Los riesgos del escaneo de ojos de Worldcoin: qué se puede averiguar sobre nuestra salud a través del iris y por qué son datos sensibles

Algunas de las características que hacen del iris humano una identificación biométrica ideal también impiden que de demasiada información sobre nuestro bienestar; sin embargo hay que ser precavidos, ya que sí puede revelar algunas enfermedades.

Imagen del ojo humano.
Un ojo humano
Pixabay
Imagen del ojo humano.

¿Diez criptomonedas (entre 30 y 60 euros) a cambio de tan sólo un sencillo escaneo de ojos? Para el carro. La semana pasada, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) obligó a Worldcoin, un proyecto impulsado por el CEO de OpenAI y padre de Chat GPT, Sam Altman, a dejar de escanear iris en España a cambio de tokens. El motivo: los escaneos de iris codifican información extremadamente sensible, ya que sirven como identificación biométrica de las personas y podrían revelar datos sobre nuestra salud.

Pero, realmente, ¿Es tanto lo que podemos averiguar sobre nuestro estado de salud a partir de un escaneo del iris? ¿De qué manera puede ponernos en riesgo vender estos datos?

El iris, una llave biométrica casi perfecta

El iris es una parte de nuestra anatomía con características muy peculiares. Se trata de un diafragma pigmentado, de forma circular, cuya principal función es regular la cantidad de luz que entra en nuestra cámara ocular. Para ello, puede contraer o dilatar su abertura (la pupila) mediante la acción de dos músculos: el músculo esfínter del iris y el músculo dilatador del iris.

Pues bien, tal y como explica el padre de la técnica de reconocimiento de iris, el físico del Laboratorio Informático de la Universidad de Cambridge John Daugman en el trabajo seminal sobre la materia, la superficie del iris presenta una textura similar a la de una huella dactilar. Este rasgo no es enteramente resultado de nuestra genética, sino que es en gran medida resultado de procesos azarosos durante la gestación embrionaria. Esto asegura una gran variabilidad entre las personas, incluso entre los gemelos idénticos. 

Adicionalmente, el iris tiene otras particularidades que lo hacen ideal como identificación biométrica: es externamente visible, está protegido por la córnea (de manera que su patrón apenas puede sufrir alteraciones mecánicas, como sí puede suceder con la huella dactilar), apenas varía con el paso del tiempo debido a procesos biológicos, y es plano (con lo que los cambios en la iluminación apenas dificultan su reconocimiento).

El iris y los secretos de nuestra salud

Los datos biométricos, por las aplicaciones que pueden tener, se consideran información muy sensible que debe tratarse con una serie de garantías para evitar, entre otras cosas, posibles suplantaciones de identidad o acceso indebido a sistemas protegidos.

A pesar de ello, la preocupación sobre la obtención de datos de nuestra salud a partir de escaneos del iris es hoy por hoy menor o, al menos, opera en un plazo más largo.

De hecho, precisamente algunas de las características que hacen del iris una identificación biométrica tan idónea (su escasa variabilidad a lo largo del tiempo o por procesos biológicos y el origen no genético del patrón) impiden que proporcione demasiada información sobre nuestro estado de salud.

Las enfermedades que 'dejan huella' en el iris

Y es que son muy pocas las enfermedades que modifican las características del iris de manera concreta, y es relativamente escaso lo que se puede saber sobre nuestra genética (y por tanto sobre factores de riesgo genéticos que podamos portar) por sus rasgos.

Con todo, sí que hay algunas condiciones que podrían detectarse de este modo. Por ejemplo, un artículo en el medio especializado Ulster Medical Journal explica que varias enfermedades genéticas pueden determinar características en el iris de las personas, incluyendo trisomía 21 (síndrome de down), síndrome de Williams, neurofibromatosis, hipercolesterolemia familiar, síndrome Waardenburg, albinismo, cistinosis o enfermedad de Wilson.

También, de acuerdo con esta fuente, desórdenes del desarrollo como los ocasionados por infecciones fetales, exposición a fármacos o alcohol, pueden dejar marcas reconocibles en el iris de las personas. Las infecciones o las enfermedades autoinmunes pueden ser causa de iritis (inflamación del iris). Incluso, se ha propuesto que ciertas características del iris podrían servir como potenciales biomarcadores de la esquizofrenia, según Neuropsychiatric Disease and Treatment.

Por otra parte, el consumo de ciertas sustancias ilícitas puede hacerse evidente por la presencia de midriasis (dilatación de la pupila) o miosis (contracción de la misma), como relata Current Opinions in Ophtalmology, si bien estos cambios sólo suelen durar mientras se mantiene la intoxicación.

Los riesgos de vender información biométrica

En nuestra vida cotidiana la toma de medidas biométricas de las personas es una realidad cada vez más ubicua, y no cabe duda de que tiene aplicaciones de lo más interesantes. Históricamente, ha tenido usos como resolver crímenes o demostrar la paternidad; hoy en día, la empleamos hasta para desbloquear nuestros dispositivos móviles.

Sin embargo, se trata de datos delicados que revelan mucho sobre nosotros mismos, por lo que no está de más que seamos precavidos a la hora de decidir a quién se los otorgamos. No sería la primera vez que caen en malas manos. El año pasado, sin ir más lejos, se conoció que los datos genéticos de millones de personas robados en un ciberataque a la compañía de pruebas de ascendencia 23andMe se encontraban a la venta en foros de la darkweb, incluyendo conjuntos correspondientes específicamente a personas con ascendencia china o judía askenazí.

Aún así, los detalles concretos sobre la seguridad de una compañía concreta o los potenciales riesgos de ceder información biométrica quedan fuera del alcance del público general, que no es suficientemente informado (o incluso que es incentivado mediante recompensas económicas). Por eso, decisiones como la que ha tomado la Agencia Española de Protección de Datos ante el caso de Worldcoin son necesarias para proteger los derechos de todos.

Referencias

John Daugman (2004). How Iris Recognition Works. University of Cambridge. Consultado online en https://www.cl.cam.ac.uk/~jgd1000/irisrecog.pdf el 13 de marzo de 2024.

Morrison PJ. The iris - a window into the genetics of common and rare eye diseases. Ulster Medical Journal (2010). PMID: 20844723

Tian C, Duan L, Fu C, He J, Dai J, Zhu G. Study on the Correlation Between Iris Characteristics and Schizophrenia. Neuropsychiatric Disease & Treatment (2022). DOI: 10.2147/NDT.S361614

Peragallo J, Biousse V, Newman NJ. Ocular manifestations of drug and alcohol abuse. Current Opinions in Ophthalmology (2013) DOI: 10.1097/ICU.0b013e3283654db2

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