El castillo más romántico de Austria y por qué alberga el primer museo del mundo

La historia de amor del archiduque Fernando II con la bella Philippine regala una fantástica visita a uno de los castillos más impresionantes de Europa
Castillo de Ambras, en las colinas sobre la ciudad de Innsbruck.
Castillo de Ambras, en las colinas sobre la ciudad de Innsbruck.
© KHM-Museumsverband
Castillo de Ambras, en las colinas sobre la ciudad de Innsbruck.

Los cuentos de príncipes y princesas muchas veces se han inspirado en historias reales, en las que el romanticismo ha mezclado realidad con leyendas que las hacen aún más atractivas. En Innsbruck es el castillo de Ambras, el más romántico del país, el que encierra entre sus muros y bellos jardines una historia de amor sin precedentes.

Entre sus muros y bellos jardines el castillo de Ambras encierra una historia de amor sin precedentes

Fue en origen un fuerte medieval situado en lo alto de una colina del altiplano central, próxima a la ciudad de Innsbruck. Fue utilizado por Maximiliano como pabellón de caza hasta que su bisnieto, el archiduque Fernando II, lo necesitó para dos asuntos de vital importancia para él. Era Fernando rey de Bohemia, hijo del emperador Fernando I (quien acabó el mausoleo de su abuelo Maximiliano), era también archiduque del Tirol y acabaría siendo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

El archiduque Fernando II y Philippine Welserin Herzogin.
El archiduque Fernando II y Philippine Welserin Herzogin.
© Asociación de museos KHM

Matrimonio morganático

Sin embargo, se había enamorado de Philippine Welserin Herzogin, la hija de un potente banquero. Era rica, muy bien educada y bellísima, pero las leyes familiares de los Habsburgo le impedían casarse con alguien que no fuera noble. Así que el matrimonio morganático se celebró a escondidas en 1557 y el castillo de Ambras, remodelado y ampliado en el más puro estilo renacentista, se convirtió en su refugio secreto.

El matrimonio entre Fernando II y Philippine se celebró a escondidas en 1557 y el castillo de Ambras se convirtió en su refugio secreto

Su segundo motivo convirtió Ambras en el que está considerado por algunas fuentes como primer museo del mundo, ya que el archiduque era todo un hombre del Renacimiento, un visionario amante de las artes y las ciencias. Durante toda su vida se dedicó a buscar y coleccionar los objetos más extraños y exóticos del mundo, pero también obras de arte, armaduras, piezas de gabinete, esculturas, monolitos celtas, instrumentos científicos, libros y retratos. Quería mostrar y conservar el poderío artístico y cultural de los Habsburgo y para ello construyó un nuevo espacio especialmente pensado para albergar todo aquello.

Cámara de Arte y Curiosidades del museo Ambras.
Cámara de Arte y Curiosidades del museo Ambras.
Agentur WIR

Obras y recetas

El museo de Ambras se conserva tal y como el meticuloso Fernando dispuso, las salas y sus estantes fueron diseñados uno a uno pensando en el objeto que mostraría, pintados e iluminados para destacar cada objeto en concreto. Ordenaba escrupulosamente todo por materiales, alabastro, marfil, madera, mármol, y todo se mantiene y expone tal cual lo dejó el emperador en el siglo XVI. De aquellos tiempos cuentan que Philippine era una experta en hierbas medicinales que ella misma cultivaba en su bucólico jardín, por el que hoy en día se puede pasear. Con sus remedios y conocimientos alquimistas ayudaba a los más pobres y enfermos, siendo muy querida en el Tirol. Era una gran cocinera y hasta se le atribuye un libro de recetas tirolesas.

