El Consejo de Ministros ha priorizado entre sus primeras medidas del año la equiparación legal del tabaco calentado con el tradicional, lo que se traduce en que prohíbe que contenga aromas y obliga a un etiquetado que advierta sobre las consecuencias que su consumo tiene para la salud. Así, la legislación en España da un paso más para no confundir ni infravalorar el perjuicio de estos productos.
Como ocurre con los vapeadores, muchos fumadores ven el tabaco calentado como un paso intermedio para abandonar el hábito de fumar. Pero lo cierto es que, al igual que el tabaco tradicional, al ser calentado produce aerosoles que contienen nicotina, la sustancia principal que activa la adicción en las personas, sin olvidar aditivos y aromas que contienen y su inhalación es igual de tóxica.
Tal y como explica el Ministerio de Sanidad, se trata de tabaco procesado que se calienta a temperatura inferior a 400 grados en lugar de ser combustionado como un cigarrillo tradicional. La supuesta inocuidad que publicitan sus fabricantes no es tal a efectos de salud, para quien lo consume ni para quien está expuesto a estas emisiones, como ocurre con el tabaco tradicional.
No hay que olvidar que al igual que el cigarrillo, el tabaco calentado contiene nicotina, aromatizantes y otros aditivos potencialmente dañinos. La única diferencia es el nivel de concentración de los mismos, menor que en el caso del cigarrillo pero esto tampoco quiere decir que sean seguros para la salud, como indican desde la American Cancer Society.
Nicotina y aromatizantes, la combinación tóxica
Desde el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) alertan desde hace años del riesgo que tienen estos productos para personas jóvenes, que los ven como inocuos para la salud. Aunque la evidencia científica sobre los riesgos del tabaco calentado en humanos aún se está desarrollando (dada su reciente implantación en el mercado), ya hay estudios en marcha sobre la inflamación pulmonar que podrían producir.
Esta afección sí se ha constatado ya con respecto a los aromatizantes, elemento contenido en el tabaco calentado. Por tanto su inocuidad debería dejar de cuestionarse, tal y como resalta el GECP. De ahí la importancia de la reciente medida adoptada por el Consejo de Ministros, que resulta de una transposición de una directiva europea aprobada en 2022.
El GCEP advierte que el consumo del tabaco calentado y los vapeadores aumentan la probabilidad de convertirse en un fumador tradicional, de forma que se ha constatado cómo un porcentaje importante de personas acaban combinando el cigarrillo con estos dispositivos alternativos, tanto inhaladores de tabaco calentado como vapeadores.
Referencias
Ministerio de Sanidad (s.f.). ¿Qué sabemos sobre productos como los cigarrillos electrónicos, pipas de agua o el tabaco calentado? https://pnsd.sanidad.gob.es/ca/ciudadanos/informacion/cigarrilloelectronico/menuCigarrilloElectronico/quesabemos.htm
Grupo Español de Cáncer de Pulmón (2021, 31 de mayo). Los nuevos productos de tabaco: el gran reto para frenar el tabaquismo durante la próxima década según el GECP. https://www.gecp.org/los-nuevos-productos-de-tabaco-el-gran-reto-para-frenar-el-tabaquismo-durante-la-proxima-decada-segun-el-gecp/
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