Consultorio de sexo: "Me gusta hacerlo con mi chico pero no demasiado, no tantas veces como él quiere, y mis amigas me llaman rara"

Consultorio de sexo.
Consultorio de sexo.
Yan Krukov de Pexels. / Montaje: 20minutos.
Consultorio de sexo.

Ya tienes aquí una nueva entrega del consultorio de sexo que cada semana te trae 20minutos. Para plantear tu pregunta escribe a consultoriosexo@20minutos.es.

Estas son las respuestas de esta semana que ha dado nuestro experto, Santiago Frago.

Pérdida de erección

PREGUNTA Tengo 26 años, llevo 3 años con mi pareja y nos queremos. Últimamente he tenido dificultades para poder estar con ella sexualmente, ya que pierdo la erección con facilidad e incluso no llego a tenerla. Debo comentar que antes no me pasaba y tenía erecciones normales.

Lo más extraño es que viendo pornografía y tocándome las tengo rápido y con facilidad e incluso cuando despierto amanezco con erecciones, pero al momento de estar con ella pierdo la erección y al tratar de recuperarla y no poder, la tensión sube hasta ser ya imposible lograrlo.

Por lo que he investigado sé que no es un problema físico, es más mental. Solicito su asesoramiento para saber cómo atajar el problema y hacer que nuevamente todo sea normal.

RESPUESTA DEL EXPERTO El tener alguna dificultad en la erección en algún momento de la vida es razonable y puede obedecer a múltiples causas; es nuestra manera de interiorizar esta situación lo que puede cronificar la dificultad.

La disfunción eréctil es el primer motivo de consulta sexológica entre varones de 18 a 28 años y la causa es fundamentalmente psicosexual. Se instala una “lógica vascular”: tras una experiencia erótica casual, marcada por la dificultad, se instala el miedo a repetir la “mala experiencia” y con ello surge el miedo y la ansiedad. El resultado es una respuesta fisiológica de vaciado vascular con el resultado de disfunción eréctil.

Esta lógica decepción lleva a un intento de “probarse” consigo mismo para evaluar la erección. En tu caso refieres buena erección en tu erotismo individual y tienes erecciones matinales; estas experiencias se viven sin ansiedad y sin miedo comprobando que a nivel físico todo te va bien. Sin embargo, el contexto relacional está teñido de miedo y ansiedad.

Mi sugerencia es que hables con tu pareja de tu preocupación y durante un tiempo tengáis encuentros eróticos sin penetración para recuperar el sentido del juego y puedas observar que en contextos de no obligatoriedad tienes una buena respuesta eréctil.

Si persiste la dificultad, acudid a un profesional de la Sexología para que os ayude a restaurar la tranquilidad relacional y la confianza en el plano erótico de vuestra relación.

Diferencias entre género y sexo

PREGUNTA Últimamente estoy escuchando muchas cosas respecto al tema del sexo, del género y de la nueva ley de las personas trans y me parece un poco lío todo. ¿Qué diferencia hay entre el sexo y el género? ¿El género se elige o viene determinado por el sexo? ¿Y por qué hay tanta polémica con la nueva ley?

RESPUESTA DEL EXPERTO De una manera sencilla te diría que el SEXO se ES, es lo que somos (realidad bio-psico-social): hombres y mujeres; añado la conjunción Y para indicarte que la SEXUALIDAD hace referencia a nuestra personalidad sexual y expresa nuestras maneras diferentes de ser mujeres y hombres.

El SEXO, que somos, lo configuran una cadena de niveles (genéticos, gonadales, hormonales, genitales y biográficos) que nos hace seres singulares e irrepetibles, a los que vamos uniendo ingredientes variados: ideas, sensaciones, deseos, sentimientos, emociones y fantasías.

Cuando hablamos de GÉNERO (masculino y femenino) hacemos referencia a aquellos comportamientos, conductas, gestos, juegos, ropas, roles y actividades que se han considerado propios de hombres y mujeres. El género como construcción social y cultural, varía según culturas y épocas.

Esta construcción, en masculino y femenino, debería tener fronteras flexibles, pero cuando no es así, constituyen un elemento restrictivo que hace sentir mal a muchas personas.

John Money (1921-2006), fue quien introdujo el concepto “género” como algo diferenciado del sexo, antes de ser importado al debate filosófico y político en los años 70. Aunque ya a finales del siglo XIX el ambiente puritano victoriano lo acuñó para evitar el escandaloso “sex”.

El anteproyecto de Ley para la igualdad de las personas en situación de transexualidad, relativa a la Identidad Sexual, que se está debatiendo en el ámbito de la política genera en diferentes apartados, discrepancias ideológicas y un debate científico. El espíritu de la Ley que se está debatiendo es loable, pero existen lagunas conceptuales y metodológicas que han de perfilar los profesionales de la Sexología, la Medicina y la Psicología.

