¿Por qué algunas personas escapan a las infecciones que enferman a otros?

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Una circunstancia de la pandemia que ha inspirado muchas teorías a lo largo de los últimos dos años es el hecho de que mientras algunos parecen contagiarse y enfermar al mínimo contacto con el virus, otras personas que conviven con un positivo no llegan a desarrollar ningún síntoma.

En general, este es uno de los grandes misterios de las enfermedades infecciosas: por qué algunas personas parecen escapar milagrosamente mientras otras enferman de gravedad. Resolverlo podría ofrecer claves para combatir futuras epidemias.

Un campo incipiente

Así lo explica el microbiólogo András Spaan, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, en una entrevista en el medio Medscape: "Si pudiéramos identificar que hace a algunas personas resistentes, inmediatamente se nos abrirían caminos para terapias que podríamos aplicar a todo el resto de las personas que sí que sufren la enfermedad".

De hecho, Spaan forma parte de un equipo internacional de científicos que busca encontrar variaciones genéticas que pudieran estar detrás de esta resistencia al SARS-CoV-2, llamado COVID Human Genetic Effort.

Curiosamente, el volumen de literatura existente sobre qué hace a las personas más susceptibles de sufrir la infección es mucho mayor que el que describe la resistencia. No obstante, los hallazgos que ya se han hecho en esta línea incluso ya han dado lugar a tratamientos efectivos, como ha ocurrido en el caso del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

El caso del VIH

A mediados de los años 90, varios grupos de investigadores identificaron una mutación en un gen llamado CCR5 relacionada con la resistencia al VIH. Concretamente, el gen codifica una proteína en la superficie de algunas células inmunes que ayuda a 'configurar' el movimiento de otras células inmunes en la lucha contra las infecciones; no obstante, el VIH utiliza esta proteína para entrar en las células de las células inmunes que infecta.

La mutación, conocida como delta 32, resulta en una proteína más corta de lo habitual que no llega a la superficie de la célula. De hecho, las personas que tienen dos copias de esta mutación en su código genético no tienen la proteína CCR5 en la superficie de sus glóbulos blancos.

Así, un trabajo publicado en Molecular Medicine mostró en 1997 que las personas con dos copias de la mutación eran más comunes de lo normal en una muestra de personas de alto riesgo que sin embargo nunca habían contraído el virus; mientras que, en una muestra de 700 personas que habían arrojado positivo en una prueba, ninguna tenía dos copias de CCR5 delta 32.

Este descubrimiento permitió que se desarrollasen fármacos que bloqueaban la proteína CCR5, logrando efectivamente retrasar el desarrollo del SIDA: un ejemplo claro, aprobado en el año 2007, es el medicamento Maraviroc de Pfizer.

La importancia del grupo sanguíneo

El mismo principio se aplica a todas las resistencias a infecciones específicas que se han identificado hasta ahora: afectan a moléculas presentes en la superficie de las células que son utilizadas por el virus para ingresar a la misma.

Lo contrario ocurre también. Determinados cambios en estas moléculas pueden hacer que alguien tenga mayor probabilidad de tener una infección o de desarrollar un cuadro grave: un ejemplo que puede tanto otorgar resistencia como hacer más susceptible son los antígenos eritrocitarios, situados en la superficie de los glóbulos rojos y responsables de definir el grupo sanguíneo. Los más conocidos, quizás, son los que definen los grupos A, B y 0.

De esta manera, las personas que no tienen una copia funcional de un gen conocido como FUT2 (que normalmente provoca que los antígenos eritrocitarios se encuentren también en la saliva y otros fluidos corporales) tienen resistencia total a ciertos norovirus, incluyendo el virus de Norwalk.

descifrando la resistencia a la covid

Volviendo al coronavirus, el COVID Human Genetic Effort logró en la etapa temprana de la pandemia relacionar la neumonía severa causada por la covid-19 con la falta de un cierto tipo de moléculas inmunes, los interferones de tipo 1, y a la presencia de ciertos anticuerpos producidos por el cuerpo para destruir estas moléculas. Estos dos mecanismos, combinados, podrían explicar una quinta parte de los casos severos de covid.

Por otro lado, los antígenos eritrocitarios también parecen jugar un papel aquí: y es que las personas con tipo sanguíneo 0 también parecen tener un riesgo ligeramente menor de infección por SARS-CoV-2.

Sin embargo, la investigación hasta ahora se ha centrado en los efectos de ciertas variaciones genéticas frecuentes, más fáciles de identificar pero habitualmente con un efecto menor en la resistencia a las infecciones. Ahora, los genetistas tratan de buscar variaciones cuyo efecto sea significativo, aunque sean muy raras.

Para ello, el grupo está reclutando a personas que no se infectaron con la covid-19 a pesar de haber tenido una exposición considerable, ya sea por convivir en hogares en los que todos los demás miembros enfermaron o por haber estado presentes en un caso de 'supertransmisión'. Como es natural, los investigadores emplean test sanguíneos para comprobar que las personas realmente no se infectaron y descartar casos de infección asintomática.

Spaan, en la misma entrevista, se muestra optimista: aunque trabajos similares han sido difíciles en el pasado, confía en que las tecnologías de secuenciación genética modernas hagan posible dar con las claves de la resistencia a la infección.

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