Descubren que unas inyecciones influyeron en la transmisión del alzhéimer

Representación de unas neuronas del cerebro.
Representación de unas neuronas del cerebro.
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Representación de unas neuronas del cerebro.

Un nuevo estudio ha arrojado más luz para tratar de entender qué factor o conjunto de factores causan la enfermedad de Alzheimer, cuyo origen continúa siendo desconocido. Un equipo de investigadores han proporcionado ahora más evidencia de que la práctica de inyectar a los niños la hormona del crecimiento extraída del cerebro de personas fallecidas, ya prohibida, también pudo haber ayudado a propagar el alzhéimer.

Según exponen los autores de esta investigación, publicada en Nature Medicine, alrededor de 200 niños que entre 1959 y 1985 se sometieron a estos procedimientos para tratar la baja estatura terminaron desarrollando la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob décadas después, una afección cerebral degenerativa y mortal causada por una proteína mal plegada conocida como prión.

El neurólogo John Collinge, del Instituto de Enfermedades Priónicas de la University College de Londres, y su equipo sospechaban desde hace tiempo que las inyecciones de hormona del crecimiento derivada de la hipófisis procedentes de cadáveres podrían haber transmitido esta demencia.

Por este motivo, han analizado los signos de deterioro cognitivo en ocho personas que recibieron estas inyecciones, pero que no murieron a causa de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

El resultado ha sido que cinco de las ocho personas sometidas cuando eran niños a esta práctica, ahora prohibida, desarrollaron síntomas compatibles con el alzhéimer cuando tenían entre 30, 40 y 50 años. En las otras tres, una tuvo un deterioro cognitivo leve, la segunda tuvo síntomas cognitivos y la tercera fue asintomática.

Estos resultados se basan en un estudio anterior que revelaba que las muestras de archivo de estas inyecciones de hormonas contenían beta amiloide, la proteína que se cree que es el agente causante de la enfermedad de Alzheimer.

Según indican desde Science Alert, este conjunto de investigaciones sugiere que el alzhéimer se comporta de manera similar a un prión, con semillas de proteínas degeneradas que desencadenan una reacción en cadena en todo el cerebro.

Esto podría situar al alzhéimer en la misma categoría que otras enfermedades priónicas, como la encefalopatía espongiforme bovina (conocida como la enfermedad de las vacas locas). Según los investigadores, "el grado en que los mecanismos priónicos están implicados en la patogénesis del alzhéimer puede tener importantes implicaciones en las estrategias terapéuticas", concluyen.

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