca, sin cargo extra, sus especialidades para acompañar cada copa de vino o cerveza. Estas especialidades pueden asombrosamente incluir un lenguado, un salmonete, mini hamburguesas, salchichas, bocadillos de solomillo, patatas rellenas, tortilla de patata, gambas… Magníficos restaurantes de carnes a la parrilla, cordero y buenas verduras completan la amplia oferta gastronómica de la ciudad.

Playa fortificada  de los Galápagos.
Playa fortificada de los Galápagos.
Carla Royo-Villanova

Deporte y aventura

Otro reclamo cada vez más valorado es el turismo deportivo y de aventura. No en vano, Melilla es ciudad del deporte y en ella se celebran importantes acontecimientos deportivos, como La Semana Náutica de agosto, el Desafío Melilla de los Regulares de septiembre o la Africana de la Legión, que ofrece dos opciones: 50 kilómetros en marcha-carrera o 75 kilómetros en bicicleta. También se celebra la Copa de Rey de Triatlón. El sol es protagonista gran parte del año y su playa de arena blanca y Bandera Azul de más de dos kilómetros permite la práctica de todos los deportes acuáticos. Melilla es punto de partida de muchas rutas hacia el norte de África, el Rif, la Mar Chica, o las ruinas romanas de Tazuda, así como rutas en todoterreno hacia lo más profundo del Sáhara o el Oasis de Figuig.

Cómo llegar

Hay vuelos diarios y directos con Air Nostrum (airnostrum.es) desde Madrid, Sevilla, Almería, Granada y Málaga. Por mar se puede acceder desde los puertos de Málaga, Almería y Motril. El Patronato de Turismo ha desarrollado un sistema de bonificación para Paquetes Turísticos con destino Melilla con importantes descuentos en barco o avión.

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