Identifican las células cerebrales responsables de la fiebre

Fiebre
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Todos padecemos fiebre en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, y a pesar de lo ubicua que puede llegar a ser, lo cierto es que hay muchos aspectos de este síntoma que la ciencia aún desconoce.

El misterio de la barrera sangre-cerebro

Profundizando en nuestro conocimiento sobre la fiebre, un equipo de investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) ha identificado en ratones las células en los vasos sanguíneos del cerebro que son necesarias para generar una reacción de fiebre. Tal y como explican en el medio especializado Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), con ello responden a la pregunta hasta ahora sin respuesta de qué órganos están involucrados en la fiebre.

La fiebre es una respuesta de nuestro organismo frente a una infección o a la inflamación y un mecanismo de defensa frente a, por ejemplo, los virus y las bacterias. Cuando está afectado por una de estas dos amenazas, el cuerpo libera en el torrente sanguíneo una serie de moléculas llamadas citoquinas, demasiado grandes como para atravesar la barrera entre la sangre y el cerebro. Pero la fiebre es sólo un síntoma, que no se manifiesta hasta que el mismo cerebro ha emitido señales. Por ello, el enigma radicaba en cómo el cerebro podía detectar que el cuerpo está afectado por inflamación o infección si no puede recibir estas citoquinas.

El papel de la prostaglandina

Pues bien, tal y como apuntan estos autores, la respuesta está en unos receptores situados en la superficie exterior de la barrera hematoencefálica. Estos receptores son capaces de transmitir la señal a la superficie interior de esa barrera, en la que se encuentran unas células denominadas endoteliales.

Como reacción, estas células segregan una hormona llamada prostaglandina E2, que activa receptores en el hipotálamo: el termostato de nuestro organismo.

Hasta ahora, se pensaba que la prostaglandina debía ser producida también en otros órganos como los pulmones o el hígado para poder iniciar una reacción febril. No obstante, estos investigadores han observado en ratones que las células endoteliales son las únicas necesarias en el proceso.

Las células del cerebro, necesarias y suficientes

Para concluir tal cosa, los autores han empleado ratones modificados en los que han eliminado ciertos genes que codifican la producción  de prostaglandina en las células endoteliales del cerebro. A continuación, inyectaron sustancias presentes en la pared celular de ciertas bacterias, lo que debía en condiciones normales provocar fiebre. Sin embargo, no fue el caso en los ratones modificados.

Esto ya demostraba que las células endoteliales del cerebro eran necesarias para provocar fiebre, pero no que fueran suficientes. Para ello, hicieron el experimento opuesto: modificaron los ratones de manera que las únicas células que producían prostaglandina fueran las células endoteliales del cerebro. En estas condiciones sí que se producía la reacción febril.

Además, estos investigadores hacen notar que usaron telemetría para medir la temperatura de los animales sin estresarlos. Esta técnica reveló otra cosa; mientras que tradicionalmente se había creído que la temperatura corporal de los mamíferos pequeños era superior a la del ser humano, cercana a los 40 grados, resultó que si no se les estresa al hacer la medición su temperatura es la misma que la nuestra.

Referencias

Kiseko Shionoya, Anna Eskilsson and Anders Blomqvist. Prostaglandin production selectively in brain endothelial cells is both necessary and sufficient for eliciting fever. PNAS (2022). DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.212256211.

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