El hito de las vacunas de ARN mensajero: Pfizer y Moderna muestran una inmunidad persistente "durante años"

Una sanitaria carga una dosis de una vacuna contra la Covid en una jeringuilla.
Una sanitaria carga una dosis de una vacuna contra la covid en una jeringuilla.
CARMELO IMBESI / EFE
Una sanitaria carga una dosis de una vacuna contra la Covid en una jeringuilla.

Las vacunas contra la covid-19 basadas en la tecnología de ARN mensajero -por el momento, aprobadas en Europa, Pfizer/BioNTech y Moderna-, han demostrado que desencadenan una reacción inmunitaria persistente en el organismo que puede proteger contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 durante años.

Así se desprende de un nuevo estudio publicado en la revista Nature este lunes y llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Misuri) y de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí (en Nueva York, EE UU), encabezados por los inmunólogos Rachel M. Presti y Ali H. Ellebedy.

Según reza el propio trabajo, elaborado con 14 personas vacunadas con las dos dosis de la fórmula desarrollada por Pfizer y BioNTech, "la vacunación contra el SARS-CoV-2 con ARN mensajero induce una respuesta persistente de células B del centro germinal, lo que permite la generación de una inmunidad humoral sólida".

El centro germinal, según el diccionario médico de la Clínica Universidad de Navarra, es la "estructura de los órganos linfoides en la que se produce el proceso denominado 'maduración de la afinidad de los anticuerpos', que tiene lugar durante la respuesta primaria". Es decir, el centro germinal es una especie de campo de entrenamiento en el que las células B se van perfeccionando en su capacidad de reconocer patógenos. Y es en este punto en el que el doctor Ellebedy ha centrado su trabajo.

A principios de este mes fue también su equipo el que publicó otra investigación según la cual se había observado que las personas que habían superado la infección por covid-19, aunque fuera de forma leve, podían generar inmunidad contra el SARS-CoV-2 para toda la vida. Según la información publicada en Nature, se detectaron células productoras de anticuerpos de larga duración en la médula ósea de las personas contagiadas, las cuales podrían perdurar de por vida.

Sin dosis de refuerzo

Ahora, este nuevo estudio sugiere además, según ha destacado el biólogo molecular José Manuel Bautista en Twitter, que la mayoría de las personas inmunizadas con ARN mensajero "podrían no necesitar refuerzos" en el futuro. 

La duración de la inmunidad generada tanto por las vacunas como por haber superado la infección es una de las preguntas que la comunidad científica se afana por responder. Una ecuación en la que también entran las nuevas variantes que van surgiendo del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, que amenazan con alejar el objetivo de la inmunidad grupal que logre ganar el pulso a la pandemia. 

La inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles pide incluir en estos estudios a los mayores de 65 años, vacunados desde hace ya tiempo con las dos dosis

En estos momentos, la variante delta, originada en La India, está ganando terreno en Francia, donde ha pasado de causar el 10% al 20% de los casos, y en Portugal, donde en un mes su presencia ha crecido del 4 al 55% en un mes. También es la causante del retroceso en la desescalada británica e israelí, y de la vuelta a los confinamientos en Australia.

El nuevo trabajo del equipo de Ellebedy sugiere que las vacunas basadas en ARN mensajero podrían no necesitar dosis de refuerzo, pero siempre y cuando las nuevas variantes no evolucionen lo suficiente como para escapar a la eficacia vacunal. Esta conclusión contrasta con lo que en abril afirmó la farmacéutica alemana BioNTech: su vacuna contra la covid-19 (la estudiada en esta investigación) necesitaría una tercera dosis de refuerzo a los nueve meses del segundo pinchazo.

Carencias

Este estudio, realizado con muestras de ganglios linfáticos de 14 pacientes. Esta cantidad de personas, que podrían parecer pequeña y poco representativa, considera Bautista que "puede ser suficiente si el apoyo estadístico es adecuado, como es el caso. Y se correlaciona con las muestras en sangre periférica", ha comentado en Twitter.

Otra de las preguntas a las que lleva este trabajo es si esta misma respuesta inmunitaria podría observarse con vacunas basadas en otras tecnologías como adenovirus (como las desarrolladas por AstraZeneca y Janssen, también aprobadas y administradas en Europa). Sobre este asunto, el investigador principal ha señalado que es todavía un tema desconocido que convendría estudiar. Por su parte, el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Bautista, ha apuntado que "aún no hay un estudio equiparable, pero se esperarían respuestas similares".

La inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles califica este trabajo como "muy bueno" y "muy útil", sin embargo echa en falta que no hayan estudiado las células de memoria. "Miran la creación de células B en los nódulos linfáticos y en la sangre, lo cual es muy alentador, y además aparecen con niveles bastante altos, lo cual indicaría que probablemente se desarrollará una buena memoria, pero eso no lo demuestran y ellos mismos lo dicen en el artículo".

Cañelles considera que estos estudios deberían ser "mucho más masivos" y que deberían "incluir personas mayores de 65 años, comparando con gente más joven, para ver las diferencias y para poder hacer una proyección de cuánta memoria generarán las personas mayores de 65 años, que es lo que a todos nos preocupa ahora mismo, pues a ellos ya hace bastante tiempo que se les vacunó con las dos dosis. Cuando salgan este tipo de estudios, que me imagino que se estarán llevando a cabo, sus resultados serán muy importantes", concluye.

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