Ciática en el embarazo: por qué se produce y cómo aliviar el dolor

Ecografía a una mujer embarazada.
Ecografía a una mujer embarazada.
VITHAS
Ecografía a una mujer embarazada.

El embarazo es una etapa compleja para el cuerpo y para la salud, en la que debido al estrés al que es sometido el organismo no es de extrañar que aparezcan algunas molestias inusuales.

¿Qué es la ciática y por qué se produce?

Una de las que más reportan las futuras mamás es la ciática; según la Federación de Asociaciones de Matronas en España, hasta un 35% de las mujeres embarazadas la sufre. Consiste en un dolor de intensidad variable según el caso y localizado en la parte superior del glúteo, que en ocasiones puede irradiar por la parte posterior del muslo, la pierna e incluso al pie.

La razón de este problema tenemos que buscarla en los cambios posturales que, sin que nos demos cuenta, acarrea el aumento de tamaño del útero y el desplazamiento del centro de gravedad. Estas adaptaciones pueden provocar la compresión de los nervios ciáticos a su salida por el sacro, provocando el característico dolor.

Aunque no se trata, a priori, de un problema de salud excesivamente grave, la ciática puede ser muy molesta y dificultar tareas básicas de la vida diaria como subir o bajar escaleras o caminar en plano.

¿Cómo se alivia?

El alivio de la ciática debe afrontarse de un modo muy similar al de otros dolores leves: medidas como el uso de mantas térmicas, bolsas de agua caliente o incluso analgésicos de venta libre (por ejemplo, antiinflamatorios no esteroideos tales como el ibuprofeno o el naproxeno) pueden lograr una cierta remisión temporal para el paciente.

La mejor manera de evitar esta molestia, sin embargo, es la puesta en marcha de una serie de hábitos destinados directamente a prevenir su aparición. Para tal fin, lo mejor es mantener un estilo de vida activo, cuidar la higiene postural (al sentarse, al mantenerse de pie...), evitar levantar objetos pesados (y, si se hace, cuidar mucho el movimiento, flexionando las rodillas y con la espalda recta), evitando el uso de zapatos de tacón, colocando una almohada pequeña en el respaldo de la silla y acostumbrándonos a dormir sobre el lado izquierdo y con un cojín entre las piernas.

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