A medida que avanza la ciencia, la esperanza de vida de las personas se está incrementando. Sin embargo, incluso en países con longevidades excepcionales como España, son pocos los que alcanzan a vivir un siglo completo.
Por eso, es de gran interés para los científicos el estudio de las personas que sí que llegan a vivir tanto, ya que podría ofrecer algunas de las claves para alargar la vida de todos y para garantizar un mejor envejecimiento.
Rasgos específicos hasta 35 años antes
En esta línea, una nueva investigación publicada en el medio especializado GeroScience ha identificado algunas particularidades en los biomarcadores en sangre de las personas que llegan a superar los cien años, y que son observables antes de que alcancen esas edades.
En resumen, estos resultados indican que por lo general los centenarios tendían a mostrar en etapas tempranas niveles menores de glucosa, creatinina y ácido úrico que la población general.
Con todo, cabe señalar que estas diferencias afectaban a la media, y que los centenarios rara vez se situaban en los límites bajo o alto dentro del espectro de valores saludables. Adicionalmente, estas personas tendían a haberse establecido en un perfil metabólico concreto antes de los 65 años: es decir, 35 antes de cumplir el siglo de vida.
Biomarcadores de la función renal y hepática.
Estos resultados emergen del análisis de datos de una gran cohorte de más de 44.000 personas en Suecia, recogidos en la base AMORIS (Apolipoprotein MOrtalityRISk). Específicamente, se usan medidas tomadas entre 1985 y 1996 y seguidas hasta el año 2020.
Los investigadores atendieron particularmente a 12 biomarcadores del estatus y la función metabólica, incluyendo los niveles totales de colesterol y glucosa, la alanina aminotransferasa, la aspartato aminotransferasa, la albumina, la gamma-glutamil transferasa, la fosfatasa alcalina, y la lactato dehidrogenasa, que se relacionan con la salud hepática.
Similarmente, midieron la creatinina, marcadora de la salud renal, la capacidad de ligamiento de hierro y el hierro (marcadores de la anemia) y la albúmina, indicadora del estado nutricional. La mayoría de todos estos biomarcadores mostraba patrones distintivos en los eventuales centenarios respecto a la población sana.
Un 'punto dulce'
El descubrimiento es interesante, ya que implica que aspectos como la salud renal o hepática pueden servir para medir la posible longevidad de las personas.
Un aspecto importante, no obstante, es que no supone que la longevidad de las personas esté predeterminada; los aspectos distintivos en muchos casos están influidos por diferentes factores del estilo de vida, tales como el consumo de sal, el estatus de hipertensión, la obesidad, etc.
Igualmente, indica que las personas con lecturas medias del análisis de sangre, en comparación con las que tenían valores más extremos en uno u otro sentido, tenían más probabilidades de alcanzar los cien años de vida. Por ello, puede que sea preferible mostrar valores más típicos en todo caso; existe un 'punto dulce' que hay que buscar alcanzar en las funciones orgánicas en el que parece producirse un equilibrio beneficioso de cara a la longevidad.
Referencias
Shunsuke Murata, Marcus Ebling, Anna C. Meyer. Katharina Schmidt-Mende, Niklas Hammar & Karin Modig. Blood biomarker profiles and exceptional longevity: comparison of centenarians and non-centenarians in a 35-year follow-up of the Swedish AMORIS cohort. GeroScience (2023). DOI: https://doi.org/10.1007/s11357-023-00936-w
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