"El consumo patológico puede conllevar problemas de ansiedad, irritabilidad y dependencia emocional"

Pareja de compras
Una pareja de compras
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Pareja de compras

¿Es más feliz el que tiene más dinero para comprar más cosas o el que se organiza mejor con un presupuesto más bajo? ¿A qué tipo de conductas perjudiciales nos puede llevar el consumo compulsivo y que problemas puede acarrear en nuestra salud y bienestar? A todas estas preguntas responde la psicóloga y terapeuta holística Maribel Jiménez - más conocida como Aguamarina y autora del blog De mi casa al mundo- en esta entrevista en la que, además, nos sugiere diez tips para consumir menos y vivir mejor y de una forma más sostenible.

¿Cuáles serían tus diez tips para consumir menos y vivir mejor?Estos serían mis tips más importantes:

1. Pasarse al movimiento Zero Waste (0 residuos)

Es decir, minimizar al máximo los residuos que acaban siendo basura en casa. Y basura se entiende que es todo aquello que no se puede reutilizar de ningún modo, que no puede ser compostado (restos orgánicos), ni reciclado, por lo que acabará necesariamente en un vertedero.
2. Decir adiós al usar y tirar

Usamos demasiadas cosas de usar y tirar sin darnos cuenta… Por ejemplo, las servilletas de papel. Está más que demostrado que se gasta mucha menos agua y recursos utilizando servilletas de tela que no de papel.
3. Reutilizar o reciclar
Reutilizar siempre y, si no es posible, entonces reciclar siempre. Reciclar siempre el vidrio, el papel, el cartón y el plástico que no se puedan reutilizar de ninguna manera.
4. Decir adiós al plástico
Para esto lo más sensato es no comprar envases de plástico, o los menos posibles. A veces es tan sencillo como hacer un cambio de concepto. Por ejemplo, ¿qué pasaría si cambiamos el bote de gel de baño por una pastilla de jabón? No solo son menos gramos de plástico que acabarían en los vertederos del mundo, sino que necesitamos menos cantidad, pues dura mucho más, y la piel recibe menos químicos.
5. Hacer un buen uso del papel
El papel, como el agua, es un bien escaso y hay que sacarle el máximo rendimiento. También podemos pasarnos al papel piedra, un papel 100 % biodegradable, que está fabricado sin agua, sin cloro y con restos minerales de las toneladas de residuos de las minas.

6. Volver al mercado
Con las grandes superficies comerciales que importan productos de todo el mundo, hemos perdido de vista lo importante y ecológico, que es consumir los productos de temporada y de nuestra zona. Comernos una manzana de EE. UU. o de China implica una cantidad de recursos energéticos y de contaminación que es un contrasentido. Además, consumiendo productos de temporada, no solo reducimos la necesidad de importar de fuera, sino que estamos comiendo más saludable, ya que la naturaleza nos aporta en cada estación lo que nuestro cuerpo necesita.
7. Alimentos ecológicos y de comercio justo, mejor
Apostando por los productos de proximidad y comprando a granel ya hacemos muchísimo por ser consumidores más responsables. El siguiente pasito sería optar por los alimentos ecológicos, que también se denominan biológicos u orgánicos (pero se refieren a lo mismo). Son más saludables, están producidos con un alto nivel de calidad, tienen más vitaminas y nutrientes, no están modificados genéticamente y son respetuosos con el medio ambiente, la naturaleza y los animales.
8. Productos de limpieza también ecológicos y sin tóxicos
Por la salud personal y por la del planeta, es mejor utilizar en el hogar productos de limpieza ecológicos.
9. Apostar por un armario más sostenible
La primera premisa que deberíamos tener todos presente es que no hay prenda más sostenible que la que ya está fabricada. Y, si no es posible, pero queremos ser consumidores responsables, no compremos una prenda que no vayamos a utilizar al menos 30 veces.
10. Reducir el consumo de energía
Podemos consumir un poco menos con pequeñas acciones en el hogar como cambiar a bombillas LED o de bajo consumo, no dejar en stand-by los aparatos, encender solo lo que necesitamos…

