El ‘síndrome de La Habana’ hace referencia a un conjunto de síntomas declarados inicialmente por el personal de las embajadas de Estados Unidos y Canadá en Cuba, que se remonta a finales de 2016. Docenas de diplomáticos estadounidenses informaron que estaban sufriendo somnolencia, mareos, problemas visuales, vértigo, dolores de cabeza, problemas cognitivos y fatiga.
Un grupo de científicos ha elaborado un informe de inteligencia donde identifica a la energía electromagnética pulsada y al ultrasonido como síntomas del síndrome de La Habana que sufren los espías y diplomáticos estadounidenses en los últimos años.
Dicho informe indica que un grupo de casos no podía estar relacionado por factores de salud o ambientales o por enfermedades psicosomáticas, además, señala que hay dispositivos con “requerimientos de energía modestos”.
Los expertos señalan que los síntomas y signos del síndrome eran “diversos y pueden ser causados por múltiples mecanismos”, pero un subconjunto de ellos “no puede explicarse fácilmente por factores ambientales conocidos o condiciones médicas”.
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Los casos que cumplían con las “características centrales” de la enfermedad eran la aparición repentina de un sonido que presionaba un oído, vértigos, pérdida del equilibrio, sensación de ser asaltado desde una dirección particular y la ausencia de condiciones ambientales o médicas. Estos síntomas coinciden con los primeros casos que se reportaron en 2016 en La Habana, de donde el síndrome obtuvo su nombre.
Al analizar las posibles causas, los indicios apuntan hacia una fuente de energía externa. El informe afirma que “existen fuentes que podrían generar el estímulo requerido, son ocultables y tienen requisitos de energía moderado”.
Esto significa que que hay “antenas y técnicas no estándar” que contienen energía electromagnética pulsada que podría dirigirse a través del aire o materiales de construcción, además, las personas que están expuestas a las señales de radiofrecuencia describen sensaciones similares a las características similares.
El informe señala que hay una “escasez de investigación” sobre los efectos de dicha energía electromagnética pulsada en los humanos. Asimismo, The Guardian informa que “un grupo de víctimas emitió un comunicado argumentado que el nuevo informe refuerza la necesidad de que la comunidad de inteligencia y el gobierno estadounidense redoblen sus esfuerzos para comprender las causas del síndrome de La Habana”.
El Director de Inteligencia Nacional afirma para CNN que “si bien no tenemos el mecanismo específico para cada caso, lo que sí sabemos es que si se informa rápidamente y se obtiene atención médica de inmediato, la mayoría de las personas se recuperan”.
Los funcionarios enfatizaron que la comunidad de inteligencia continuará investigando, añadiendo que “seguimos realizando esfuerzos complementarios para llegar al fondo de los incidentes de salud anómalos y brindar acceso a una atención de primer nivel para los afectados”.
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