Estos son los ejercicios que debes evitar en el gimnasio si tienes dolor lumbar

Una persona sintiendo un dolor lumbar.
Una persona sintiendo un dolor lumbar.
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Una persona sintiendo un dolor lumbar.

El dolor de espalda, y más específicamente el dolor lumbar, es una condición tremendamente común, en una era en la que una buena parte de la población pasa la mayor parte del día sentada. 

A menudo, y dada su relación con el sedentarismo, podríamos pensar que el ejercicio es una buena manera de prevenirlo y atajarlo. Y en principio así es; sin embargo, debemos tener cuidado con los ejercicios que realizamos para no empeorarlo.

Lumbares, abdominales, levantamientos de piernas...

Tal y como recomienda la Asociación Quiropráctica Canadiense, concretamente deberíamos evitar una serie de ejercicios que suponen un esfuerzo muy importante para la musculatura, los ligamentos y las articulaciones de la espalda.

Por ejemplo, este es el caso de las extensiones lumbares. Se trata de un ejercicio que se realiza tumbado bocabajo, con las piernas y los brazos estirados y más o menos separados, y se levantan al mismo tiempo las cuatro extremidades. Pues bien, muchas personas experimentan cierta incomodidad al realizarlo, y por un  buen motivo: es posiblemente uno de los ejercicios comunes que más tensión genera en el área lumbar.

Otro son los clásicos abdominales. Puede resultar anti-intuitivo, dado que la lumbar no es la musculatura que este ejercicio trabaja, pero suponen una presión importante para la columna vertebral, lo que incluso incrementa el riesgo de sufrir una hernia discal.

Algo similar sucede con la elevación de piernas juntas. Su objetivo principal es fortalecer la musculatura abdominal (algo que, de hecho, puede ayudar mucho a minimizar el dolor lumbar) pero al mismo tiempo supone un estrés importante para el segmento inferior de la columna vertebral.

Por último, no todos los ejercicios que pueden empeorar el dolor de espalda son de fortalecimiento. Algunos estiramientos, como el que consiste en tratar de tocar con los dedos las puntas de los pies estando de pie y con las piernas rectas y juntas pueden gravar lesiones preexistentes en la zona lumbar.

Ejercicios beneficiosos

Todo lo anterior, no obstante, no quiere decir que ante el dolor lumbar debamos cesar el ejercicio por completo. Más bien al contrario, la actividad física puede ser un gran medio para aliviarlo y evitar que aparezca de modo recurrente.

Lo que deberemos evitar es realizar ejercicios que flexionen, estiren o compriman de modo prominente la región lumbar, centrándonos en su lugar en otros que trabajen más otras zonas del cuerpo (como los brazos, los pectorales o las piernas), o incluso realizar ejercicios más moderados y de carácter aeróbico.

Por ejemplo, andar (con una postura y un calzado adecuado), correr o nadar son maneras de ejercitarnos con una intensidad modulable que tienen grandes beneficios para nuestra salud cardiovascular y que además no suponen un esfuerzo peligroso para nuestra columna ni nuestra espalda.

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