Mamas densas y con dolor: ¿qué significa? ¿Hay un mayor riesgo de cáncer?

A la izquierda, la mamografía de una mama grasa; a la derecha, de una mama densa.
A la izquierda, la mamografía de una mama grasa; a la derecha, de una mama densa.
CDC (Centros de control de enfermedades de Estados Unidos).
A la izquierda, la mamografía de una mama grasa; a la derecha, de una mama densa.

Alrededor de la mitad de las mujeres tiene lo que se conoce como mamas densas, es decir, que sus senos tienen una mayor proporción de tejido mamario que graso. Esto puede tener algunas implicaciones, como unas mamas más fluctuantes y dolorosas, pero también algunos riesgos que implican que deban hacerse revisiones más frecuentemente. Veamos por qué.

¿Qué significa tener las mamas densas?

Al hacerse una mamografía, las imágenes desvelan cómo está compuesta la mama por dentro, y la proporción que existe entre los distintos tejidos que la forman, que son: glandular (las glándulas o lóbulos y los conductos que transportan la leche), fibroso (el que sostiene el tejido de las glándulas) y adiposo (la grasa que llena el espacio entre el tejido fibroso, los lóbulos y los conductos). Cuando la proporción de tejido fibroglandular (glandular y fibrosos) supera al graso, se dice que las mamas son densas.

En función de la densidad de las mamas, se clasifican en:

•Tipo A: Las mamas tienen casi en su totalidad tejido graso, algo que le ocurre al 10% de las mujeres.

•Tipo B: Unas pocas áreas de tejido denso están dispersas por todas las mamas. Alrededor de un 40% tienen este tipo de mama.

•Tipo C: Las mamas son uniformemente densas, algo que le pasa al 40 % de las mujeres.

•Tipo D: Las mamas son extremadamente densas, con mucha más proporción de tejido fibroglandular que graso, algo que le ocurre a una de cada 10 mujeres.

A las mujeres con mamas tipos C o D se les considera que tienen mamas densas. Lo normal es que vaya cambiando la densidad de las mamas a lo largo de la vida, por lo que las mujeres jóvenes suelen, en general, tener las mamas más densas y las postmenopáusicas más grasas.

Además de las mujeres jóvenes, también tienen más riesgo de tener las mamas densas las embarazadas, las lactantes, las mujeres con bajo peso corporal o si se usan tratamientos con terapia de reemplazo hormonal.

¿Qué supone tener las mamas densas?

Las mamas densas con más sensibles a las fluctuaciones hormonales, por lo que es más habitual que duelan o varíen de tamaño en función del ciclo. También es más común que aparezcan quistes benignos en la mama. Estos quistes no requieren tratamiento a no ser que sean muy dolorosos, por lo que a veces se recomendará una punción para drenarlos y que dejen de doler.

Para aliviar las molestias, a veces los ginecólogos recomiendan un tratamiento cutáneo a base de progesterona en gel para aplicar durante la segunda parte del ciclo.

Pero el mayor inconveniente de tener las mamas densas es a la hora hacerse mamografías, pues la densidad de la mama no deja ver bien si existen lesiones malignas en el tejido. Ambos, tanto el tejido glandular como el del tumor, se ven blancos en las mamografías y se confunden a ojos del radiólogo, por lo que los tumores pequeños podrían pasar desapercibidos.

También es común entres las mujeres con mamas densas, que se den más falsas alarmas. 

¿Tienen más riesgo de cáncer las mamas densas?

Sí, hay estudios que lo confirman, y es lógico que así sea, pues, a más cantidad de tejido y más cambiante, más probabilidad de que este mute, pero no se sabe exactamente cuánto. Aun así, el riesgo, aunque es mayor, sigue siendo mucho menos determinante que otros factores de riesgo, como el genético o el estilo de vida, es decir, fumar, llevar una mala alimentación o el sedentarismo. Las pacientes con cáncer de mama que tienen mamas densas tampoco tienen peor pronóstico que las pacientes que tienen mamas no densas.

El mayor riesgo es, por tanto, que el cáncer se detecte más tarde, pues la detección precoz es crucial para que el cáncer de mama tenga un mejor pronóstico. Este riesgo se puede solventar o reducir si complementamos las mamografías con otras pruebas como las ecografías de mama, que en muchos casos es la prueba que se elije en las mujeres con mamas densas, sobre todo entre las jóvenes. También se pueden usar otras pruebas, como las mamografías 3D, las resonancias o las imágenes moleculares.

Aun así, las mamografías no son del todo ineficaces, pues, aunque en las mamas densas no se detecte claramente un tumor cuando este es pequeño, sí se pueden comparar las mamografías de un año para otro y ver si el tejido ha cambiado.

¿Qué debo hacer si tengo las mamas densas?

Al igual que todas las mujeres, hacerte una mamografía anual, especialmente a partir de os 40-45 años. Si tienes antecedentes, 10 años antes de la edad en la que le fue detectado el cáncer al antecedente familiar. Es decir, que, si a tu madre o a tu tía les detectaron un cáncer de mama con 48 años, tus revisiones deberán ser a partir de los 38.

Además, deberás complementar la mamografía con una ecografía de mama. No se recomienda más de una mamografía anual, a no ser que exista sospecha de cáncer, por lo que, en caso de tener quistes que haya que vigilar más a menudo, la prueba elegida será probablemente la ecografía.

También, como el resto de las mujeres, deberás acudir al médico en caso de que, entre revisiones, detectes algún cambio sospechoso en la mama, como durezas, cambios en el pezón, irregularidades, etc.

Con pruebas complementarias, siguiendo las indicaciones de los médicos y con un buen estilo de vida debería ser suficiente para que las mujeres con mamas densas solventen los riesgos asociados a tener mayor proporción de tejido mamario. 

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