La infección de orina suele entenderse como propia del mundo adulto, sin embargo, la población infantil también puede verse afectada. De hecho, en España, según estimaciones de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica, supone entre el 5 y el 8 por ciento de las infecciones bacterianas más frecuentes atendidas en Pediatría. Durante el primer año de vida, los niños están más afectados que las niñas, con la edad la probabilidad se invierte y se mantendrá durante la vida adulta.
En la mayoría de casos la infección infantil afecta a las vías urinarias inferiores, vejiga y uretra, y más raramente las bacterias se expanden hacia las vías superiores, riñones y uréteres. En cualquier caso, hay que tomar las mismas precauciones que tomaría un adulto: consulta médica ante las primeras sospechas y tratamiento con antibióticos.
El obstáculo que hay que sumar aquí es que si se trata de un niño muy pequeño que no sepa comunicar los síntomas, los padres tienen que estar especialmente atentos. En este sentido, no deben infravalorar las primeras sospechas y acudir de inmediato a la consulta para evitar que la infección se propague y reducir así la posibilidad de daño renal.
Causas de la infección de orina
La propagación de las bacterias desde la uretra hasta otras vías urinarias, siendo la más común la infección de vejiga o cistitis, puede estar relacionada con la higiene, no miccionar con la frecuencia indicada o también puede derivarse de episodios puntuales de estreñimiento. Pero ante todo, hay que tener en cuenta que podemos estar hablando de niños que están en pleno aprendizaje de ir al baño por sí solos o que incluso ni han llegado a ese momento.
Primeros síntomas
De nuevo hay que volver a pensar si el niño es autónomo en el momento de ir al baño y de si puede comunicar adecuadamente los síntomas de infección de orina que pueda sentir. Si es así, estos son similares a los de una persona adulta: urgencia fuerte y constante de orinar, ardor, dolor y orina espesa y de fuerte olor.
Otros síntomas pueden ser la fiebre, el dolor de espalda o el vómito, y la alerta sería de una infección más grave, es decir, indican que haya podido trasladarse a los riñones y la vejiga. Resaltar que en caso de que el paciente sufra infecciones de orina graves y/o recurrentes, probablemente su médico solicitará una ecografía y análisis complementarios para confirmar que el origen no está en algún tipo de anomalía anatómica.
Tratamiento para la infección de orina
Al igual que si se tratase a un paciente adulto, los antibióticos son la barrera fundamental para frenar la infección y evitar que se propague a otros órganos. La pauta farmacológica dependerá de la gravedad del caso. Una vez descartadas otras anomalías, las medidas de comportamiento (higiene, frecuencia de orinar, etc) también serán una parte importante a tener en cuenta por parte de padres y madres.
¿Qué precauciones se pueden tomar?
- Higiene: enseñar al niño que debe limpiarse de delante hacia atrás después de orinar y defecar porque así se evita que las bacterias de la zona anal se expandan. En el caso de que utilicen pañal, cambiarlo con frecuencia y limpiar escrupulosamente la zona genital.
- Comportamiento: enseñar al niño a miccionar con regularidad, que no aguante la orina durante períodos prolongados.
- Episodios de estreñimiento: consulta médica y tratamiento riguroso donde se combine tratamiento farmacológico y cambios de dieta si así fuese necesario.
Referencias
Theimer, S. (2016, 16 de septiembre). Aunque sea raro, los niños también pueden tener infecciones de las vías urinarias. Mayo Clínic. https://newsnetwork.mayoclinic.org/es/2016/09/16/aunque-sea-raro-los-ninos-tambien-pueden-tener-infecciones-de-las-vias-urinarias/
US Department of Health and Human Services (s.f.). Tratamiento para la infección de la vejiga en los niños. https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-urologicas/infeccion-vejiga-ninos/tratamiento
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