Orquitis, la inflamación de los testículos que es un síntoma grave de enfermedad de transmisión sexual

Dibujo del aparato reproductor masculino.
Dibujo del aparato reproductor masculino.
Angelito7 / WIKIMEDIA COMMONS
Dibujo del aparato reproductor masculino.

De un tiempo a aquí, en España se ha observado un aumento en la prevalencia de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), y especialmente de algunas que no son necesariamente las más conocidas (como el SIDA o la sífilis).

Además de tomar todas las medidas pertinentes, es muy importante ser capaces de identificar posibles signos y síntomas y acudir al médico si los presentamos, ya que en muchos casos el diagnóstico temprano mejora sensiblemente el pronóstico.

La orquitis, señal frecuente de ETS

Este es el caso de la orquitis, que no es otra cosa que la inflamación de uno o ambos testículos en los varones. Aunque no siempre es el caso (puede aparecer, por ejemplo, en personas con paperas), frecuentemente es indicativa de una infección contraída por vía sexual, de etiología viral o bacteriana.

La orquitis resulta dolorosa y puede tener complicaciones serias, como disminución o pérdida de la fertilidad. Por eso mismo (y aunque en sí misma no se considera una urgencia médica), debe considerarse un motivo para buscar atención médica a la menor demora posible.

Cabe señalar que no es raro que se presente conjuntamente con inflamación en otras partes del sistema reproductor, como el epidídimo (en este caso concreto, se conoce como orquiepididimitis). También puede aparecer junto a otros síntomas como fiebre, náuseas y vómitos o malestar general.

Debido a su causa más frecuente, los factores que aumentan el riesgo de padecerla son los típicos de las ETS: tener varias parejas sexuales, tener relaciones sexuales con personas que padecen una infección de transmisión sexual, tener relaciones sexuales sin métodos preservativos de barrera o tener antecedentes personales de infección de transmisión sexual. Igualmente, pueden predisponer a la orquitis otras circunstancias tales como no estar vacunado contra las paperas, tener infecciones urinarias recurrentes, haberse sometido a cirugías genitales o urinarias o ciertas anomalías congénitas del tracto urinario.

¿Cómo se aborda?

El tratamiento de la orquitis depende de la causa. Si es de origen bacteriano, por ejemplo, lo habitual es administrar antibióticos; por el contrario, si es viral, se aplica un tratamiento sintomático a base de medicamentos antiinflamatorios, reposo con el escroto elevado y compresas frías.

Si no se ataja, puede desencadenar complicaciones como atrofia testicular (con una disminución en el tamaño del o los testículos afectados), absceso escrotal o infertilidad.

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