El museo alberga la estatua a tamaño real del gigante Bartolomeo, que medía 2,60 metros de altura

Fernando II organizaba torneos de lucha a caballo y el castillo reunía con frecuencia a la corte austriaca, pero también europea. En aquellos torneos los invitados disfrutaban de otra gran atracción, la presencia del gigante Bartolomeo, traído desde Riva di Garda para sorprender a todos con sus 2,60 metros de altura. Tras fallecer Bartolomeo, se encargó una estatua a tamaño real para recordarle siempre en una de las salas de armas del museo.

La profunda bañera de Philippine.
La profunda bañera de Philippine.
© KHM-Museumsverband

La bañera "maldita"

En la zona del castillo destinada a vivienda aún puede verse el baño de la archiduquesa, en cuya bañera, con una profundidad de 1,60 metros, dicen que organizaba reuniones con amigas para disfrutar de aromaterapia, tratamientos y largas conversaciones. Era una especie de Spa renacentista. Al parecer la leyenda de Philippine, a quien su suegra detestaba, es alimentada por el hecho de que murió de forma misteriosa y prematura en esta lujosa bañera. Tuvieron dos hijos, Andreas y Carlos, que no fueron aceptados en la familia Habsburgo hasta que Andreas llegó a cardenal en Roma. Fue entonces cuando el Papa les dio bula especial para formalizar el matrimonio y que los hijos pudieran heredar títulos y posesiones.

La archiduquesa murió de forma misteriosa en la profunda bañera que utilizaba a modo de Spa renacentista

Su romántica historia fue inspiración para el libretista de Mozart, Emanuel Schikaneder, quien, además de escribir para su ilustre amigo la letra de “La Flauta Mágica”, fue el autor de la obra “Philippine Welserin, la bella duquesa del Tirol” en el año 1792 (“Philippine Welserin, die schöne Herzoginn von Tyrol”).

Retrato de Carlos I de España y V de Alemania en la Sala Española.
Retrato de Carlos I de España y V de Alemania en la Sala Española.
Carla Royo-Villanova

Galería de retratos

El castillo de Ambras es uno de los más bonitos de Austria, considerado el primer museo del mundo, donde destaca la galería de retratos de los Habsburgo con obras de Velázquez, Van Dyck y Rubens. Hay tres salas dedicadas a las armas, una de juegos, otra de lucha a pie y caballería y la tercera para objetos de botín de guerra. Aquí se encuentran todas las armaduras de los Habsburgo, incluso las de los niños, y la armadura de boda de Fernando, así como armaduras de los turcos caídos.

En la colección de arte del castillo destaca la galería de retratos de los Habsburgo, con obras de Velázquez, Van Dyck y Rubens

En la Cámara de Arte y Curiosidades es donde se encuentran los miles de objetos exóticos recopilados por todo el mundo y en la Sala del Butin destaca “La Esfera Celestial” que se pintó para el comedor, pero finalmente acabó expuesta por su descomunal belleza y perfección, mostrando los signos del zodiaco, los planetas, los cuatro elementos y las dos constelaciones, norte y sur. En 1785 los Habsburgo, presagiando la amenaza de Napoleón, se llevaron gran parte de las obras al Museo de Viena, como el auténtico Penacho de Moctezuma. Gran parte volvió al museo de Ambras, pero desde entonces se gestiona directamente por Viena y no por los museos de Tirol.

La espectacular Sala Española del museo de Ambras.
La espectacular Sala Española del museo de Ambras.
Carla Royo-Villanova

La Sala Española

En la Sala Española, pintada con 27 frescos de los Habsburgo, incluido nuestro rey Carlos I y V de Alemania, se celebraban las fiestas y bailes. Hoy en día se puede disfrutar del Festival de Música Antigua (Innsbruker Festwochen der Alten Musik) desde la última semana de julio hasta el 31 de agosto. En el impresionante parque de veinte hectáreas que rodea el jardín del castillo hay una cascada artificial y escondida se encuentra la Cueva de Baco, donde el archiduque convocaba a sus más íntimos sin las formalidades de la Corte Imperial. Más información en austria.info/es

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