Qué características tienen las personas que viven en una relación tóxica: "La autoestima es importante"

  • No tener una autoestima sana puede ser una de las claves que nos lleven a desarrollar relaciones tóxicas.
  • Unas personas son más proclives que otras desarrollar este tipo de relaciones.
Discusión entre una pareja
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Discusión entre una pareja

Últimamente se habla mucho de relaciones tóxicas, que son aquellas que nos hace daño -o con las que hacemos daño- pero de las que nos es complicado desvincularnos. Aunque hay distintos tipos de relaciones tóxicas o motivos que nos llevan a ellas, puede haber, en ciertos casos, patrones que se repiten, como nos explica Rafael San Román, psicólogo de la plataforma de bienestar emocional iFeel.

¿Qué entendemos por una relación tóxica?

Una relación tóxica es aquella en la que no nos sentimos bien, que nos hace daño, pero que de la que no podemos salir, por distintas circunstancias, “estamos en una relación tóxica cuando no la podemos dejar a pesar de que sabemos que nos hace sentir mal, que no es constructiva, que es destructiva, que no nos alimenta, sino que nos revuelve, nos remueve, no nos deja crecer, no nos deja ser nosotros mismos, nos asfixia, nos aplasta, nos enfada… saca nuestra parte mala, sea una parte agresiva, sumisa…”. 

Esa toxicidad puede tener muchas formas, pues, aunque lo primero que se nos viene la cabeza cuando hablamos de relaciones tóxicas son parejas discutiendo, en realidad, cualquier tipo de relación humana es susceptible de convertirse en tóxica, “no solo hay que verlo como la típica escena de dos personas montando un pollo. Hay relaciones tóxicas de amistad, familiares, en el trabajo… Puede afectar a cualquier tipo de relación humana relativamente profunda. Y es que podemos ser dependientes en alguna medida de todas nuestras relaciones”, aclara San Román.

¿Unidireccionales o bidireccionales?

En una relación en la que hay toxicidad, ¿siempre es uno el que genera la toxicidad o es cosa de dos? Según nos respondió Rafael San Román, aunque es más frecuente que sea una persona la que genera más toxicidad, las relaciones siempre son cosa de dos, “puede ser que una de ellas sea más emisora de toxicidad que la otra, pero la relación la forman las dos, y la relación entre dos miembros, en parte es autónoma y en parte está condicionada por el otro, aunque uno tenga más responsabilidad. 

En toda relación, las personas que la forman tienen diferentes roles y pesos, adquieren diferentes responsabilidades, tienen diferentes personalidades, actitudes…”, afirma. Además, aunque a menudo se hable de personas tóxicas, lo que son realmente tóxicas son las relaciones, no las personas en sí, “en el lenguaje coloquial hablamos de personas tóxicas, pero, aunque hay personas que es cierto que pueden aportar más toxicidad, es más correcto hablar de la toxicidad de la relación que se establece”, aclara.

¿Qué comparten las personas que están en relaciones tóxicas?

Las relaciones humanas y las circunstancias que llevan a ellas pueden llegar a ser tan complejas y diversas que Ramón San Román no se atreve a clasificar o caracterizar a las personas más susceptibles de estar en una relación tóxica, pues todos, en mayor o menos medida hemos firmado parte de algún tipo de relación complicada, “es difícil generalizar. 

No me atrevería a hacer una lista de rasgos, pues habría que rastrear en cada caso el nivel de dependencia de las personas de la que no son capaces de separarse, cómo está su autoestima, si hay una dependencia más allá de lo emocional, como la económica… por ejemplo, no es fácil irse de un trabajo por muy consciente que seas de que en él tienes relaciones tóxicas porque tenemos una dependencia económica”, remarca.

Cuando una persona aguanta en una relación tóxica y destructiva, cabe pensar que en el pasado ya ha tenido otras

Aunque hay algo que sí parece que es bastante común en las relaciones tóxicas, tanto en las personas que generan toxicidad como las que la toleran, que es la autoestima, “una persona que tiene autoestima sana va a tener mejores habilidades para relacionarse, llenar los espacios, ser asertiva, no dejarse dominar ni va a intentar dominar a otros”. Las personas que no tienen una autoestima sana, en cambio, tienen una mayor tendencia a “ser más dominantes, agresivas, manipuladoras… o lo contrario, muy sumisas, dejarse avasallar… la autoestima es importante para detectar cuándo estoy tolerando en una relación un nivel de toxicidad que no tengo por qué”, explica el psicólogo de iFeel.

Algo que también suele ocurrir es que unas personas sean más proclives que otras desarrollar este tipo de relaciones, “cuando una persona aguanta en una relación realmente tóxica y destructiva, cabe pensar que en el pasado ya ha tenido otras. Son personas que no son conscientes de la pauta relacional que está construyendo y es probable que tengan más en el futuro, por eso es verosímil pensar que puede repetir patrones, porque cada uno de nosotros tenemos un estilo personal de relacionarnos”, afirma. Sin embargo, no tiene por qué ser así, pues las personas también aprendemos de nuestras experiencias, “hay personas que se ven envueltas en relaciones más complicadas, son conscientes, tienen más recursos y no repiten”. Y es que, al fin y al cabo, todos, en algún momento dado, “hemos podido tener relaciones complicadas. 

De algunas conseguimos salir y en otras nos quedamos ahí más enganchados, sobre todo en las que la relación es realmente tóxica”, advierte. Para no quedarse enganchado en este tipo de relaciones, San Román recomienda que “lo hagan consciente y vean qué aspectos psicológicos están operando en la creación y el mantenimiento de esas relaciones, por qué se vincula de esa manera, por qué se deja tratar mal o trata mal a las personas, por qué tiene una manera tóxica de ayudar, de ser ayudada, de expresar el amor, la rabia, la necesidad de dominar… porque la realidad es que todos tenemos las mismas necesidades, lo que es distinto es cómo las satisfacemos”, concluye. 

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