El pranayama, la clave de la respiración consciente en yoga: "Es el ancla que nos mantiene presentes"

El ritmo frenético del día a día hace que, en ocasiones, no demos la importancia que se merece a algo vital: la respiración. Pero, ¿sabías que la actividad del cerebro cambia al modificar de forma voluntaria la manera de respirar? Un estudio publicado en la revista 'Journal Neurophysiology' evidenció que el cerebro reacciona diferente al respirar conscientemente en lugar de hacerlo de forma automática. 

En este sentido, la respiración es la principal protagonista en la práctica de yoga, ya que se trabaja de forma profunda para promover el bienestar y favorecer la salud emocional, junto con cada una de las posturas corporales o asanas. "Se dice que el yoga tiene ocho senderos, pasos o limbos y uno de ellos es lo que se denomina pranayama", explica a 20minutos la profesora experta en Hatha Yoga, Paula Rico. 

Estos ocho pasos esenciales serían los yamas, niyamas, asanas, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi. Existen multitud de ejercicios específicos de respiración y "a estas acciones de control de respiración es a lo que se denomina pranayama, considerado como la unión entre cuerpo y alma", añade Paula Rico.

La atención plena en la respiración durante la práctica de yoga

"La práctica de yoga busca aquietar las fluctuaciones de la mente y el movimiento, tanto mental como físico, que se ve influenciado por la respiración. Así, como respiremos podremos hallar o no esa quietud", explica la instructora. Prana significa aliento o energía vital, mientras que yama hace referencia al control o al conocimiento.

Todas las prácticas de yoga comienzan "llevando la atención a la respiración".

La respiración es esencial a nivel fisiológico, pero no es su único objetivo, ya que también resulta fundamental para calmar la mente. Por ello, en las prácticas de yoga se incide mucho en este aspecto y siempre se inician "tomando conciencia y llevando la atención a la respiración para conseguir que podamos mirar más hacia dentro, calmar nuestra mente y relajar el cuerpo a nivel físico", añade.

Así, todos los ejercicios de respiración en yoga conforman el pranayama. "Toda nuestra vida, todo movimiento, lleva intrínseco el acto de respirar. De esta manera, en cualquier asana (postura), la entrada, el mantenimiento y la salida de la misma se acompaña de la correspondiente inspiración y espiración, de forma que vivamos el asana conscientes, con plena presencia".

Con cada inspiración se crea un espacio y crecemos en la práctica, mientras que con la espiración "interiorizamos y nos entregamos". Al hacer una sesión de yoga "nos hacemos más conscientes de ese proceso vital que es la respiración" y somos más capaces de identificar nuestras emociones. 

La respiración hace que "nos podamos sentir realmente en el aquí y ahora".

Por tanto, "la respiración es el ancla que nos mantiene presentes y que hace que nos podamos sentir realmente en el aquí y ahora, que es el único momento que realmente existe", argumenta.

Los beneficios de practicar la respiración consciente

Trabajar conjuntamente el pranayama y los asanas permite "lograr la armonía a través de la respiración" y alcanzar beneficios para la salud física y mental, ya que "crea claridad mental, aquieta los pensamientos y las emociones, y facilita la concentración", añade Paula Rico.

La respiración siempre está activa y en movimiento en cualquier práctica de yoga para buscar ese equilibrio. Así, "algunas personas llegan a la esterilla por determinadas razones, por curiosidad, por beneficios físicos, por la parte más espiritual o por la promesa de que es relajación", señala la profesora.

"El yoga nos da la oportunidad de estar ante nosotras mismas y conectar con nuestra esencia".

En cualquier caso, "el yoga nos da la oportunidad de estar ante nosotras mismas y se logra en gran medida gracias a la respiración porque logramos conectar con nuestra esencia y abandonarnos sin juicios". A través de los ejercicios de inhalación se crean nuevos espacios que hacen que "te llenes de energía, creas fortaleza y absorbes lo que esté por venir", mientras que con la espiración "dejamos ir aquello que no nos nutre". 

Asimismo, como explica la profesora Xuan Lan, la respiración "nos permite regular tanto la energía del cuerpo como nuestro sistema nervioso y las fluctuaciones de nuestra mente". Por esta razón, practicar los ejercicios del pranayama aporta beneficios como los siguientes: contribuir a la mejora de la salud mental, purificar las vías respiratorias y pulmones, favorecer la circulación sanguínea, mejorar los procesos digestivos, disolver bloqueos energéticos, estimular la concentración y potenciar la calma.

Las fases del pranayama y la respiración yóguica

Durante la práctica del yoga existen diferentes técnicas de respiración que contribuyen a canalizar la energía y a mantener la calma a través de la inhalación (puraka pranayama), de la exhalación (rechaka pranayama) y de la retención del aire (kumbakha pranayama) que se combinan de distinta manera según cada postura.

En función de los efectos y beneficios que se busquen conseguir existen diferentes tipos de pranayama, que se podrían clasificar en: purificadores, refrescantes, energizantes y regenerativos.

Así, la profesora Xuan Lan propone diferentes ejercicios para practicar los tipos de pranayama, como uno que se puede realizar antes de una sesión de yoga para favorecer la concentración. "Para realizarlo túmbate sobre la espalda en posición de Savasana con una mano sobre el abdomen y la otra sobre un costado", explica. Después, hay que realizar una exhalación profunda "acompañada de una ligera contracción abdominal".

De esta manera conseguiremos vaciar los pulmones por completo y, después, inhalar para llenar el abdomen de forma natural. "Sigue inspirando, sin cortar la respiración, llenando y expandiendo el tórax". Cuando esté lleno "inspira un poco más elevando las clavículas y el pecho y exhala siguiendo el orden inverso". Por último, relaja el abdomen y contempla todos los efectos de esta respiración consciente.