Con las grandes superficies hemos perdido de vista lo importante y ecológico: consumir productos de temporada y de nuestra zona

¿Qué demuestra un comportamiento donde siempre es necesario estar comprando o consumiendo algo?Muchas veces viene de un intento de llenar un vacío emocional o de buscar una gratificación inmediata porque confundimos la sensación efímera de placer y satisfacción que nos prometen los productos con felicidad.
Además, sin darnos cuenta crecemos condicionados por un patrón de comportamiento de consumo que se refuerza continuamente por la influencia de la publicidad y las redes sociales.
En algunos casos, se llega a desarrollar una adicción al consumo, lo que se denomina el síndrome de la compra compulsiva, que puede conllevar consecuencias negativas para la salud, la economía o las relaciones personales.

Muchas veces confundimos la sensación efímera de placer que nos prometen los productos con felicidad

¿Qué síntomas pueden alertarnos de que tenemos un problema con el
consumismo?
Podemos sospechar que tenemos un problema de consumismo cuando:
- Compramos cosas que no necesitamos y que, por ejemplo, acaban en el armario con la etiqueta puesta y no las llegamos a utilizar nunca.
- Nos endeudamos y tenemos problemas financieros por gastar más de lo que podemos permitirnos.
- Sentimos ansiedad o estrés cuando no podemos comprar algo que queremos.
- Compramos cosas solo por hacernos sentir mejor emocionalmente, en lugar de abordar las verdaderas causas de nuestro malestar.
- El consumo interfiere con nuestras relaciones personales o incluso laborales, muchas veces debido al exceso de tiempo dedicado a las compras.
Es importante tener en cuenta que estas señales no necesariamente indican que haya una adicción al consumo, pero si se da una afectación en cuanto a nuestras relaciones, nuestra economía y nuestra calidad de vida que interfiere de forma significativa, conviene buscar ayuda para aprender a equilibrar nuestros hábitos de consumo, para que sean más saludables y sanar el trasfondo psicoemocional que están ocultando.

Tenemos un problema cuando el consumo interfiere con nuestras relaciones personales o incluso laborales

¿A qué conductas perjudiciales nos puede arrastrar este consumismo frecuente y/o innecesario y cómo puede afectar a nuestra salud física y mental?El consumismo patológico puede conllevar problemas de ansiedad, irritabilidad, malestar y dependencia emocional. Además, como ocurre en otras adicciones, tras la conducta adictiva, la persona tiende a sentirse culpable, lo cual afecta a su autoestima y a su nivel de ansiedad. Después, están los problemas añadidos del endeudamiento, el excesivo tiempo dedicado a planificar las compras y a comprar, y también cómo se ven afectadas las relaciones interpersonales por todo lo que supone esto.

El dinero puede aportarnos una sensación de seguridad, pero cómo utilizamos el dinero puede ser más importante que la cantidad

¿Es más feliz el que más dinero tiene o el que lo aprovecha mejor?El dinero en sí mismo no es un factor determinante en la felicidad, ya que la felicidad depende de múltiples factores, como el bienestar emocional y físico, las relaciones interpersonales, la satisfacción laboral y otras variables.
Tener dinero puede aportarnos una sensación de seguridad y cierto estatus, pero lo cierto es que cómo utilizamos el dinero puede ser más importante que la cantidad que tengamos. Las personas que aprovechan mejor su dinero y lo utilizan de manera consciente y sostenible, que invierten en experiencias significativas y en relaciones interpersonales, son más felices que las que simplemente acumulan dinero y bienes materiales.
Además, la felicidad está muy relacionada con la capacidad de encontrar un propósito y un sentido en la vida y de vivir de acuerdo a nuestros valores y prioridades. Por lo tanto, aunque el dinero puede ser útil para ciertas cosas, no necesariamente garantiza la felicidad ni alcanzar la autorrealización o una vida plena.

La psicóloga Maribel Jiménez.
La psicóloga Maribel Jiménez.
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