Cuando se está pensando en realizar algún viaje por Europa, a menudo vienen a la mente los mismos lugares: París, Roma, Florencia, Londres, Edimburgo... casi siempre son los mismos lugares los que se erigen como posibles destinos, aunque lo cierto es que en España no se conocen muchas de las maravillas ocultas que se pueden encontrar en el Viejo Continente y que no están tan masificadas como otras capitales.
Una de esas ciudades que no se suelen tener en cuenta a la hora de planificar un viaje es Bratislava, una urbe repleta de historia y que a pesar de estar muy cerca de otras ciudades centroeuropeas, como Budapest, Viena o Praga, no es tan conocida turísticamente. A pesar de ello, sigue siendo una de las grandes joyas por las que pasa el Danubio y un increíble lugar que merece ser visitado al menos una vez en la vida.
Qué ver en Bratislava, la capital de Eslovaquia
Al contrario de lo que se pueda pensar, en Bratislava hay muchos lugares de interés y monumentos que se puede visitar. La mayor atracción turística de la capital eslovaca es, sin duda, su impresionante castillo, una extraordinaria fortaleza gótica del siglo X erigida en lo alto de una colina desde la que domina el Danubio. Actualmente, alberga el Museo de Historia y una parte del recinto también es la residencia presidencial. A las afueras de la ciudad también encontramos otro de los fortines más increíbles del país, el castillo de Devín, erigido en el siglo VIII pero destruido por el ejército de Napoleón.
Ya en el casco histórico de la ciudad, justo debajo del castillo, no hay que dejar de visitar la preciosa Catedral de San Martín, la iglesia más importante de Bratislava. Fue levantada a mediados del siglo XIII en estilo gótico, y aunque ha sido reconstruida en numerosas ocasiones, sigue siendo uno de los lugares imprescindibles que ver en la ciudad, ya que también ha sido testigo de las coronaciones del antiguo Reino de Hungría durante casi 300 años (1563-1830). Otro templo espectacular que se puede ver es la Iglesia Azul, un ejemplo increíble de Art Noveau.
En Bratislava también se pueden encontrar algunos de los palacios más increíbles del centro de Europa, como el Palacio primacial, donde se firmó el Tratado de Presburgo entre Napoleón y Austria (de hecho, a la capital eslovaca se la conoce como la 'Ciudad de la Paz' porque en ella se han firmado tres paces y tres armisticios) o el Palacio Grassalkovich, una verdadera joya del rococó. Además, hay que pasear sí o sí por la famosa Plaza Hviezdoslav y pasar por debajo de la Puerta de Miguel, la única que queda en pie de la antigua muralla medieval.
Itinerario: ¿en cuántos días se puede ver Bratislava?
Para ver todas las maravillas que ofrece Bratislava, lo ideal es pasar al menos dos días en la capital eslovaca. En el primero se pueden visitar tanto el castillo como su catedral, para después dar un paseo por las tranquilas calles de la ciudad. En el segundo, se pueden visitar los otros edificios más importantes, como los palacios y sus numerosas iglesias.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Bratislava?
Aunque se puede disfrutar de Bratislava durante las cuatro estaciones, lo ideal para viajar a la ciudad es en los meses de mayo y junio o bien en septiembre, ya que así no habrá que soportar el crudo frío invernal ni el fuerte calor veraniego. Aunque esas sean las mejores épocas para conocer la capital de Eslovaquia, cualquier momento es bueno para hacerlo.
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