La IDENTIDAD SEXUAL es la percepción íntima de considerarse a sí mismo hombre o mujer. La Sexología entiende a los Sexos, que son dos, como una realidad biográfica (bio-psico-social). La realidad es que no somos hombre o mujer por razón de los genitales que tengamos, ni por cuestión hormonal, ni por los cromosomas que tengamos, ni por la educación que nos den; sencillamente el cerebro nos lo hace saber.

Hoy disponemos de indicios científicos, cercanos a la evidencia, para considerar que determinadas estructuras cerebrales son las que determinan la identidad sexual de la persona. La transexualidad es un hecho de diversidad y no conviene confundirlo con las expresiones y conductas de género atribuidas a uno u otro sexo

En los años 70, Judith Butler, una filósofa judeo-estadounidense, irrumpió en el campo del feminismo, con la teoría Queer, teoría que cuestiona el concepto de identidad y lo suprime: “nada es, todo fluye…no soy hombre ni mujer, yo me construyo a mí mismo, no hay identidades, solo performances”. Personalmente, como sexólogo, no estoy de acuerdo.

En Sexología manejamos un concepto clave, científico e inclusivo: la INTERSEXUALIDAD: todos somos hombres Y mujeres y todos los seres humanos poseemos características masculinas y femeninas. Somos intersexuales.

El debate más controvertido del anteproyecto de Ley radica en lo referido a la autodeterminación de Sexo, el abordaje y valoración de los menores en situación o no de transexualidad, la transición física en menores sin asesoramiento profesional, por no hablar de lo relativo a la pérdida de los derechos de las mujeres tras décadas de lucha feminista.

La realidad dice que hay personas en situación de transexualidad y que las familias en su acompañamiento y los profesionales en su asesoramiento han de facilitar la vida en un mundo donde la mirada social se haga más abierta y diversa, y para ello la Educación Sexual, o sea, de los sexos es imprescindible.

No me presiona

PREGUNTA Me gusta el sexo pero no demasiado, y me gusta hacerlo con mi chico, con el que llevo dos años. El asunto es que él quiere relaciones bastante a menudo (cinco o más veces por semana) y a mí me sobra con mucho menos, dos o tres. Y si son menos tampoco me preocupa.

Le escribo porque soy joven, 26 años, y las dos amigas con las que hablo en confianza de estos temas, le dan la razón a mi novio, por así decirlo, me ven como rara. No me obsesiono con el tema, pero me preocupa. Hay veces en que accedo a tener relaciones solo para que no se enfade, aunque, esto no se lo digo.

Él no me presiona, que quede claro, y cuando le he dicho que no, lo respeta y ya está. Quiero su consejo porque no sé si he de cambiar y cómo cambiar para tener más predisposición al “sexo”. Gracias de antemano. Lucía.

RESPUESTA DEL EXPERTO El deseo erótico de la mujer se mueve en clave de madurez y singularidad, es decir, el deseo fluctúa con la edad en un contexto relacional favorable. No obstante, son habituales los desajustes de deseo erótico en las parejas, es decir, siempre hay algún miembro de la pareja con mayores niveles de deseo.

Siendo una mujer joven, es prácticamente seguro que no tienes ningún disturbio hormonal que justifique tu actual nivel de deseo, máxime cuando has indicado que eres una persona con historia de buen nivel de deseo.

Las experiencias de tus amigas no son significativas porque sois mujeres diferentes en contextos relacionales distintos. Y por ello es conveniente escuches tu deseo y seas sincera con el mismo, es decir, no tengas relaciones eróticas sin desearlas.

Si descartamos que tu deseo esté afectado por algún disturbio hormonal, por el efecto secundario de algún fármaco, por algún conflicto de pareja o por alguna preocupación personal, convendría evitaras el “juego de las hipotecas”.

Este juego básicamente consiste en la imposibilidad de permitirse, ni siquiera temporalmente, “no tener deseo”. Es decir, se ponen en marcha una serie de obstáculos que van anulando la posibilidad de que el deseo se exprese. Te enumero algunas:

1. “El deseo de querer tener deseo”. Y claro, el deseo y la obligación son incompatibles. No se puede querer tener deseo.

2. “La disponibilidad y receptividad de tu pareja a tiempo completo”, es decir, percibir que tu pareja siempre está disponible y esperando. Esta es otra hipoteca.

3. Si sois una pareja joven y sana, significa que es “socialmente obligatorio” tener relaciones eróticas, especialmente si tenéis buena salud, os queréis y no tenéis hijos.

4. Estar a disgusto con el propio cuerpo, lo que conlleva no querer compartirlo.

5. Conflictos cotidianos familiares y/o de pareja

6. Ansiedad, depresión o miedos.

Sugiero que, si se prolonga la situación y os genera malestar, deberíais solicitar consulta sexológica. El profesional os diseñará estrategias para burlar las hipotecas al deseo y potenciarlo.

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