"Creo que esta nación debería comprometerse a alcanzar el objetivo, antes de que termine esta década, de llevar a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta a la Tierra". Estas fueron las palabras que el presidente John Kennedy dirigió al Congreso de Estados Unidos un mes después de que el astronauta ruso Yuri Gagarin se convirtiese en el primer ser humano en volar al espacio.
Ocho años más tarde, los estadounidenses llegaron a la Luna el 20 de julio de 1969, cuando los comandantes Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins fueron los primeros humanos en pisar el satélite.
Por si no lo sabías, esta victoria de Estados Unidos en la carrera espacial fue posible gracias a las elevadas inversiones de la NASA en los programas destinados a colonizar la Luna. Básicamente, entre 1960 y 1973, la agencia espacial dispuso de un presupuesto total de más de 56.600 millones de dólares para consagrar viajes tripulados al espacio. Además, en apenas seis años, las inversiones en este programa pasaron de 100.000 dólares en 1960 a casi 3.000 millones en 1966, cuando la cantidad estatal consignada a alcanzó su máximo histórico.
Pero después de 54 años, ¿con qué inversiones financieras o qué proyectos tecnológicos existen para volver a colonizar la Luna en la actualidad?
Programa Artemis
Tras el éxito de Artemis I, la misión no tripulada que sirvió a la NASA para probar el funcionamiento de la nave Orión a finales del año pasado, el equipo empezó a trabajar en Artemis II.
En esta segunda misión, los astronautas que vayan a bordo de la nave se acercarán a la Luna y la orbitarán durante unos días. Por lo tanto, el propósito no será que Orión aterrice en el cuerpo celeste, sino que estén 9 días y 13 horas viajando hacia la Luna y que, una vez ahí, estén 6 días moviéndose a su alrededor y recopilando datos.
Aunque verdaderamente, el objetivo principal del programa Artemis consiste en sentar las bases de una nueva era de exploración espacial, entre las que destacan el establecimiento de una base lunar permanente, las primeras prospecciones para la extracción de recursos lunares y, en última instancia, servir de trampolín para futuras misiones tripuladas a Marte.
La megatubería de la NASA para transportar oxígeno
Si queremos llegar a la Luna para colonizarla y asentar una bases será necesario el oxígeno, ¿verdad? Para ello, la sostenibilidad del programa Artemis y su objetivo de desarrollar una presencia humana permanente depende de los recursos in situ, además, la NASA y el gobierno de Estados Unidos invirtieron fondos para extraer oxígeno del regolito lunar para utilizarlo en sistemas de soporte vital –como por ejemplo, el consumo humano–.
No obstante, para hacer realidad la presencia humana en el satélite, la NASA explica en su blog que "los esfuerzos consisten en embotellar el oxígeno en tanques de gas comprimido o licuarlo y almacenarlo en dewars". Sin embargo, si este proceso no es funcional, el organismo propone la 'Tubería de oxígeno del Polo Sur Lunar' (L-SPoP).
Concretamente, se trata de un gasoducto de cinco kilómetros para transportar oxígeno gaseoso de una fuente de producción a una planta de almacenamiento. Asimismo, se compone de segmentos de tubería fabricados in situ que se ajustan entre sí para cubrir la distancia y, con base a un análisis preliminar, está formada por segmentos modulares de aluminio.
Extracción de recursos para 'sobrevivir'
La Agencia Espacial Europea (ESA) quiere establecer una colonia permanente en la Luna para llevar a cabo investigaciones científicas, aunque para llevar a cabo esta idea, el organismo lanzó el proyecto 'Utilización de Recursos In Situ' (ISRU, por sus siglas en inglés) para abordar la extracción de recursos lunares con el objetivo de reabastecer de combustible a las naves espaciales, fabricar piezas metálicas, construir superficies y entregar productos a través del espacio.
Por otro lado, los científicos de la Administración Nacional del Espacio de China quieren utilizar el polvo lunar como catalizador para impulsar la conversión del dióxido de carbono y producir tanto oxígeno como metano, que puede utilizarse como combustible.
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